Ostende es una de las villas balnearias más antiguas de la costa atlántica bonaerense, a principios del siglo XX sus playas encantaron a una colonia de inmigrantes belgas. Aquellos pioneros europeos, enamorados de la tranquilidad del paisaje y de los bosques que enmarcan la costa, la bautizaron Ostende en honor a la ciudad del mismo nombre ubicada en Bélgica, sobre el Mar del Norte. En esos años, Mar del Plata era el único balneario de grandes dimensiones que se estaba desarrollando.
Ubicada a 3 kilómetros al sur de Pinamar, muchos residentes y turistas conciben a Ostende como la zona residencial de la ciudad cabecera del partido y valoran su espíritu apacible alejado de la movida nocturna. La ciudad fue pensada siguiendo los cánones arquitectónicos europeos de la Belle Epoque, cuando comenzaban a ponerse de moda los balnearios marítimos para el turismo.
Es una de las seis localidades que conforman el partido de Pinamar: Montecarlo, que es una reserva natural, la ciudad de Pinamar, Mar de Ostende, Ostende, Valeria del Mar y Cariló.
Sin centro comercial turístico bullicioso y frenético, muchos viajeros priorizan la serenidad y eligen hacer sus compras y salir a comer en Pinamar o en Cariló, Ostende se caracteriza por playas extensas, rodeadas por una barrera de médanos y bosques de tamariscos y acacias. Además, muchos dicen que es uno de los mejores lugares para correr las olas y practicar surf.
Dentro de la costa atlántica bonaerense, Ostende se destaca como un punto emblemático por su valor histórico y cultural, heredado de aquellos inmigrantes de principio de siglo que soñaron con una villa balnearia con aires europeos. “Ostende nació como un proyecto del belga Fernando Robette y el italiano Agustín Poli, quienes llegaron en 1908 con el plan de hacer una ciudad gemela a la Ostende de Bélgica”, contó a Infobae Juan Ibarguren, secretario de Turismo y Desarrollo Económico de Pinamar.
“Ostende se caracteriza por su tranquilidad, no tiene una calle costanera como el resto de los balnearios y los grupos de jóvenes no suelen elegirla, prefieren Pinamar por su vida nocturna. Por eso es un lugar ideal para familias. tiene una cadena de médanos muy hermosa a pasos de la playa, lo que la convierte en un destino elegido para veranear de forma más serena”, señaló en diálogo con Infobae, Pedro Marinovic, presidente de la Asociación Empresaria, Hotelera y Gastronómica de Pinamar.
En cuanto a la oferta hotelera, Marinovic detalló que Ostende tiene habilitadas unas 1.500 plazas hoteleras, en Cariló hay unas 3.000, Valeria del Mar cuenta con 6.000, y Pinamar dispone de 15.000 plazas para alojamiento. La oferta hotelera se concentra en los apart hotel frente al mar o en los dos grandes hoteles 4 estrellas que tiene el balneario, el Hotel Savoia y el Hotel Viejo Ostende.
A pesar de esta selecta oferta para turistas, se calcula que el 40% de los habitantes de todo el partido de Pinamar viven en Ostende. El centro comercial para los residentes estables se ubica sobre la calle Víctor Hugo, que es un gran polo de comercios no turístico, sin grandes ofertas gastronómicas o de indumentaria.
Un recorrido imperdible por Ostende:
- La Rambla Sur
Es un lugar histórico de la etapa fundacional de la villa balnearia. Se comenzó a construir en el año 1912 como paseo costero, con escalinatas para bajar al mar y con vestuarios.
Cuando los inmigrantes europeos regresaron al viejo continente por la Gran Guerra, el proyecto quedó en pausa y solo llegó a construirse la parte de la rambla que se ve en la actualidad. Estuvo tapada por la arena durante muchos años.
Hoy, recorrer la vieja rambla que es el centro de eventos culturales en verano y el sitio más solicitado para los amantes del surf, es un clásico de la ciudad.
- La Elenita
En 1930 el expresidente argentino Arturo Frondizi y su familia conocieron las costas de la villa balnearia y quedaron encantados. En 1935, decidieron construir una pequeña casa de pinotea sobre pilotes frente al mar, para veranear en familia.
Había muchas otras, de similar diseño, y la única que perduró al paso de los años, fue La Elenita, declarada Monumento Histórico Provincial.
- El Hotel Savoia
Una de las características destacada de Ostende es que combina el clima residencial y familiar con hotelería de lujo.
En la villa balneria se encuentra el Hotel Savoia, un alojamiento 4 estrellas que, además, es el más grande de todo el partido de Pinamar, con servicios exclusivos y 120 habitaciones. Está ubicado sobre la playa, y ofrece una salida exclusiva al mar, además de un espacioso parque con pileta climatizada. Recibe a los viajeros desde noviembre hasta semana santa.
El Savoia tiene una destacada impronta histórica, ya que es testigo de la época fundacional en Ostende. Fue cambiando su fisonomía, desde un pequeño hotel llamado “Hotelito”, pasando por el nombre de Blue Hotel, Hotel Nurimar hasta llegar al nombre actual.
