La pequeña provincia China de Guizhou (que tiene una extensión similar a la del Uruguay) es, más allá de su tamaño, una tierra de leyendas, mitos, misterios y lugares que escapan de lo común.
Preservadas entre las montañas, allí habitan distintas etnias chinas que conservan sus tradiciones y estilos de vida de más de mil años de antigüedad, resguardadas durante muchos siglos entre turbulentos ríos y picos amenazantes que se asoman entre la niebla.
La historia de la región se remonta al paleolítico medio, y ahí se encontraron evidencias de distintos asentamientos y herramientas de piedra que podrían tener entre 170.000 y 80.000 años de antigüedad.
Estos son algunos de los lugares más sorprendentes de una región donde los paisajes de fantasía son una postal de todos los días:
Cueva Shuanghedong
Se trata del sistema de cavernas más grande de China y Asia y se extiende por más de 200 kilómetros. Por dentro, la temperatura se mantiene fija durante todo el año a 13 grados y esconde un paisaje fantástico lleno de ríos subterráneos, cascadas y estalactitas.
No se sabe exactamente qué especies habitan o habitaron en su interior (que fue explorado por 20 expediciones de diferentes países desde 1987), pero en sus profundidades pueden verse camarones, salamandras gigantes, especies únicas de sapos, murciélagos, sanguijuelas, peces ciegos y distintos tipos de hongos.
Además se encontraron en su interior restos de fósiles de diferentes épocas como especies extintas de rinocerontes, tigres dientes de sable y hasta osos panda.
Frecuencias de otro mundo
El paisaje de la región también dio lugar a la intervención del hombre, creando un resultado que parece de ciencia ficción: es que allí se construyó uno de los telescopios esféricos más grandes del planeta, con más de 500 metros de apertura.
Bajo el nombre de FAST (Five Hundred Meter Aperture Spherical Telescope), se trata de uno de los dispositivos más grandes de este tipo en el planeta y los lugareños lo conocen como "El Ojo del Cielo".
En solo un año en funcionamiento, desde allí se descubrieron dos nuevas Pulsars (estrellas de neutrones rotatorias altamente magnetizadas que emiten radiación electromagnética) durante 2017, a distancias de 16.000 y 4.100 años luz.
El bosque de fósiles vivientes
En la zona de Tuole se encuentra otra de las maravillas que ofrece la provincia de Guizhou: bosques de Gingko (un árbol considerado en peligro, cuya especie prácticamente no cambió en los últimos 200 millones de años), con ejemplares que pueden superar los 1500 años de antigüedad y 30 metros de altura.
Los especialistas lo consideran un "fósil viviente" único, que logró imponerse y sobrevivir a todos los cambios que sufrió el planeta tierra en ese período de tiempo, incluso la Glaciación Cuaternaria.
Particularmente llama la atención uno de ellos, ubicado en el centro de una aldea llamada Shiqiao, al que se le atribuyen orígenes legendarios y divinos y se cree podría tener más de 2000 años.
El misterio de los Miao
Guizhou también es el hogar de distintas etnias, entre las que se destaca la de los Miao, un pueblo originario de China que tiene su propio idioma y que luego migró hacia otros destinos del sudeste asiático.
Debido a su aislamiento natural, los habitantes conservan tradiciones de tiempos ancestrales como su particular arquitectura de montaña y sus llamativos vestidos
Entre su bagaje cultural único también se destaca la de la Opera Han, que ejecutan y disfrutan de la misma manera desde hace 600 años, manteniendo el estilo y las obras en su forma original.
El magnífico Río Maling
Nacido de la montaña Wumeng, este río se encuentra a más de 2000 metros de altura y cuenta con seis afluentes distintos. Además, crea un paisaje surrealista en el Cañón de Mailing, de más de 70 kilómetros de largo, 200 metros de ancho y cuya profundidad supera los 200 metros bajo el nivel de la tierra.
Esta imponente cicatriz en la tierra, que se originó por movimientos tectónicos hace más de 65 millones de años, también da origen a distintas leyendas, que incluyen el mito de una civilización que permaneció escondida del resto de la humanidad por miles de años.
El trayecto del río regala el espectáculo de 100 cataratas, donde la más destacada es la llamada "Cascada de las Perlas". El nombre surge del efecto visual que forman el agua al impactar en la roca después de una caída de más de 100 metros, en la que las gotas parecen transformarse en piedras blancas y expandirse en el aire.