La Mesa de Enlace de los ruralistas (el grupo donde se reúnen la Sociedad Rural, la Federación Agraria, Coninagro y Confederaciones Rurales) discutía la nacionalización del paro. Un clima helado avanzaba sobre Argentina desde el polo y en las rutas bonaerenses menguaban los camiones que llevaban granos al puerto de Rosario. Grobocopatel Hermanos, Nidera, Gapp, El Tejar y MSU detenían sus vehículos o se encontraban con que, si pasaban cerca de Ramallo, sus transportistas serían obligados a derramar sus cargas.
Los productores que protestaban contra el revalúo de sus tierras en la provincia de Buenos Aires, que el gobernador Daniel Scioli había decidido por decreto, y el aumento de otros impuestos votado en la Legislatura, controlaban los caminos. Alberto Pérez, jefe de Gabinete bonaerense, se negaba a dialogar “hasta que termine el paro”, pero en ese momento se decidía que, al contrario, los ruralistas lo extenderían a todo el país.
El gobierno nacional pasaba por otros problemas: dos funcionarios desautorizaron a otros dos por sus dichos sobre el dólar blue. “Nadie tiene instrucciones de la presidenta para reunirse con personas que están en el mercado ilegal”, dijo el jefe de la AFIP, Ricardo Echegaray, en alusión directa a Guillermo Moreno, el secretario de Comercio Interior que había pedido a los cambistas un dólar paralelo a $5. Pero el blue seguía más arriba: había bajado sólo 20 centavos, a $5,70.
El senador Aníbal Fernández, que había generado el hashtag #porquesemeantoja al explicar por qué tenía USD 24.000 en ahorros, pronosticó durante el fin de semana que la compra-venta en cuevas bajaría de $5,90 a $5,10, y el ministro del Interior, Florencio Randazzo, lo tacleó. “Hablar de la cotización del dólar paralelo es como hablar del precio de un estéreo robado”, dijo. “El dólar legal es el dólar oficial que fija el Banco Central”.
Por los extraños meandros de la política argentina, hoy Randazzo y Fernández siguen en veredas opuestas pero con una relación de poder inversa: el ex ministro es diputado del Interbloque Federal, desde donde critica al gobierno —“Hay una fórmula presidencial discutiendo cosas absolutamente alejadas de las preocupaciones que tiene el conjunto de la sociedad”— y Fernández es ministro de Seguridad. Ambos coinciden, sin embargo, en la distancia que toman de la vicepresidenta: “Cristina Kirchner se corrió de la gestión”, dijo el ministro; “Cristina perdió sintonía con lo que le pasa a la sociedad”, dijo el diputado.
Sergio Schoklender, detenido por la causa Sueños Compartidos, dijo en un programa de televisión, por teléfono desde la cárcel, que nunca sucedió la malversación de más de $200 millones del plan de casas populares que realizaban las Madres de Plaza de Mayo. “Con la construcción de viviendas nunca hubo desvío de fondos, el problema fue no haber pasado por caja, a través de López y Bontempo”, dijo. Se refería al secretario de Obras Públicas, José López, actualmente procesado, y al subsecretario de Vivienda, Luis Bontempo, quien moriría meses más tarde.
En el grupo más reducido de las buenas noticias, fue el primer día para hacer los trámites de cambio de género, y los iniciaron más de 100 personas. Kalym Adrián Soria fue el varón trans que inauguró el registro en la ciudad de Buenos Aires, donde un total de 14 personas pidieron enmendar su género. Tucumán, con 20 trámites, fue la provincia donde más solicitudes se hicieron.
La ley permitía ahora la rectificación del sexo, la imagen y el nombre de pila de una persona, y el registro incluía, además de un nuevo documento de identidad, la emisión de una partida de nacimiento, aunque la original se archivaba tal como había sido hecha originalmente.
Ante 350.000 personas, en Lisboa comenzaba Rock in Rio, otra instancia del festival que sacudió al mundo desde Brasil en 1985, y llegaría a Buenos Aires el año siguiente. En París, Juan Mónaco salía de Roland Garros arrollado por Rafael Nadal. “Sentís que estás jugando contra un frontón”, dijo, sobre el partido que el español ganó en menos de dos horas. “Cuando Rafa encuentra la manera de jugar, cuando se acomoda, se hace imposible”.
Twitter continuó su tradición de dar por muerta a gente que está bien, viva y saludable. Ya lo había hecho con Gabriel García Márquez, Paul McCartney y Will Smith, y aquel lunes le tocó a Paul Bocuse, cuya “triste desaparición” se lamentó ampliamente en la plataforma. El chef legendarío viviría casi seis años más, hasta el 20 de enero de 2018.
En cambio, de verdad morían 26 personas y 190 quedaban heridas por un coche bomba en el centro de Bagdad. En Buenos Aires, también murió Norberto Suárez, el actor que hizo llorar al país entero en 1973 en Papá corazón, la telenovela de Abel Santa Cruz que coprotagonizó con Andrea del Boca, junto a Laura Bove y Elcira Olivera Garcés. El galán de El amor tiene cara de mujer había trabajado también en cine, dirigido por Leopoldo Torre Nilsson, Enrique Carreras y Alejandro Doria, entre otros, hacía ya muchos años que vivía en un retiro discreto.
Por segunda vez el video del “tipo de Trololó”, que al día de hoy ha sido visto más de 37 millones de veces, volvió a viralizarse. La primera había sido en 2010, uno de esos fenómenos de la red salidos de la nada y multiplicados por los algoritmos y el público. La segunda fue aquel lunes 4 por la muerte de Eduard Khil, el famoso barítono soviético que en 1976 interpretó “Estoy muy contento de estar de vuelta en casa” sólo con vocalizaciones —de ahí trololó— porque la censura no autorizó la letra.
Khil era muy popular en la URSS: en 1974 fue elegido Artista del Pueblo y a lo largo de su carrera ganó varios festivales de canción. Dos años más tarde, se presentó en un programa con un traje cruzado marrón, una corbata dorada y un pañuelo en el bolsillo superior, sonriente como el vaquero de Kentucky que protagonizaba la canción y regresaba a su casa, pero sin poder reproducir la letra porque era la guerra fría y a los censores de la cultura soviética no les había gustado. Así que cantó “trololó, trololololó”.
Cuando la URSS se desintegró Khill cantó en pequeños lugares de París, y en una ocasión para François Mitterand, el presidente de Francia. Ya retirado en 2012, murió en San Petersburgo. Su familia recibió las condolencias del mandatario Vladimir Putin.
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