El Hotel Savoia junto al Viejo Hotel Ostende se destacan por ser las dos opciones de gastronomía gourmet de la villa balnearia, ya que el resto de la oferta de bares y restaurantes se encuentra en Pinamar o en las localidades vecinas de Cariló y Valeria del Mar.
En diálogo con Infobae, Fabian Salvucci, presidente de la Asociación Hoteles de Turismo de Pinamar, destacó que estos dos hoteles “son los más grandes de todo el Partido de Pinamar, los valores aproximados para enero y febrero en una habitación doble por día, arrancan desde los $19.000 hasta los $ 27.000, dependiendo del tipo de habitación y servicios incluidos”.
- El Viejo Hotel Ostende
El Viejo Hotel Ostende, se fundó en 1913 y es un punto icónico para el turismo local. El proyecto nació con 80 habitaciones, y ya a principios del siglo XX ofrecía amplios salones, espacios para juegos, lectura y esgrima, fábrica de pastas y repostería, restaurantes y jardines de invierno. Hoy funciona con 50 habitaciones entre la parte antigua y la remodelada.
El hotel estuvo desde siempre ligado a la literatura y se destaca por sus visitas ilustres. Se conserva intacta la habitación en la que se alojó el escritor francés Antoine de Saint Exupery, autor de El Principito, quien se hospedó en el hotel durante dos veranos consecutivos a principios del siglo XX. Los visitantes pueden visitarla en el primer piso.
Además, los escritores argentinos Adolfo Bioy Casares y Silvina Ocampo conocieron el hotel en la década de 1940, y se inspiraron en él al escribir su novela policial Los que aman, odian, en la que el Viejo Hotel Ostende aparece como una imagen fantasmagórica entre las dunas.
“Fuera del clásico Hotel Savoia y el Viejo Hotel Ostende existen varias opciones de alojamiento de tres y dos estrellas y muchos departamentos y aparts pequeños frente al mar. Los hoteles y aparts de Ostende abren en su mayoría solo en temporada alta”, señaló Salvucci.
Las playas y el bosque
Los turistas que disfrutan sus vacaciones cada verano en Ostende disfrutan de las playas de más de 200 metros, amplias y sin aglomeraciones. En algunas zonas está permitido ingresar a la playa con vehículos como cuatriciclos y motos de agua, pero solo en un área delimitada. El Faro, Puerto Ostende, Barlovento, Hipocampo y La Rambla son los balnearios clásicos de Ostende. Todos cuentan con la opción de disfrutar de desayunos, almuerzos o meriendas frente al mar.
Como en todas las temporadas ofrecen el alquiler de carpa con mesa y 4 sillas por día, o por semanas y también la opción de sombrillas con una mesa.
La leve inclinación del terreno en la costa produce olas regulares y hace que el mar sea poco profundo por muchos metros. La cercanía a la costa de la corriente cálida del Brasil y las corrientes frías que se alejan de la costa a partir del Cabo Corrientes, en Mar del Plata, crea en la zona un microclima con una temperatura un poco más altas que las playas circundantes, lo que lo hace ideal para disfrutar de la playa y del mar.
En días nublados o simplemente para perderse entre los árboles de acacias y tamariscos, la villa balnearia también ofrece la posibilidad de disfrutar de su frondoso bosque. Se pueden realizar cabalgatas o alquilar bicicletas para recorrer la zona en familia y llegar hasta las vecinas Cariló, Valeria del Mar y Pinamar.
Para los amantes del surf
El lugar ideal para practicar este deporte en Ostende es la playa de la Rambla de los Belgas, al no tener gran profundidad ni gran rompiente el mar, es ideal para quienes están aprendiendo. El surf se convirtió en deporte olímpico desde hace poco, y esa visibilidad hizo que mucha gente quiera conocerlo.
Las clases son a partir de los 4 años de edad y por disposición municipal, con tablas blandas y cada escuela debe tener su propio guardavidas. Las más chicos primero aprenden la técnica en la arena y luego pasan al agua.
“Las clases son individuales y duran cerca de una hora, también tenemos clases para niveles intermedios y avanzados”, explicó a Infobae Lucho Di María de Tapiocas Escuela de Surf de Ostende.
El momento ideal para practicar surf es temprano por la mañana o al caer la tarde. “Cuando hay menos viento es el momento ideal y eso ocurre por la mañana, en la costa en general al mediodía rota el viento y suele ocurrir que empeore condiciones y vuelve a mejorar al fin de la tarde”, detalló a Infobae Pablo “Foca” Artaza de Honolua Surf Escuela.
“El rango para aprender es ilimitado, desde los más chicos hasta los más grandes, pero la mayoría entre la primera y la segunda clase casi todos pueden disfrutar la experiencia de surfear”, dijo Artaza y agregó: Van acompañados con instructor y en el balnearios hay guardavidas que pertenece a la escuela”.
A minutos de Pinamar y Cariló, pero con identidad propia, Ostende ofrece al turista unas vacaciones distintas. No sólo mantiene las huellas de los pioneros europeos, su identidad está anclada en las extensas playas rodeadas de médanos y bosques, y de un entorno apacible ideal para viajar en familia.
SEGUIR LEYENDO: