Venezuela planea encargar a un astillero iraní la construcción de dos nuevos tanqueros en virtud de un acuerdo existente que ha estado plagado de retrasos de pago y dificultades para asegurar las certificaciones necesarias, según documentos y personas familiarizadas con el asunto.
La empresa estatal de energía de Venezuela, PDVSA, ha redoblado esfuerzos desde el año pasado para comprar y arrendar embarcaciones para reconstruir su flota propia. Sus operaciones marítimas se han visto impactadas por una falta de capital de larga data y sanciones estadounidenses que han dificultado la obtención de seguros y clasificación, que son esenciales para navegar en aguas internacionales.
Los dos nuevos petroleros, que se llamarán India Urquía e India Mara, costarán 31,66 millones de euros cada uno (unos USD 33,8 millones), según un documento interno de PDVSA que detalla el acuerdo propuesto.
Los buques serán construidos por Iran Marine Industrial Company (SADRA) en su astillero de Bushehr, que ya construyó dos buques anteriores para PDVSA, los Aframaxes Arita y Anita.
La construcción del "India Urquia debe comenzar pronto", dijo una de las fuentes.
El acuerdo se producirá después de que Venezuela saldara con combustible una deuda pendiente con Irán, según el documento, una de las razones por las que el contrato no ha funcionado como estaba previsto originalmente.
PDVSA entregó a Irán a finales de 2021 un cargamento de fuel oil de 644.000 barriles valorado en 33,9 millones de euros.
"El astillero descontó la cantidad de 30,34 millones de euros pertenecientes a deuda del buque Arita", y en agosto se destinaron otros 1,99 millones de euros para pagar tasas por demoras acumuladas por el barco, dice el documento.
Tanto el Arita como el segundo tanquero, recientemente rebautizado como Anita, enfrentaron largas demoras para comenzar a navegar en medio de las deudas impagas y problemas del brazo marítimo de PDVSA, PDV Marina, para asegurar sus correspondientes pólizas de seguro y clasificación.
El Arita, ahora rebautizado como Colón, zarpó por primera vez en 2017, pero fue arrestado luego por una empresa operadora de embarcaciones en un caso de facturas impagas. Fue devuelto a PDVSA en 2019 y desde entonces ha permanecido principalmente en aguas venezolanas.
El Anita zarpó desde Irán a fines de diciembre con un cargamento de condensado iraní para PDVSA, dijo una fuente. Todavía no ha llegado a Venezuela, según servicios de seguimiento de petroleros.
Un buque separado fletado por la firma estatal iraní Naftiran Intertrade Company (NICO), el superpetrolero Wen Yao, también se dirige a Venezuela transportando condensado iraní como parte de un intercambio petrolero con PDVSA, dijo la firma de monitoreo TankerTrackers.com.
Al término del contrato, PDVSA habrá pagado a Irán unos 157 millones de euros por los cuatro buques, según la propuesta redactada en el documento. El acuerdo fue anunciado por primera vez en 2006 con bombos y platillos por parte de Teherán y el gobierno del entonces presidente Hugo Chávez.
Algunas de las embarcaciones que entregará Irán podrían ser operadas por terceros, según otra fuente.
El documento no detalla las fechas de entrega de los dos petroleros por venir. PDVSA y SADRA no respondieron a solicitudes de comentarios.
Los sectores petroleros de Irán y Venezuela están bajo sanciones estadounidenses que dificultan la obtención de servicios para buques construidos o abanderados por esos países, y que exponen sus cargamentos a riesgos de incautaciones y retenciones.
Washington ha ampliado en los últimos años la lista de embarcaciones sancionadas vinculadas a Irán y Venezuela. También ha impuesto sanciones a sus compañías petroleras estatales y a sus subsidiarias marítimas.
(Con información de Reuters/Por Mircely Guanipa y Marianna Parraga)
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