Un lago con aguas similares a las del Mar Muerto. Un complejo termal que una ciudad siempre soñó y que ya daba por perdido luego de intentos frustrados, una y otra vez.
La historia es potente. Después de 34 años, un grupo de hoteleros que perdieron todo en la inundación de la Villa Epecuén inauguraron un parque termal con 12 piletas y spa que usa las aguas del lago Epecuén.
¿Por qué es tan significativo para sus habitantes? Allá por 1985, una inundación arrasó con la Villa Epecuén, un ícono turístico de la zona en esa época, con turistas que llegaban para disfrutar de las propiedades del agua termal.
Desde ese entonces, las personas soñaron con volver a tener un centro termal para recibir a los viajeros. Esta vez, el parque termal estaría en la propia Carhué -una ciudad ubicada en el interior de la provincia de Buenos Aires, y cabecera del partido de Adolfo Alsina-.
Pero el camino fue largo. En el medio, Carhué fue desarrollándose turísticamente, con hoteles de todo tipo. Finalmente, fue un grupo de empresarios locales los que se juntaron para hacer la inversión que requería un complejo de estas características.
"Esta obra cumplió el sueño de toda la comunidad de Carhué, es un antes y un después para el turismo local", explica Rubén Besagonill, uno de esos inversores que tiene un hotel con piletas de agua termal en la ciudad y uno de los que había perdido todo en la inundación de 1985.
"El Parque marca un hito en la utilización de nuestro recurso termal. Además, reviste una importancia significativa para aquellos prestadores hoteleros que no cuentan con piscinas ni servicios de spa", expresó el Intendente de Adolfo Alsina, David Hirtz.
"Estamos trabajando fuertemente en el turismo termal como atractivo y experiencia para los viajeros. En nuestro país hay una gran oferta de este producto, 17 provincias suman opciones para el disfrute", comentó Alejandro Lastra, secretario de Desarrollo y Promoción de la Nación, que estuvo en la inauguración.
¿Qué hacer en un viaje al parque? las aguas del lago Epecuén son únicas en el mundo por sus propiedades. Lo que se inauguró fue el primer módulo de piscinas termales, una gran piscina dividida en tres partes: dos laterales para permanecer de pie, flotar, y moverse; y una gran piscina central que se asimila a un gigantesco jacuzzi.
También cuenta con un sector previo a la pileta para reposar, y un gran solárium en la planta alta. El complejo funcionará todo el año de martes a domingo. Para alojarse hay hoteles, complejos, cabañas y hasta hostels. El imperdible: avistaje de aves en el lago, donde vive tercera colonia de flamencos más grande de América. Lo principal: el relax. Por su tranquilidad y las aguas del lago es un lugar ideal para relax, belleza y bienestar.
Además, vale la pena tener en cuenta que, en Carhué, también hay una obra megaconocida del arquitecto Francisco Salamone, que dejó desperdigadas sus creaciones por el interior de la provincia de Buenos Aires: se trata del edificio municipal de Adolfo Alsina, que cumplió 80 años el año pasado.
Hay otra de sus obras más icónicas, el Matadero, en lo que hoy son las ruinas de Epecuén, que merecen una visita por su historia, por lo impresionante y conmovedor del paisaje, un paseo obligado y un punto ideal para amantes de la fotografía y el cine.
Se puede llegar vía terrestre o en avión al aeropuerto de Bahía Blanca -Buenos Aires-, y el de Santa Rosa -La Pampa-, ambos a 200 kilómetros
Y el dato de color: en 2017 el lago Epecuén obtuvo el récord Guinness cuando sus habitantes se unieron para mostrarle al mundo las propiedades de sus aguas, similares a las del Mar Muerto.
Exactamente 1941 personas flotaron en línea sin asistencia de ningún elemento de flotación superando la marca de China, que era de 650 individuos.