Por Susana Mitchell
En Cancún el sol irrumpe en el mar Caribe y se esconde en la laguna Nichupté. Esto sucede todos los días desde mucho antes que Francisco Hernández de Córdoba explorara la zona en 1517. La impronta maya y sus misteriosas construcciones en piedra perduran hasta hoy, convirtiendo a esta increíble belleza natural en uno de los principales destinos turísticos del mundo.
Mucho se ha escrito sobre Kaan y Kun (en maya: cuna o nido de serpientes) territorio que supo ser una isla de pescadores, rodeada de selva y playas vírgenes. Pero poco se ha dicho de su crecimiento exponencial con la llegada del turismo internacional, las inversiones de cadenas hoteleras 5 estrellas y el desarrollo de los negocios inmobiliarios con miles de torres y centros comerciales que no tienen nada que envidiar a las mejores zonas de Florida.
Parques nacionales, arrecifes y ruinas
Al suroeste de la ciudad y como una forma de preservar el área pre fundacional de este gran ecosistema yucateco, el Parque Ecológico Kabah fue declarado Área Natural Protegida en 1995. Recomendado como uno de los principales atractivos para locales y turistas, cuenta con 39 verdes hectáreas donde se pueden observar diferentes tipos de animales y especies vegetales, remanente de la selva que existió antes de la construcción de la ciudad.
Con el objetivo de concientizar sobre los recursos naturales de la zona, frente a un crecimiento desmedido y acelerado, se ofrecen recorridos guiados, actividades ecológicas y talleres. A lo largo de los senderos se pueden observar las diversas especies de mamíferos, reptiles y aves, entre las que destacan coatíes, cocodrilos y monos "araña". El parque cuenta también con zonas de esparcimiento y juegos para niños.
Otro paseo recomendado y a un par de horas de auto de la zona hotelera de Cancún, se encuentran las ruinas de Tulum, dentro del Parque Nacional del mismo nombre. Tulum fue una de las urbes mayas más destacadas de los siglos XIII y XIV por ser parte importante de la ruta comercial de los antiguos pobladores. Así lo demuestran algunos objetos hallados, procedentes de varias regiones de la península, lo cual demuestra la trascendencia de este legendario poblado maya, hoy convertido en una de las atracciones más hermosas y con mayor afluencia del turismo internacional. Llevar cámara, sombrero y protector solar para disfrutar de una mañana de expedición maya inolvidable.
De regreso a la zona hotelera, además de las mejores playas, se encuentra Punta Cancún, una porción del Parque Nacional Occidental Isla Mujeres, Punta Cancún y Punta Nizuc. Este parque forma parte del conocido "Gran arrecife maya" donde los que pretendían invadir o sorprender a los nativos quedaban atascados en las extensas barreras de coral hasta que desistían de sus intensiones piratescas. En la zona litoral de Punta Cancún predominan la vida de playa y los deportes y actividades acuáticas: paseos en kayak y windsurf son algunas de las opciones permitidas. A los amantes del buceo profesional y el snorkeling se les recomienda llegar en lancha desde los clubes náuticos ubicados en las lagunas de Nichupté y Bojórquez, o también desde las mismas playas de la zona hotelera.
Primeras marcas y mercados artesanales
Como consecuencia del crecimiento y desarrollo inesperado, invadieron Cancún los shopping centers o "plazas", de inversión local y extranjera. Gigantes de luces, escaleras mecánicas, cemento y neón sorprenden a su paso, ofreciendo todo en lo que a últimas tendencias de la moda se refiere: desde joyería hasta indumentaria deportiva, vestimenta de fiesta y ropa casual de todas las marcas del mundo, nada falta para aquellos fanáticos de las compras. De arquitectura moderna y vanguardista, los centros comerciales de Cancún convocan a toda hora pero principalmente cuando cae el sol hasta la hora de buscar un buen reducto gastronómico para cenar, que los hay y en cantidad y variedad insospechada.
La oferta de comida, nacional e internacional es del mejor nivel y satisface la demanda de cualquier preferencia a toda hora. Prevalece la opción de mariscos y pescados (en esto los cancunenses son buenos) así como también una amplia variedad de restaurantes italianos, de carne (muchos argentinos eligieron este lugar para vivir y abrir su negocio de parrilla) y de comida típica mexicana. La noche suele ser larga y activa acompañada de música de todas partes del globo, que se escurre de los bares y discos inundando las calles.
Y cuando la aventura en este paraíso en la Tierra se encuentre cerca del final, será imprescindible vivir una experiencia de compras en el pintoresco Mercado 28 y descubrir allí todo lo que se ofrece en materia de artesanía mexicana por fuera del circuito comercial convencional. El regateo es casi obligatorio, ya que los precios pueden estar un tanto inflados para el turismo. Piezas de cerámica de Talavera, máscaras de ópalo, bijoutería de plata y nácar, tejidos, bordados, pinturas, marroquinería, textiles y escultura tallada en madera, son solo algunas de las opciones. La recomendación es ir con tiempo y pesos mexicanos en efectivo para conseguir las mejores rebajas. Cancún te robará el alma pero valdrá la pena.
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