"Ojitos de las estrellas abiertos en un oscuro terciopelo: de lo alto, ¿me veis puro?", escribió la premio Nobel de Literatura chilena Gabriela Mistral como primeros versos de su poema Promesas a las estrellas. En una especie de homenaje a su lugar de origen, Valle de Elqui, la escritora logró inmortalizar el magnetismo de los cielos del norte de Chile.
El largo país vecino se sitúa entre los mejores destinos de turismo astronómico o "astroturismo" por las singulares características climáticas que hacen de la experiencia de avistaje de estrellas, planetas -y hasta ovnis-, sea inolvidable. Tal es así, que distintas organizaciones científicas lo eligen para construir sus observatorios, entre el que se destaca El Observatorio Interamericano del Cerro Tololo, CTIO, por sus siglas en inglés.
"Los visitantes del mundo llegan en busca de la tranquilidad del Valle, beber Pisco y la contemplación de los cielos", detalló a Infobae, Claudia Olmedo, sommelier de Pisco y técnica en Turismo. Lo cierto es que, durante la noche, la bóveda celeste se apaga y se pinta de estrellas luminosas.
Pablo Rivera Cortés, fotógrafo nocturno oriundo del Valle se dedica a realizar hace casi una década, junto a su mujer, la astrofotografía en los cielos más "transparentes" del hemisferio sur. "Nos visitan de alrededor del mundo para poder descubrir los cielos de la zona", explicó a Infobae.
"La pequeña zona de la precordillera, presenta pequeñas diferencias con el reconocido desierto de Atacama. El cielo no posee partículas de humedad por la amplitud térmica, y eso repercute de manera favorable en la visibilidad. A diferencia de San Pedro de Atacama, que es más amplio, aquí todo se ve más nítido", agrega.
Los carteles de señalización indican esta reconocida "Ruta de las Estrellas" en la región de Valle del Elqui. Entre sus estrechas callecitas en ladera, a lo largo de sus coloridas casitas de adobe, se promociona toda una cultura de bienestar y centro energético: clases de yoga, reiki, masajes, prácticas de sanación o meditación y el tan solicitado paseo astronómico, donde muchos salen a "cazar ovnis".
15 minutos de caminata hacia arriba conducen al mirador nocturno que permite contemplar el paisaje. "Las siete hermanas, las Pléyades, Marte, Júpiter, el Cinturón de Orión", señala a con un láser el experto lo que se puede ver a simple vista.
La noche cerrada, el cielo despejado y las estrellas dan lugar al escenario perfecto para una serie fotográfica. Cámara en mano o en el trípode, "se trabaja como en un estudio de fotografía con equipos de flash", detalló el astrofotográfo.
En los últimos años, hubo un auge del turismo astronómico que saltó a la fama en los 80 con la llegada de astrónomos y especialistas guiados por el acontecimiento científico de la década, el paso del mundialmente conocido cometa Halley.
Según los habitantes de la región, suceden hechos extraños. El mismo Pablo fue protagonista de situaciones inexplicables. "Le propongo detenerse a mirar lo que ocurre arriba, se ven formas, luces, hasta movimiento raros. Aquí hay una sola dirección de ruta aérea. Sin embargo, ya vi como una luz se desplazaba en sentido contrario", confesó sorprendido Pablo.
Son muchas las historias de personas que aseguran haber vivido avistamientos de ovnis. Juan, habitante de la zona, sostiene que el Valle posee una mística singular y que son varios los relatos de fenómenos inexplicables. Hace una década, en 1998, ocurrió un hecho que rompió la tranquilidad de Paihuano ."Un objeto volador no identificado chocó con las laderas del cerro Las Mollacas desplomándose por la zona", recordó. "Generó mucha curiosidad entre los habitantes. De vez en cuando en los cielos se ven movimientos raros", agregó
Luis, turista argentino que realizó la sesión de fotos nocturna junto al fotógrafo, manifestó haber estar caminado por las laderas y sorprenderse al vislumbrar luces de colores intensa en los cielos. Fueron parte de una situación nueva y desconocida.
Como esta, hay otros relatos. Es así como el Valle se ha vuelto uno de los sitios privilegiados para los cazadores de ovnis, que comparten sus testimonios. Será cuestión de creer o reventar.
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