“Estamos luchando para que nuestros hijos no mueran en una cárcel”, dicen Omaira Navas y Katty Zambrano, madres del periodistas Ramón Jesús Centeno Navas y su ayudante Gabriel Enrique Guerra Zambrano, respectivamente. Los hombres están presos luego de haber realizado, el 22 de enero 2022, una entrevista a uno de los narcodiputados chavistas que se encontraba detenido en un comando antidrogas en Venezuela.
Las dos mujeres se pronunciaron, luego de haberse dado a conocer el diferimiento de la audiencia para el inicio del juicio del caso que mantiene encarcelados a Centeno y a Guerra. “No queremos que mueran en una cárcel”, reiteran.
Centeno es el único periodista actualmente encarcelado en Venezuela por haber estado ejerciendo su función como profesional de la comunicación. Aunque las voces en su favor han sido débiles, quizá porque ser militante del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) genera un estigma en el medio periodístico en el escenario político del país, ya a nivel internacional se ha ido convirtiendo en una referencia de lo que le puede ocurrir a un comunicador que ejerza su profesión en el país caribeño. El otro periodista preso, aunque por razones políticas, es Roland Oswaldo Carreño Gutiérrez, militante y activista del Partido Voluntad Popular, quien fue detenido en octubre 2020, acusado de lavado de dinero, conspiración y financiamiento al terrorismo. Carreño encuentra bajo custodia del Servicio Bolivariano de Inteligencia (Sebin).
La madre del periodista Centeno es Omaira Navas, una ferviente luchadora por la libertad de su hijo, quien manifestó en un comunicado: “Nos mantenemos firmes en la exigencia a las autoridades judiciales para que liberen a nuestros hijos porque ambos son inocentes y lo hemos señalado desde que fueron secuestrados el año pasado”.
Navas manifestó que Ramón y Gabriel fueron sometidos a “un criminal encierro” que los ha desestabilizado física y mentalmente sin ningún motivo. “Pareciera que es una estrategia para doblegarlos y que se declaren culpables o verlos muertos”, dice.
En el caso de su hijo, asegura que la salud ha ido en progresivo deterioro. “Necesita ser operado porque se le infectaron los alrededores de la prótesis que tiene en la pierna y su salud mental está cada día peor”, dice Navas.
Explicó que durante lo que va del mes de abril el tribunal ordenó una revisión médica y certificación del estado actual, los cuales se han cumplido. “Aun así, con los informes que dan cuenta del grave estado de mi hijo Ramón, no hay ningún tipo de pronunciamiento. En las últimas 24 horas lo llevaron a varios centros de salud de Caracas y se espera por un informe psiquiátrico”, agrega.
La situación de Centeno ha sido particularmente delicada porque, cuando fue detenido, tenía unos días de haber sufrido un accidente de tránsito del cual sobrevivió milagrosamente, no así el diputado Fernando Ríos quien murió a causa del fatídico hecho.
Ya en la cárcel, un custodio militar obligó al periodista a levantarse para el conteo de presos, lo que le causó una lesión adicional, que lo postró en silla de ruedas. Centeno le contó a Omaira Navas que los hospitales lo rechazaron por ser un preso.
Señala que a su hijo le dijeron que tenía entrada a cualquier hora al hospital Clínico pero en realidad lo atendieron porque les suplicó que lo hicieran. “Ramón le dijo a los fiscales del Ministerio Público: ‘Por favor no dejen que me muera en una cárcel. Ustedes saben toda la verdad’ y los fiscales se quedaron en silencio´”.
Injusticia y maldad
Por sexta vez, este jueves 27 de abril fue aplazada la audiencia del mecanismo judicial que se les lleva a Centeno y Guerra por los delitos de tráfico de influencias, usurpación de funciones y asociación, luego de que el periodista entrevistara a un funcionario público incurso en supuestos hechos de narcotráfico.
El 20 de abril 2023, la juez 11 de primera instancia en funciones de juicio del circuito judicial penal de Caracas, Gabriesla Montes de Oca, envió comunicación al jefe del Comando Antidroga de la Guardia Nacional, sede Las Acacias, ordenando que el periodista Ramón Centeno sea traslado “con carácter de extrema urgencia”al Hospital Universitario de Caracas, para que sea tendido en “traumatología y ortopedia, nutrición y dietética, fisiatría y rehabilitación” y además que sea trasladado al Servicio de Medicina y Ciencia Forense para que “sea atendido por un psiquiatra forense, que puedan determinar el estado de salud en que se encuentra”.
Por su parte, Katty Zambrano, madre de Gabriel Guerra, manifiesta que su hijo ha estado más de un año tras las rejas. “No pareciera suficiente dar algún tipo de demostración de garantía a los derechos humanos y de respeto”, porque ella considera que lo sucedido durante todo este tiempo en que tanto su hijo como Centeno han estado detenidos solo puede calificarse de “injusticia, indolencia y maldad”.
Aunque Guerra Zambrano no es periodista, sí acompañó como ayudante a Centeno en la entrevista que le hizo a uno de los diputados del PSUV que están presos por supuestamente pertenecer a una red de narcotráfico. Contra ellos la única excusa que existe es esa entrevista, por la que quisieron involucrarlos como cómplices de los narcodiputados.
La señora Zambrano se dirige a las autoridades competentes para que liberen a los dos jóvenes, sobre los cuales no hay elementos probatorios de los delitos que les imputan. Los han mantenido presos mientras hay un acelerado deterioro de su estado de salud física y emocional.
Hace un llamado a la presidente del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), Gladys María Gutiérrez Alvarado, a la responsable del Circuito Judicial de Caracas y a la jueza Sabrina Montes de Oca, a quienes les pide que “dejen una huella de legalidad, respeto a la dignidad humana y a la Constitución de la República, liberando a a nuestros hijos, presos solo por hacer esa entrevista”.
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