Naturaleza, deportes, historia, antigua arquitectura en sus cascos urbanos, buena mesa e infraestructura hotelera, estos y otros atractivos llaman a quienes desean descansar sin recorrer grandes distancias, al menos para quienes viven en la zona del AMBA.
Con estos atractivos y sin recorrer muchos kilómetros y, en consecuencia sin invertir mucho tiempo en traslados, Chascomús, Uribelarrea y Cortínez acercan el campo a las grandes ciudades. Son tres opciones de turismo rural para descansar y divertirse con opciones para ir en pareja, familia o amigos.
Chascomús
Ubicada a 120 kilómetros de la Capital Federal, en un lugar privilegiado por la naturaleza dentro de la provincia de Buenos Aires, con más de 240 años de historia, se destaca como un importante centro turístico y cultural en constante crecimiento. Chascomús es el lugar elegido por quienes buscan tranquilidad, naturaleza y calidad de vida. Permite a través de sus bondades naturales la desconexión de la rutina diaria.
Una de las actividades elegidas por quienes gustan de la vida al aire libre es el recorrido de los 30 kilómetros del Camino de Circunvalación de la Laguna. Al ser totalmente asfaltado permite un fácil acceso para kayaks, windsurf, kitesurf, paddle surf o simplemente para pasar un tranquilo día de pesca. Recorrer la ciudad en bicicleta, auto o incluso a pie es una de las actividades más elegidas por los chascomunenses y turistas que visitan la zona.
Además, ofrece una amplia oferta hotelera y gastronómica y permite terminar los paseos con lo que los lugareños aseguran son los mejores atardeceres del mundo, mágicos e imperdibles en cualquier época del año.
Para hacer un recorrido por los lugres más emblemáticos e históricos de Chascomús será necesario transitar las calles adoquinadas del casco histórico y su patrimonio cultural. Será un viaje al pasado pasado que puede comenzar por la Plaza Independencia, con antiguos edificios como la Casa de Casco y la Catedral Nuestra Señora de la Merced y el imponente edificio del Palacio Municipal construido por el arquitecto e ingeniero Francisco Salamone. También es de visita obligatoria la casa de uno de los chascomunenses más famosos, el expresidente Raúl Alfonsín y la Vieja Estación de Trenes, hoy Centro Cultural Municipal Vieja Estación y Museo Ferroviario, que rememora el auge de un pueblo pampeano que fue Punta de Rieles por casi 10 años.
Más allá del casco histórico es posible encontrarse con la historia de las comunidades esclavizadas que está representada en la Capilla de los Negros, Monumento Histórico Nacional y declarada por la UNESCO como parte de la Ruta del Esclavo. La ciudad cuenta con un centro de investigación perteneciente al CONICET, el Instituto Tecnológico de Chascomús (INTECH) y la Estación Hidrobiológica de Chascomús, única en el país que realiza la cría intensiva del pejerrey de la laguna para poblar todos los espejos lacustres de la provincia de Buenos Aires. La ciudad cuenta con la Orquesta Escuela de Chascomús que combina la experimentación y el compromiso educativo y social. Chascomús es Capital Nacional de las Orquestas infantiles y Juveniles.
Chascomús tiene una amplia oferta de alojamientos de todos los niveles. Uno de los más nuevos en ser inaugurados fue el Howard Johnson Resort & Centro de Convenciones Chascomús, que abrió sus puertas en 2016. Se encuentra frente a la laguna de Chascomús. Está rodeado por dos hectáreas de parque cuenta con espaciosos ambientes, gastronomía, y excelentes vistas. Posee un estilo arquitectónico integrado al entorno natural, el hotel es ideal para parejas, grupos o familias en plan de descanso, adaptado para actividades corporativas y grandes convenciones. En sus instalaciones se encuentra el restaurante 1779 con una carta que se renueva en cada estación. También hay un bar y una amplia piscina descubierta con 3 niveles de profundidad y solárium. El espacio incluye cancha de vóley, piscina interna templada, spa con sauna seco, hidromasajes y gabinetes para masajes y tratamientos corporales y faciales, entre otras comodidades. Las estadías incluyen desayuno, estacionamiento descubierto y wifi. Cuenta con un centro de convenciones formado por 4 salones con una capacidad máxima de 650 personas.
Uribelarrea
Uribelarrea es un pueblo entrañable, lo llaman Uribe quienes lo conocen y visitan a menudo y también quienes llega por primera vez y lo disfrutaron a pleno. Mantiene una esencia y un encanto que invita a caminarla entera y a regresar una y otra vez. El pueblo fue fundado en 1890 cuando el estanciero Miguel Nemesio de Uribelarrea donó parte de sus tierras con el propósito de establecer una colonia agrícola. Entre 1930 y 1940 vivió su mayor esplendor. Por entonces fue un polo lechero con un centenar de tambos y queserías que abastecían a la Ciudad de Buenos Aires a través del ferrocarril del sur.
Uribelarrea fue elegida como locación para varias películas y producciones televisivas y publicitarias debido a su belleza arquitectónica característica de los pueblos rurales. La película más reciente filmada en Uribe fue El ciudadano ilustre, en 2015, que protagonizó Oscar Martínez. La iglesia situada frente a la plaza principal fue elegida en 1996 por el director Alan Parker para rodar escenas de la película Evita que protagonizó Madonna.
El pueblo pertenece al partido bonaerense de Cañuelas y se encuentra muy cerquita de Capital Federal, a sólo 80 kilómetros. Hay numerosos alojamientos en el pueblo como La Maína Uribe Posada, Moradas (pet friendly), Cabañas Jamakimel, Brisas del Campo. Este último cuenta con sauna, piscina cubierta climatizada y descubierta, parrilla y servicio de bicicletas gratis.
Entre los atractivos para recorrer a pie se encuentran las antiguas casonas muy cerquita de la Plaza Centenario, como una en la que funcionó la Central de Telégrafos. También se puede ver la facha donde solía estar la Tienda La Central o la casona del 1890 donde funcionaba el Club Argentino, sede de los militantes radicales, y el bar Estación de tren Uribelarrea.
La estación aún funciona, a pesar de ser muy antigua por lo que mantiene su estilo de parada de pueblo rural. Fue inaugurada en 1892 y aún conserva el estilo de la época, especialmente en el techo del andén, la sala de espera, los bancos y la boletería. Aún pueden verse objetos ferroviarios antiguos como el cartel de la estación, las palancas de cambio de vías, el galpón y la zorra de transporte. Como el ferrocarril de la línea Roca fue construido por ingleses, que lo administraron hasta que fue nacionalizado entre los años 1946 y 1948, en la estación de Uribelarrea se pueden ver piezas ferroviarias con leyendas en inglés.
Otro atractivo es el Museo Regional de Maquinaria Agrícola Leopoldo Rizziy, dentro de un galpón justo al lado de la estación. Esta estructura llama la atención desde que se entra al pueblo. Se ve el nombre de Uribelarrea en su techo y es una postal típica del pueblo. El lugar permanece abierto los sábados, domingos y feriados de 12 a 17 y la entrada es gratuita.
El punto principal del pueblo es la Plaza Centenario, desde ahí suelen iniciar los visitantes sus recorridos. Esa plaza es una de las pocas del país que posee forma octagonal, lo que posibilitó trazar ocho manzanas pequeñas a su alrededor y cuatro diagonales. El encargado de este trazado fue Pedro Benoit, el mismo que diseñó la ciudad de La Plata. Justo enfrente está la Parroquia Santuario Nuestra Señora de Luján. La construcción de la iglesia fue un acto de amor. El fundador del poblado, Miguel Nemesio Uribelarrea, la hizo construir en honor de su esposa cuando falleció. Fue inaugurada el 18 de diciembre de 1890, coincidiendo con el aniversario del casamiento de la pareja. En el patio descansan los restos de Uribelarrea. En el Jardín de la Divina Misericordia, situado en el costado izquierdo de la Parroquia hay feria artesanal para comprar productos regionales.
