El turismo masivo suele ser muchas veces repudiado por aquellos que viven en el destino y que buscan que su rutina no se vea interrumpida por la cantidad de visitantes que merodean por la ciudad. Sin embargo, en muchos lugares es inevitable.
Un caso reciente es en Francia, donde cientos de personas buscan la foto ideal en la pintoresca, colorida e imponente calle parisina Rue Crémieux. Y es que en el último tiempo se convirtió en un punto turístico de París, casi de tanto interés como la Torre Eiffel o el Arco del Triunfo.
Lo cierto es que en esta pequeña calle -que se distingue por tener casas con sus fachadas de distintos colores que van desde el celeste, amarillo, lila, anaranjado- los turistas posan y utilizan las puertas de los mismos hogares como sostén de sus fotografías. Esto se repite una y otra vez, sobre todo en temporada alta, cuando París se colma de visitantes.
Con una calle empedrada, las plantas que decoran las entradas de las propiedades terminan de dar el toque perfecto para la foto en Instagram. Sin embargo, todo parece estar llegando a su fin, dado que la masa de personas en los últimos meses provocó el hartazgo definitivo de los vecinos, que se quejan del ruido, de la basura, y del poco respeto que muestran los turistas que no dudan en sentarse en la puerta de sus casas, posar en sus ventanas o grabar videos musicales sin importar el horario.
De este modo, los vecinos se reunieron y crearon una asociación vecinal para presentar una queja formal ante el Ayuntamiento de París, solicitando que se cierre el acceso a la calle a quienes no sean residentes, al menos, durante las noches y los fines de semana para poder descansar de los ruidos molestos. Los vecinos idearon una acción concreta: que se instale una entrada que pueda cerrarse durante las horas más conflictivas.
El vicepresidente de la asociación de vecinos aseguró en un reportaje para el canal francés Franceifo que los propietarios tienen que soportar conversaciones a cualquier hora, música a un volumen exagerado, sesiones de fotos y desecho de basura. "Se ha convertido en un infierno. Durante la semana es soportable porque no son demasiado perturbadores. Pero durante el fin de semana, hay 200 personas al lado de nuestras ventanas. Estamos comiendo y la gente está fuera haciéndose fotos", aseguró.
En busca de una respuesta, los vecinos crearon una cuenta en Instagram para plasmar la incómoda situación que viven a diario en la pequeña calle adoquinada. La cuenta de Instagram que responde al nombre de Club Crémieux sube a diario fotos tomadas desde las propias ventanas de los vecinos, y denuncia las situaciones más insólitas como aquellos que ingresan con parlantes para filmar su videoclip o los que ensucian las paredes con su calzado con tal de obtener la foto perfecta.
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