“Va a haber dos CGT. Veremos con el tiempo la legitimidad de cada una”: Antonio Caló, metalúrgico —hoy en la seccional CABA— y antimoyanista, oficializó la fractura que se había anunciado largamente. Salía del encuentro en la UOM que selló el renacimiento de un sindicalismo oficialista, que realizaría una reunión de comité central el 23 de agosto y un congreso para elección de autoridades el 3 de octubre. Caló era el candidato detrás del cual se unían Gordos e independientes contra Hugo Moyano.
El viernes anterior el Ministerio de Trabajo había accedido a su impugnación de las elecciones en la CGT que volverían a poner al camionero como secretario general. En su pelea con la presidenta, Cristina Kirchner, Moyano ignoró la decisión y siguió adelante con el congreso que, dos días más tarde, en Ferro Carril Oeste, debería confirmar su poder.
Si en algún momento se intentó acercar a las partes —Gerardo Martínez había hablado de extender el mandato de Moyano hasta septiembre y durante esos meses negociar la unificación—, el encuentro en la UOM terminó con las últimas ilusiones: “La única condición para lograr un acuerdo es que se vaya, otra no hay”, dijo Héctor Daer, un reconocido Gordo, sobre Moyano.
El comunicado sobre el encuentro de los antimoyanistas no nombraba al camionero, pero intentaba su retrato hablado al invitar a dejar atrás “los falsos personalismos divisionistas, los agravios, las descalificaciones disuasivas, el debate mediático y las ambiciones individuales”. Así fue como aquel martes la CGT quedó formalmente dividida en tres: la de Moyano, con la llave del edificio de la calle Azopardo; los antimoyanistas oficialistas y la CGT Azul y Blanca del mercurial Luis Barrionuevo.
Un día antes del paro por 48 horas de los estatales bonaerenses contra la división del aguinaldo en cuotas, Daniel Scioli abandonó la idea de pedir la emergencia económica. El kirchnerismo le había advertido que no la votaría en la Legislatura provincial; los gremios amenazaron con más medidas de fuerza si había ajuste.
El gobernador pensó en adherir a Buenos Aires a la emergencia económica nacional; sus socios kirchneristas lo dejaron hablar. (Días después, el vice, Gabriel Mariotto, revelaría el faux pas de Scioli: la provincia estaba adherida a esa ley desde 2002. Ay, ¿no lo sabía?) La Corte Suprema bonaerense, mientras tanto, convocaba a una reunión extraordinaria de sus integrantes para tratar el tema del aguinaldo. La actual ministra de Economía, Silvina Batakis, por entonces a cargo de las finanzas bonaerenses, seguía buscando recursos en tiempo de descuento.
El Senado recibía la postulación oficial de Alejandra Gils Carbó como procuradora general de la Nación, y lo hacía con mucho más gusto que la del anterior candidato, Daniel Reposo, que debió renunciar por algunos embellecimientos de su CV. Esta vez el pliego de Gils Carbó llegó con un anexo que contenía 151 adhesiones.
Entre ellas se destacaron el Colegio Público de Abogados de CABA, la Asociación de Abogados de Buenos Aires y la Asociación de Fiscales y Funcionarios del Ministerio Público Fiscal. También la CGT de Hugo Moyano, la CTA bonaerense, la UPCN y los judiciales avalaron a la entonces fiscal general de la Cámara Comercial, y organizaciones como Madres de Plaza de Mayo-Línea Fundadora, Abuelas y los familiares de las víctimas de Cromañón.
Elisa Carrió fue la voz más notable entre los cinco rechazos de la candidata que debería defender su postulación el 7 de agosto. Gils Carbó era “una fanática del Gobierno”, según la actual titular de la Coalición Cívica, que tuvo “compartamientos contrapuestos con el decoro y la ética”. Pero el gobierno confiaba en que el Senado la aprobaría sin problemas y antes de mediados de septiembre.
