La ruta de los carnavales más exóticos y extravagantes del mundo

Río, Venecia y Gualeguaychú son algunos de los más conocidos para los argentinos. Sin embargo, distintos rincones del planeta celebra el carnaval con ritos extraños y festejos que rescatan las tradiciones de antaño

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Carnaval de Río de Janeiro (REUTERS/Marcelo Carnaval)
Carnaval de Río de Janeiro (REUTERS/Marcelo Carnaval)

El carnaval es una experiencia que se celebra en el planeta entero, con diferentes orígenes y costumbres, pero que habla de cierta integración suprahumana en la necesidad de dejar las convenciones por un rato, sumergirse en otra identidad y hacer con ella aquello que no se puede con la propia.

Hay antecedentes que datan de celebraciones de los sumerios más allá de los 5000 años atrás. Se ha reformulado como fecha a partir del cristianismo y el calendario de comienzo de la Cuaresma, los cuarenta días previos a la Pascua donde se evita comer carne. Se supone que la palabra proviene de “carnem levare” que significa “sacar la carne”. Antes de ese momento de reflexión y reencuentro con las ideas, se proponía un banquete súperprovisto que se extendía varios días.

Aunque dos de los carnavales del mundo se llevan todas las palabras, Venecia y Río, sumados al vernáculo de Gualeguaychú, la experiencia de estas fiestas se ve atravesada por mixturas locales que le an identidad a las celebraciones más extrañas en sitios sorprendentes. Aquí la ruta de aquellos carnavales que dejan la boca abierta por la extravagancia y la sorpresa.

El que enciende la chispa

(Oficina de Turismo de Tabasco)
(Oficina de Turismo de Tabasco)

Tenosique, en Tabasco, México, debe su nombre a una mezcla de términos mayas Tana-Tsiic, que significa Casa donde se Hila. Aunque no existe registro concreto que determine el inicio de la práctica, se trata de uno de los carnavales más extraños del planeta. Durante su celebración se llevan a cabo una serie de danzas prepautadas con cierto tinte sorpresivo y onírico.

Es el que primero comienza en el mundo, dando su inicio cada 20 de enero con El Baile de la Harina, una reunión entre lugareños y visitantes, quienes llevan bolsas de harina, que se lanzan mutuamente (hasta 2 toneladas), haciendo una pequeña batalla campal dentro de la plaza municipal de Tenosique. Otros más audaces arrojan las bolsas de harina con agua y huevo.

Luego se desarrolla la danza del Pochó (Dios de la muerte), una baile en la que intervienen personajes (mujeres Pochoveras y los hombre Cojóes) vestidos con hojas y canastas de flores y cubiertos por máscaras tétricas de madera, representando la lucha entre el bien y el mal. Al final interviene la figura de los Jaguares, y todo concluye con la derrota y muerte del maligno dios Pochó, que es ahorcado y quemado.

El callejero más grande de Europa

(QveverLondon)
(QveverLondon)

Con la curiosidad de celebrarse en agosto, el Carnaval de Notting Hill ha crecido desde mediados del siglo pasado. De un festejo tradicional de comunidades afro-caribeñas, especialmente de Trinidad y Tobago, hasta llegar a ser el carnaval callejero más grande de Europa.

Desde sus comienzos en salones, a su conquista de las calles, la evolución de este festejo ha estado marcada por la música, el colorido, los desfiles y las máscaras.

Su origen parte de la idea de integrar inmigrantes y británicos que estaban un poco recelosos de los recién llegados. De pronto la flema inglesa se transforma en cadencia caribeña. Desfiles de gran colorido, ritmos latinos, plumas y lentejuelas, bailes, ron y muy buen humor es la tónica de esos días.

Su popularidad es tan alta que se ha convertido en el segundo Carnaval más grande del mundo después de Río de Janeiro.

Munición fruta

(Shutterstock)
(Shutterstock)

Nada de confeti, ni de espuma. La fiesta piamontesa en Ivrea, en el norte de Italia reedita desde 1808 la batalla campal de naranjas. La inspiración llega de mano de la historia. Una versión indica que luego de la muerte del tirano Rainieri de Bramante a manos de la Molinera (“la Mugnaia”), el pueblo se rebela contra las tropas del ejército napoleónico a naranjazos. Otra fuente sugiere que un episodio ocurrido en la edad media: un barón no bien visto por su pueblo, fue expulsado gracias a la rebelión de la hija de un molinero que se negó al derecho de pernada, y que inició una revuelta popular.

Sea como fuere, hoy los lanzadores de naranjas (‘arancieri’ que representan al pueblo) defienden sus plazas del ataque de los carros, mientras que en las calles de la ciudad desfila el cortejo de la Molinera que distribuye flores, dulces y todo tipo de obsequios a los habitantes del pueblo.

La disputa dura tres jornadas, mientras un jurado determinará, al término de la fiesta, si los ganadores son los lanzadores del pueblo o los carruajes.

Prohibido sin disfraz

(Laza - Oficina Turismo de Galicia)
(Laza - Oficina Turismo de Galicia)

Uno de los carnavales más característicos de Galicia se desarrolla en Laza, Ourense (Galicia). Junto con los carnavales de Xinzo de Limia y Verín forman un peculiar triangulo de carnaval en Galicia. Su origen tiene dos versiones. Una de ellas indica que provendría de los ritos celtas que hacían los druidas; y, por otro, supone una tradición romana relacionando la vestimenta del Peliquero, típica del evento, con la indumentaria de los soldado romanos.

Los grandes protagonistas son “Os Peliqueiros” que acompañan a “Os Fulións” que son comparsas de 30 a 40 personas que recorren las calles haciendo música con la misión de ahuyentar a los espíritus indeseables. Para hacerlo van cargando una fusta que se llama “a zamarra” para golpear a todo el que vaya sin disfraz. Al Peliquero -que porta un traje puede llegar a pesar hasta 25kg- no se lo puede tocar. Sólo insultarlo.

Si todo esto fuera poco, el lunes de carnaval, se produce una batalla campal entre todos los participantes con trapos llenos de barro, en concordancia con la ‘baixada de Morena’, donde un personaje vestido con una cabeza de vaca persigue a las mujeres mientras se lanzan sobre las multitudes grandes cantidades de harina y hormigas vivas.

Gato por liebre

(Blinche Unesco)
(Blinche Unesco)

El carnaval de Blinche, en Bélgica, ha sido elegido como patrimonio inmaterial de la UNESCO. Sus orígenes se remontan a la Edad Media, es una de las más antiguas celebraciones de este tipo que sobreviven en Europa. María de Austria, hermana de Carlos V, fue quien introdujo el carnaval cuando formaba parte del Imperio Español. En la celebración se e recuerda a los Españoles, disfrazándose de colonos e indígenas en tiempos de la conquista de América.

Los Mam’selles, hombres disfrazados con atuendos femeninos de gran labor artesanal que lleva más de un año en confección, son la principal atracción. El apogeo de la fiesta es el martes de Carnaval, cuando hacen su espectacular aparición los Gilles ostentando sus trajes rojos, amarillos y negros, sombreros de plumas de avestruz, zuecos de madera, campanillas, máscaras de cera y pequeños anteojos, recorren la ciudad al compás del tambor. Los bailarines describen una danza con una coreografía centenaria y compleja.

Para muy pocos

(Visit Gozo)
(Visit Gozo)

La isla de Gozo es un pequeñísimo reducto de 65 kilómetros cuadrados en el archipiélago de Malta. Es una localidad extremadamente tranquila que, por lo común, pasa ignorada por los visitantes.

El Carnaval está estrechamente relacionado con el folklore maltés. Se lleva celebrando 1470. El carnaval de Nadur es profundamente tradicional y espontáneo. No hay un comité organizador ni norma alguna. En Nadur, el propósito de los disfraces es que no se reconozca al sujeto: las calles están abarrotadas de una multitud enmascarada y encapuchada. Los participantes visten todo tipo de disfraces divertidos y grotescos. Algunos llevan ropajes satíricos, otros permanecen en silencio para darle más credibilidad a su disfraz. Todo esto le ha dado a las celebraciones de Nadur el sobrenombre de El Carnaval Silencioso.

Los tres días más guapos del año

(Basel Tourismus)
(Basel Tourismus)

Die drey scheenschte Dääg, así se le dice al carnaval de Basilea denominado Fasnacht. De origen medieval, con remembranzas de aquellos tiempos donde la única luz nocturna era la de los astros, se inicia la celebración a las cuatro de la madrugada dejando a la ciudad completamente a oscuras. El toque de diana o Morgestraich convierte el casco antiguo en un mar de faroles pintados a manos. Las comparsas toman las calles sin luz, sólo a ritmo de los tambores y las flautas. Todas las personas salen a las calles con la intención de burlarse de los errores de la temporada que hayan cometido los políticos. Las máscaras deben contar con linternas y son éstas las que dan luz a los sucesos.

En tanto, los “Waggis”, reparten caramelos entre los niños.

Las celebraciones concluyen con el Endstraich o toque de retirada a las cuatro en punto de la madrugada del jueves.

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