Villa La Angostura es el destino patagónico por excelencia. Posee una arquitectura que se funde con sus increíbles paisajes naturales, una propuesta gastronómica amplia y exquisita, hoteles de primer nivel como el mundialmente aclamado Correntoso o el recientemente renovado Ruca Kuyen, atracciones como el fantástico Nahuel Huapi o el ancestral Parque Nacional Los Arrayanes, la Villa -como le dicen con cariño los locales- es un espectáculo visual que nunca pasa de moda.
No por nada se volvió el refugio preferido de Mauricio Macri, su mujer Juliana Awada y su hija Antonia, o de Máxima Zorreguieta. Sin embargo, al oasis natural también acuden año tras año mochileros, jóvenes y familias enteras, tanto en invierno como en verano. Playas escondidas, cabalgatas por el Cerro Belvedere, excursiones por los Siete Lagos, un té en la vecina Villa Traful, trekking, kayak y deportes extremos. Allí no hay nada que no se pueda hacer.
Cuando la visitan, la familia real holandesa y también la presidencial argentina se alojan en Cumelén, el exclusivo country ubicado a tres kilómetros de Villa La Angostura, el mismo lugar donde eligen pasar las fiestas casi todos los años. El barrio privado de la localidad cordillerana cuenta con 230 hectáreas rodeadas por la Cordillera de los Andes y el lago Nahuel Huapi y una cancha de golf de 9 hoyos y canchas de tenis.
El tramo desde el Aeropuerto Internacional San Carlos de Bariloche recorre 80 kilómetros de ruta bordeando el lago Nahuel Huapi, y atraviesa paisajes que van desde la típica estepa patagónica hasta la tupida vegetación que caracteriza a La Angostura.
La ciudad, rica en recursos naturales, la mayoría de los cuales se pueden observar en el Parque Nacional Arrayanes y en el Parque Nacional Nahuel Huapi, es la más importante del departamento de Los Lagos, y la ciudad más al sur de la provincia de Neuquén. Cuenta con 12000 habitantes y su principal actividad económica es la explotación de las actividades turísticas que se desarrollan a lo largo del año.
En el acogedor pueblo de montaña -característica que se hace evidente en las construcciones hechas con materiales regionales- casi todos los edificios están cubiertos de piedra y troncos, y tienen grandes ventanales, de modo que se combinan perfectamente con el paisaje de la zona.
Si bien a la ciudad la caracteriza la tranquilidad de sus paisajes, también ofrece múltiples opciones gastronómicas y variedad de actividades al aire libre como paseos a caballo, senderismo, pesca y ciclismo. A través de los recorridos por senderos en el bosque, se pueden encontrar arroyos, ríos y cascadas como la del Río Bonito. Si se navega en la península de Quetrihué, en el lago Nahuel Huapi, se puede llegar al bosque de Arrayanes. De regreso se hacen visibles las magníficas vistas del pueblo. Además, desde el mirador Belvedere se puede obtener una hermosa vista de los lagos.
La pesca deportiva en el lago Nahuel Huapi y en los arroyos y ríos de la zona se puede practicar en todas sus modalidades. Las especies que puedes capturar son la trucha marrón, arco iris y fontinalis. También es posible practicar kayak, windsurf y vela.
El pueblo se compone de dos áreas distintas: El Cruce, que es el centro comercial a lo largo de la carretera, y La Villa, ubicada a orillas del lago, a 3 km al sur. Aunque La Villa es más residencial, todavía tiene hoteles, tiendas, servicios y, a diferencia de El Cruce, acceso al lago. Puerto Manzano, en La Villa, es donde salen los barcos para realizar excursiones al Parque Nacional Los Arrayanes.
Recientemente la agencia de reservas de viaje Booking.com reconoció a la localidad como uno de los destinos más hospitalarios del mundo, en base a los comentarios realizados por viajeros de todo el planeta. Se trata de uno de los pueblos mejor mantenidos, con políticas de protección ambiental y restricciones a la construcción de edificios.
Los sabores del Sur
El Mercado es uno de los más recientes atractivos de La Angostura. Se inauguró a metros del centro durante el 2015 para crear un espacio de encuentro entre locales y visitantes, con propuestas de moda, arte y gastronomía para satisfacer hasta al público más exigente. Promueve los buenos momentos y la diversión al ofrecer distintas opciones culinarias como la hamburguesería y panchería El Cruce, un ambiente descontracturado con un exquisito menú de comidas rápidas desde hamburguesas caseras, panchos clásicos y deluxe y opciones vegetarianas.
La casa de té Las Delicias también es otro must. Es la pausa justa en un cálido ambiente donde se preparan especialidades dulces y saladas para que el rito del té sea una experiencia inolvidable. Café Nespresso, blends de Tealosophy, tortas y cupcakes son tan sólo algunas de sus exquisiteces para degustar en el refugio con aires patagónicos. Por otro lado, la casa de picadas Vermouth es un bodegón donde reina lo clásico. Pizzas, picadas de quesos y ahumados, pastas caseras, guisos y degustaciones son los protagonistas.
Pero quizás la estrella de El Mercado sea el pub The St. James. Es el elegido tanto por los viajeros como por los residentes por su excelente carta de tragos, buena música y permanente ambiente de fiesta que le pone onda a la noche de la Villa. Era el ingrediente que le faltaba a este encantador lugar para convertirse en un auténtico destino trendy. Hay DJs invitados, bandas y shows en vivo.
Sin embargo, uno de los clásicos de Villa La Angostura es sin dudas Tinto Bistro, el restaurante de Martín Zorreguieta -el hermano de Máxima- que abrió sus puertas en el año 2002 y que ya logró una reputación de oro que nada tiene que ver con su célebre apellido. La fusión de estilos y sabores lo posicionan como uno de los preferidos de la zona, con platos simples y complejos a la vez, y una increíble carta de vinos con más 200 etiquetas. Una experiencia auténtica y completa para culminar un viaje excepcional.
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