Con la Dirección Nacional de Migraciones como nuevo factor de control, el “dólar turista” se presentó en sociedad como categoría para acceder al precio del BCRA, por entonces un tercio más barato que el blue.
La persona que quería comprar divisas para gastar fuera del país debía solicitarlo a la AFIP, que luego de verificaciones podía o no acceder; si lo hacía, el BCRA también accedería a los datos del pedido, ya que el turista sólo se podía comprar con dinero bancarizado, no en efectivo, y tras completar una declaración jurada. Migraciones era el último punto de control para verificar la realización de los viajes.
“No creo que lo ocurrido en Paraguay haya sido cualquier cosa, ni tampoco que haya estado perfectamente bien”, dijo el secretario general de la OEA, en una sesión extraordinaria en la que brindó un informe sobre el juicio express que destituyó a Fernando Lugo y la situación política tras la asunción de Federico Franco. “Pero no se trata de algo que no haya ocurrido nunca en nuestra región”, agregó, con una honestidad demasiado brutal para algunos de sus oyentes.
Así se decidió que la OEA no sancionaría a Paraguay: “Existe una situación de normalidad política, social y económica que es conveniente preservar”, dijo Insulza. Suspender al país aumentaría “las divisiones políticas”. Y criticó que el Mercosur sí lo hubiera hecho.
Pero la noticia internacional que más interesó en Argentina no respondía a la proximidad geográfica, sino a la afectiva: el despido —¡por Twitter!— de Diego Maradona como director técnico de Al Wasl, de Emiratos Árabes Unidos. El 10, que estaba de vacaciones en Buenos Aires, se enteró por la publicación del comunicado oficial en las redes: nadie del club lo llamó antes.
“Todavía me queda un año de contrato en Dubai, pero quiero volver a la Argentina para actuar junto a Dalma”, había declarado poco antes, tras el estreno de Hija de Dios, una obra teatral que luego sería también libro. Pero también tenía una vida interesante en Dubai, que le encantaba, y un contrato por USD 34 millones que vencía en 2013.
Aunque el comité directivo de Al Wasl había confirmado poco antes que Maradona seguiría en la temporada siguiente, los rumores circulaban y finalmente la dirigencia eligió un cambio de imagen. La cuenta del club tuiteó, 10 días antes del regreso del DT: “El Consejo de Administración decidió prescindir de los servicios del personal técnico, dirigido por el argentino Diego Armando Maradona”.
Contra lo que había asegurado Mariano Rajoy, España debió aceptar que la Unión Europea asumiera el control de su sistema bancario, la zona cero de la gran crisis que atravesaba el país. La UE asumiría atribuciones sobre el Banco de España que hasta entonces correspondían al Ministerio de Economía nacional.
El costo del rescate financiero había sido alto para el jefe de Gobierno español. El día anterior había anunciado un aumento del IVA y esta nueva condición era una virtual cesión de soberanía de los españoles, que además sufrían el desempleo más alto de Europa.
En los Estados Unidos los episcopales se convirtieron en la primera iglesia que aprobó un rito para las uniones entre personas del mismo sexo. Eso habilitó a los sacerdotes a bendecir estos vínculos más allá de que en los estados existiera o no el matrimonio igualitario. Un día antes, la Iglesia Episcopal había aprobado una política antidiscriminatoria que permitiría que las personas trans se ordenaran en el sacerdocio.
Peter O’Toole —que moriría 18 meses más tarde en Londres, a los 81 años— anunció que dejaba la actuación: “Las ganas desaparecieron y no volverán. Mi carrera me ha brindado apoyo público, satisfacción emocional y confort material. Me ha permitido conocer gente valiosa y buenos compañeros”. Con una carrera en teatro y cine de cinco décadas, el actor de Lawrence de Arabia, Adiós Mr. Chips, Calígula, El último emperador y Venus había recibido el Oscar honorario a la trayectoria y trabajaba en el tercer volumen de sus memorias.
SEGUIR LEYENDO: