Aprovechar cualquier fin de semana para desconectarse del entorno pareciera ser una premisa, y si es acompañada por traslados cortos y destinos ajenos al ruido de la ciudad, el viaje está casi cerrado.
A una hora de la capital, Tigre aparece como una alternativa natural. En los últimos años la oferta de este municipio creció de manera formidable. El paseo Victorica es una buena opción para disfrutar del día desde la mañana y degustar un buen almuerzo. Por la costanera, también es posible encontrar variedad gastronómica que mira al río y acceso a los clubes de remo. Además, es posible visitar el Museo de Arte, ubicado en el edificio del antiguo Tigre Club, y el Museo del Mate.
Para aprovechar de un paseo, las lanchas colectivas no solo son una opción para moverse por la zona, sino también para sumergirse en la vida local de los isleños. Al final del día es posible disfrutar de una puesta de sol en una casa de té en alguno de los paradores, o una cena a orillas del río Tigre.
Hay mucho más para recorrer y conocer. También está la opción de quedarse dos días, con variadas opciones para pasar la noche, con piscinas y spa; cabañas para sentir la experiencia directa de estar en una isla en pleno Delta o bungalows, con todas las comodidades. Además, los más aventureros pueden realizar paseos nocturnos en kayak bajo la luz de la luna.
Por otra parte se puede visitar: el Boulevard Sáenz Peña, ferias de antigüedades, músicos y puestos de coleccionistas itinerantes. Además, para los que quieren realizar una actividad diferente, se ofrecen visitas guiadas a un establecimiento apícola.
Tigre es sinónimo de vida náutica y hay muchos canales y cursos de los ríos Tigre, Luján y Sarmiento para pasar el día navegando y conocer las historias que atesora este lugar, al igual que sus clubes de remo.
Además, el Puerto de Frutos no pierde vigencia, como tampoco su parque de diversiones. Los que buscan descansar pueden tomarse un recreo frente al muelle, ahí mismo desde donde salen los catamaranes y las típicas lanchas colectivo y todo tipo de embarcaciones para los turistas: lanchas, kayaks, velas, botes para paseos en grupo o individuales como las travesías para quienes prefieren remar.
También, un fin de semana y un buen asado en las estancias del campo bonaerense son la solución perfecta para descansar y relajarse. San Antonio de Areco, a una hora y media de la Ciudad, es otro de los puntos favoritos al que se le puede sumar jugar golf, tenis, futbol, polo y apreciar destrezas criollas.
Cuenta con varias visitas guiadas, por el casco histórico, por los talleres de los artesanos y por los bares históricos. Además de un típico asado o una visita por una tradicional pulpería. Areco aún conserva el espíritu colonial en sus calles empedradas, bodegones, pulperías y viejos almacenes de ramos generales, que hoy son restaurantes para degustar comida criolla. Muchas de sus casas y fachadas hoy constituyen gran parte del patrimonio arquitectónico, donde es común encontrar a los artesanos trabajando en sus propios talleres de platería criolla, joyería contemporánea, soguería en cuero, e incluso tejidos a telar criollo de ponchos y otras originales piezas.
El día puede completarse con una visita a un campo de polo o una recorrida por sus puntos más antiguos y característicos, como el museo Ricardo Güiraldes. Para los que quieran pasar el fin de semana, hay estancias o casas de campo con todo el confort para disfrutar la noche y despertarse con un buen desayuno campestre.