Fue un domingo para seguir por television a la selección argentina de básquet y a Las Leonas ganar en su presentación en los Juegos Olímpicos Londres 2012. También ganó la selección de voley y la de handball, si bien perdió, hizo un partido muy celebrado.
Por 102 tantos a 79, los basquetbolistas de la Generación Dorada se sobrepusieron a los silbidos que recibió Emanuel Ginóbili al comenzar el partido y derrotaron a Lituania. Además de Ginóbili, se destacaron Carlos Delfino y Luis Scola.
Luciana Aymar, capitana de la selección argentina de hockey femenino, lo resumió en pocas palabras: “Fue la victoria que siempre se sueña”. Las Leonas debutaron en las olimpíadas ganándole a Sudáfrica 7 a 1. “Pasó un partido que es el más difícil de los juegos, por los nervios y la ansiedad”, agregó la jugadora varias veces elegida como mejor del mundo por la federación internacional.
Los Gladiadores, que por primera vez llegaban a los Juegos Olímpicos, jugaron un partido muy riñido con Islandia, equipo que ganó la medalla de plata en Beijing 2008, su sexta competencia olímpica. Pero en el suplmentario Gudjon Sigurdsson, máximo anotador del handball islandés en aquel entonces, hizo que su equipo ganara 31 a 25. “Fue el día en que el handball nacional logró el sueño de su vida”, se conformó el capitán argentino, Andrés Kogovsek. “Caí en la cuenta de todo cuando nos nombraron a cada uno en las formaciones”.
La selección de voley le ganó a Australia con un equipo que parecía la nueva generación de aquel que había ganado la medalla de bronce en Seúl 1988: jugaron Facundo Conte, hijo de Hugo; Iván Castellani, hijo de Daniel; Nicolás Uriarte, hijo de Jon, quien estuvo en el banco, y Rodrigo Quiroga, sobrino de Raúl. Otro protagonista de las olimpíadas en Corea del Sur, Javier Weber, estuvo entre los suplentes del primer partido que terminó 3 a 0 a favor de los argentinos.
Hacía ya 16 años que la compañía holandesa Boskalis realizaba el dragado del canal Martín García, pero por primera vez había ganado una licitación internacional con su subsidiaria Riovía: todos los contratos anteriores habían sido directos. Igualmente histórica era la constante demora en el cumplimiento de los acuerdos entre Uruguay y Argentina por las obras que le permitirían a Uruguay recibir barcos de más de 45.000 toneladas en Nueva Palmira, un puerto que podría así competir con Rosario y Buenos Aires. Así que a pocos asombró el nuevo conflicto.
“Se para por cualquier cosa”, protestó el senador uruguayo Luis Alberto Heber la decisión del gobierno argentino de excluir a Ríovia de cualquier participación en el dragado. “Esto es claramente una coacción del gobierno argentino, para demorar el inicio de la profundización del dragado”.
El problema se había iniciado por una denuncia del Uruguay, curiosamente: el presidente de la delegación uruguaya en la Comisión Administradora del Río de la Plata, el ex embajador en Buenos Aires Francisco Bustillo, había confiado al canciller Luis Almagro dos posibles intentos de soborno de Riovía.
El Tribunal de Cuentas uruguayo había analizado las situaciones que “permitían irradiar dudas sobre la regularidad de los procedimientos tendientes a extender el vínculo con Riovia”. Su conclusión había sido que los indicios “no permiten sacar conclusiones firmes” y que no estaba documentada “ni siquiera la apariencia de un delito, especialmente del que se hizo eco la prensa”. Pero Argentina le había comunicado a Uruguay, el viernes anterior, la decisión de excluir a Riovía ante la duda.
Aquel sábado, a 24 horas de la licitación, Almagro le envió una carta al canciller Héctor Timerman para rechazar la “decisión unilateral” y responsabilizar al gobierno kirchnereista de “los efectos jurídicos y económicos de las medidas tomadas”. Timerman se sorprendió de que Uruguay “no acompañe a la Argentina en dicha decisión y por el contrario, avale la continuidad de Riovía”.
Sergio Schoklender, el ex apoderado de la Fundación Madres de Plaza de Mayo, investigada por el supuesto desvío de fondos públicos destinados a la construcción de viviendas populares mediante el proyecto Sueños Compartidos, dio una serie de entrevistas a la prensa con muchos títulos posibles. “Cristina y Néstor sabían”, fue uno. “Pero la mecánica es perversa. No es que las coimas se las quedaban ellos. Si no que era para pagarle los sobresueldos al staff, para aceitar la maquinaria electoral, para pagarles a los medios. La política es muy cara”.
La corrupción en el rubro estaría tarifada: “La obra pública tiene rigurosamente un 15% de retorno, que el Estado paga el principio como ‘anticipo de obra’. Por eso todos los demás pagos la Nación los envía a cada provincia, pero el anticipo se entrega directo a cada empresa”, agregó Schoklender. “Con la muerte de Néstor, se agudizaron nuestros problemas con los pagos de la Fundación. Empezaron las venganzas de Julio De Vido, José López, Roberto Baratta, Abel Fatala y gente de Economía”. ¿La razon? La falta de ese adelanto: “Yo no pagaba el 15% de coima a nadie”.
También dijo que en sus casi dos meses detenido por la investigación judicial había visto que “los militantes de La Cámpora ingresan a la cárcel, mandan dentro de la cárcel y reclutan presos”. Según Schoklender, “la protección que tiene un grupo de delincuentes que sale de la cárcel militando en La Cámpora”, les permitía decidir “quiénes pueden salir, ir al patio, usar el gimnasio o participar de actividades dentro de la cárcel”.
El titular saliente de la Sociedad Rural Argentina, Hugo Biolcatti, que había dado un discurso contra el gobierno en el acto central de La Rural, aprovechó que no tendría que estar más en su cargo para descargarse contra el titular de la Unión Industrial Argentina, José Ignacio de Mendiguren, quien no había ido a escucharlo. “No debemos ser nosotros una compañía acorde con el tono gris que manifiestan en sus declaraciones”, dijo. “No somos una foto conveniente para el sector empresario”.
Mendiguren le respondió: “Nuestras diferencias con Biolcati existen y son el proyecto de país, el rol de la industrialización en la generación de valor, es la diferencia entre una concepción económica desarrollista y una liberal”. Y a su vez le dejó de regalo un cuestionamiento: Biolcatti “ha reconocido en alguna oportunidad que ha tenido que mentir para lograr beneficios y nosotros creemos que la mejor manera de relacionarse con el gobierno es siendo sincero, frontal y constructivo”.
En el Uruguay murió uno de los músicos más queridos por distintas generaciones, el baterista y guitarrista Osvaldo Fattoruso, que había formado Los Shakers —los famosos beatles rioplatenses del “Rompan todo”— y más recientemente había sido el emblema de la fusión del jazz y los ritmos latinoamericanos. Parte de una familia de músicos —compartió formaciones memorables con su hermano Hugo—, colaboró con Rubén Rada, Jaime Roos, Litto Nebbia, Luis Alberto Spinetta y León Gieco, entre muchos otros en su larga carrera. Tenía 64 años y había sufrido un cáncer.
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