Durante casi 10 años Daniel Scioli había sido una presencia segura en los actos del 9 de Julio en Tucumán, cuatro de los cuales asistió como vicepresidente de Néstor Kirchner. Pero aquel 2012 se perdió el locro, en parte por la crisis de la provincia de Buenos Aires, que gobernaba, y que no podía pagar los aguinaldos, y en parte por las tensiones evidentes entre él y la presidenta, Cristina Kirchner, la oradora principal. Unas 20.000 personas llenaron el hipódromo donde Kirchner hizo un recorrido positivo y optimista por las cifras de la economía.
“Unidad nacional no quiere decir que todos pensemos lo mismo”, dijo la presidenta. “Unidad nacional es ponerse de acuerdo en las cosas básicas para que el país siga creciendo”. El gobernador de Tucumán, José Alperovich, quien todavía no había sido denunciado por abuso sexual de la hija de su primo, por lo que hoy está procesado, había preparado un escenario de fiesta para la oradora, con lluvia de confetti celeste y blanco.
“Este 9 de Julio debe servir para que todo argentino, piense como piense, sepa que no puede dejar engañarse nunca más, ni vea en otro argentino a un enemigo”, agregó Kirchner.
En Buenos Aires, mientras tanto, Hugo Moyano acusó al gobierno nacional del problema bonaerense y de querer destituir a su propio gobernador: “Todo el mundo sabe que la provincia es inviable, desde hace muchos años. Al no ayudar a pagar los salarios, es evidente que están buscando el fracaso del gobernador”, dijo el secretario de la CGT fracturada, que confirmó el congreso para elegir autoridades el 12 de julio. “Le están haciendo claramente un golpe de Estado”.
Scioli, actual ministro de Desarrollo Industrial, se mantuvo en silencio y escuchó el anuncio de los principales gremios de estatales: paro el miércoles y el jueves, para seguir protestando contra la división del aguinaldo en cuotas, y movilización a la Legislatura si se llegara a tratar la ley de emergencia económica, una idea del gobernador que fue rechazada por el kirchnerismo, comenzando por su vice, Gabriel Mariotto.
Aquel lunes comenzó la Feria del Libro Infantil y Juvenil, que para adecuarse a las vacaciones de invierno, que ya transformaban las carteleras de teatro y cine, se podría visitar hasta el 28 de julio. Ocupaba dos pabellones —unos 15.000 metros cuadrados— del Centro de Exposiciones en CABA y contaría entre sus escritores invitados a Ema Wolf, Ana María Shúa, Liliana Bodoc, Leonardo Oyola y Márgara Averbach.
Los rumores sobre la salud del presidente venezolano, Hugo Chávez, interferían en la campaña electoral por su nueva reelección. “Cada día me siento en mejores condiciones físicas”, dijo y agregó que estaba “libre, totalmente libre” de cáncer. La remisión de su enfermedad, por la que agradeció “a Dios y a la ciencia médica, sobre todo al equipo cubano” que lo trató, le había devuelto el bienestar. “La limitación física no va a jugar un papel determinante en esta campaña”, agregó. “Claro, yo ya no tengo 40 años″.
Unos 5.000 hinchas de Boca se reunieron en los alrededores del estadio —y otros miles en distintas localidades de las provincias— para pedirle a Juan Román Riquelme, con un banderazo azul y amarillo, que se quedara en el equipo. Días antes, al perder la copa Libertadores, Riquelme había anunciado que se iría; el fondo de la cuestión parecía ser su desinteligencia con el técnico Julio César Falcioni, aunque tampoco era el mejor amigo del presidente Daniel Angelici, vinculado a Mauricio Macri.
Riquelme no dijo una palabra. Los hinchas cantaron que el jugador era de Boca y no se iba, pero también le mentaron la madre a Falcioni y acusaron a Angelici de “botón”.
El día cerró con la noticia de la muerte de Ernest Borgnine, el ganador del Oscar por Marty, a los 95 años. Nacido como Ermes Borgnino, fue una estrella de Hollywood desde que en 1953 se estrenó De aquí a la eternidad, de Fred Zinnemann. Había trabajado hasta poco tiempo atrás, coomo la voz de Sirenoman en Bob Esponja, y entre sus más de 100 películas rodadas tuvo éxitos como Johnny Guitar, Conspiración de silencio, Doce del patíbulo, La pandilla salvaje, La aventura del Poseidón y Jesús de Nazareth.
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