Uno de los lugares más emblemáticos para comer en Uribelarrea es El Palenque, un restaurante histórico de campo, justo en la esquina de la Plaza Centenario. Fue un almacén construido en 1890, que también supo ser depósito de sal para los saladeros de la zona. Es llamativa por su fachada de antaño, intacta y con techos altos de ladrillos. Actualmente es un bar y casa de comidas.
Otro lugar típico es La Pulpería El Rancho. La decoración por dentro también es muy atractiva y remonta a épocas lejanas. Allí se puede comer comidas regionales, asado y suele haber espectáculo de peña sábado por medio, con pizza libre. La Escuela Agrotécnica Salesiana Don Bosco, se encuentra saliendo a 3 kilómetros, por la avenida Valeria Crotto. Es la primera escuela agrícola de la Argentina. A su lado se encuentra Iglesia Don Bosco y el molino. Allí también hay una proveeduría donde comprar productos locales: quesos, dulce de leche, huevos, miel, mermeladas, pickles, berenjenas en escabeche, aceitunas en salmuera, yerba y vinos. Estos son producidos por los alumnos de las escuelas salesianas de Uribelarrea, Mendoza y Misiones.
También es posible visitar el tambo Valle de Goñi donde se elaboran productos 100% con leche de cabra, como dulce de leche y variedad de quesos. Ofrecen visitas guiadas para ver el cuidado de las cabras, cómo las alimentan, recorrer las instalaciones y conocer los lugares de ordeñe. Es presentado como un paseo ideal para ir con niños.
Cortínez
El nombre genera cierta confusión porque generalmente se lo escribe como Cortines, pero oficialmente es Cortínez. Curiosamente, todavía pueden verse carteles donde está escrito con “s” final y en otros con “z”, dado que en distintos escritos el apellido de su fundador, el político sanjuanino Segundo José Santiago Cortínez, aparece de las dos formas. Nacido en 1830 tuvo una destacada actuación como juez, diputado nacional y colaboró en las presidencias de Bartolomé Mitre y Domingo Faustino Sarmiento.
La tranquilidad pueblerina se nota a cada paso en este pequeño pueblo del partido de Luján que se originó con la llegada del ferrocarril. El pueblo nació en 1888.
Aún pasa el tren y su estación es puesto ferroviario y centro cultural, conservando un añejo molinete y un vistoso aljibe. Frente a las vías, todo se concentra en el boulevard Muñiz, plagado de tupida arboleda.
En sus laterales se suceden varias casonas, algunas de ellas convertidas en pintorescos restaurantes con mesas al aire libre, tales como el restaurante Don Obayca, antiguo almacén de ramos generales con muy buenas picadas, pastas caseras y parrilla bien variada y La Vieja Pulpería de Tessone, convertida en salón comedor con exquisitas carnes asadas y sus vegetales a la espada, especialidad de la casa o la finca de campo Las Moras con su amplio espacio verde bien arbolado para comer debajo de los fresnos.
Resalta además la moderna y sencilla capilla del Santo Cristo, construida en 1964 y un predio deportivo e infantil ubicado junto a las vías. Antes de llegar al pueblo, merece una parada la construcción abandonada de la estación de servicio, situada a la vera de la Ruta 7 (mojón 77) donde aún resiste su clásica estructura y aquel añejo cartel de YPF, ideal para los amantes de los recuerdos y la fotografía.
Cortínez está ubicado a 10 kilómetros al oeste del partido de Luján, sobre la ruta nacional 7. La llegada del Ferrocarril “al Pacífico”, actualmente San Martín, con la intención de transportar cereales y leche producidos en la zona, sirvió para comenzar a darle vida a lo que por entonces era apenas un caserío. El tren promovió el asentamiento de nuevos pobladores en las cercanías de la estación.
Luego en 1928, la instalación de la Algodonera en la vecina localidad de Jáuregui, también partido de Luj{án, y en 1947 de la Fabril Linera en sus cercanías le confirieron el definitivo desarrollo a tierras que en su mayoría fueron fraccionadas por los herederos de sus primitivos pobladores.
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