Clareó brevemente luego de días de nieblas y un miércoles de chaparrones: el día anterior había llovido casi la mitad de lo habitual para todo agosto. Y de nuevo hubo problemas en rutas, caminos y aeropuertos, porque la lluvia regresó a CABA y buena parte de la provincia de Buenos Aires.
Y así estaba la tarde, oscura y húmeda, cuando Cristina Kirchner llegó al acto por el 158° aniversario de la Bolsa de Comercio, donde un millar de invitados —más toda la cadena nacional— la escucharon anunciar el último pago de los Boden 2012. Eran los bonos de la crisis del 2001, símbolo que al día siguiente encabezó la página web del ministerio de Economía: “Terminamos de pagar el corralito. Sin deuda, somos más libres”.
La presidenta lo ubicó en otro contexto: “No es para festejar, pero es virtuoso venir aquí a anunciar este pago al mismo tiempo que anunciamos un aumento en las jubilaciones, cuando el mundo se derrumba”. A partir del mes siguiente, agregó, los jubilados cobrarían un 11,4% más.
“Es un emblema por la crisis social y cultural que provocó, además de generar mucha violencia en la sociedad”, siguió Kirchner sobre los Boden 2012, de los cuales sólo el 22% había quedado en manos de los ahorristas locales: de cada USD 10, se giraron al exterior USD 7,8. “Es un símbolo de la independencia financiera”.
Antes que ella había hablado Adelmo Gabbi, el presidente de la bolsa, quien había pasado un aviso del sector, pidiendo menos intervención cambiaria: “Ni el caso de libertinaje ni la asfixia de los controles. Sólo el libre y transparente juego de la oferta y la demanda”, había dicho ante la presidenta, el gabinete en pleno y el jefe de gobierno de la ciudad de Buenos Aires, Mauricio Macri.
“Adelmo”, le contestó Kirchner, “siempre hay regulaciones. Aun cuando no las hay, porque quiere decir que se privilegia a los ricos y poderosos”. El gobierno, agregó, necesita los dólares que genera ”para que nuestros empresarios compren los insumos que necesitan para producir”.
Kirchner aprovechó para clavarle un aguijón a Macri: “No trajimos ningún convicto al acto, pero por ahí hay algún procesado”, saludó. Aludía a las noticias que los medios opositores habían elevado días antes, sobre la salida de detenidos en las cárceles. Y también a la situación de Macri en la causa de las escuchas telefónicas. Al que no había llevado, una ausencia notable, fue al vice, Amado Boudou, quien en medio del affair Ciccone había acusado a Gabbi de intentar sobornarlo.
Precisamente aquel jueves hubo una novedad en el caso: se sumó como imputado al titular de la AFIP, Ricardo Echegaray. El fiscal Jorge di Lello solicitó la imputación del funcionario, del ex jefe de asesores de la agencia fiscal, Rafael Resnick Brenner, y del presidente de la nueva compañía a cargo de la imprenta de papel moneda, Alejandro Vanderbroele. Di Lello alegaba que Echegaray había pedido primero la quiebra de Ciccone, por deudas impositivas de $247 millones, y luego de una intervención de Boudou había suspendido el concurso y facilitado una moratoria.
Por la tarde, en una conferencia de prensa, originalmente destinada a difundir datos sobre la recaudación de julio, Echegaray se defendió: “No se trató de una moratoria, sino un plan de pagos”, dijo. “Lo que hicimos le permitio al fisco recaudar $7 millones. La tarea de la AFIP fue 100% transparante y ajustada a derecho”. La nueva firma que había comprado Ciccone, Compañía Sudamericana de Valores, estaba al día con las cuotas, además, un cambio notable: “Hasta 2010 no habíamos cobrado ni un peso de la empresa, que tenía 172 ejecuciones judiciales por más de $132 millones”.
Los que habían seguido el caso recordaron otra conferencia de prensa de Echegaray, en el mes de marzo, en la que había dicho que el plan de pagos a 20 años había sido acordado luego de una opinión “determinante” de Boudou, en aquellos tiempos ministro de Economía, que él mismo le había solicitado en el expediente. Ese escrito se había convertido en una de las pruebas que la fiscalía presentaba contra el vice de Cristina Kirchner, esgrimido además por un grupo de diputados opositores que denunció a Boudou por haber influido en la decisión la AFIP.
“Fue un plan de pagos como se le dio también a cerca de otras 1.300 empresas para que regularicen su situación fiscal”, agregó Echegaray; sin embargo, Di Lello había solicitado informes sobre todas las quitas y moratorias en quiebras desde 2006, porque no había encontrado documentación de otras quitas y condonación de intereses, como se había hecho con la imprenta. “Toda la información relacionada con las gestiones de Ciccone ante la AFIP están desde marzo en el despacho del fiscal”, concluyó Echegaray.
Los observadores de la ONU en Siria se movían —cada vez menos: habían reducido sus misiones— en vehículos blindados, con el isotipo de la organización a la vista y en caravana. Pero eso poco les importó a los militares de Bashar al-Assad, que en el fin de semana anterior habían atacado un convoy dos veces, a balazos, cerca de Homs. Quedaban sólo 150 de los 300 observadores originales, y la situación terminó por hacerse insostenible: aquel jueves el enviado especial, Kofi Annan, anunció que a fin de mes se terminaba la misión internacional.
Había llegado como un intento para negociar la paz; luego había reducido sus ambiciones a tratar de evitar las masacres de civiles. Cuando tampoco se pudo eso, y la frontera era un colador para Al-Qaeda mientras el gobierno hablaba de usar armas químicas, hubo que reconocer el fracaso de la misión. “No recibí todos los apoyos que merecía la causa”, dijo el premio Nobel. “Hay divisiones en la comunidad internacional”, agregó a las razones básicas: “la intransigencia del gobierno sirio” y la “escalada de la campaña militar de la oposición”.
Luego de un partido reñido con el ascendente Kei Nishikori, Juan Martín del Potro se convirtió en el primer atleta argentino en llegar a una semifinal en los Juegos Olímpicos Londres 2021. Eso lo dejó enfrentado nada menos que a su héroe, Roger Federer. Y luego de casi cuatro horas y media de duelo de gladiadores, perdió pero recibió, además de la gratitud por un partido desafiante, un elogio del suizo: “Sentite orgulloso”, le dijo. “Puede ser que haya sido el mejor partido del torneo”, evaluó luego Del Potro, camino ya a pelear por la medalla de bronce con Novak Djokovic.
La selección de hockey femenino ganó contra Nueva Zelanda, un equipo difícil, 2 a 1, y la de básquet venció al campeón africano, Túnez, por 92 tantos a 69. “Me gustó la solidez defensiva que vi en el equipo, y en cuanto pudimos, atacamos”, analizó Luciana Aymar el desempeño de Las Leonas, que ahora se enfrentarían a Alemania. Y Ginóbili celebró el modo en que se recuperó la Generación Dorada: “No entramos lúcidos; estoy orgulloso por cómo revertimos una situación que venía incomodísima”.
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