Viajar de manera responsable es demostrar respeto por la gente, la cultura y el medioambiente, sea cual sea el destino que se visite. A menudo, los viajeros responsables también ayudan a financiar la conservación ambiental y cultural y se aseguran de que el dinero que gasten beneficie a la comunidad local. Hospedarse en una casa de campo familiar en lugar de una cadena de hoteles internacionales o descubrir restaurantes que celebren la cocina regional como parte de su cultura son solo algunas de las elecciones que lo definen.
La celebración del Día Mundial del Turismo, que se festeja cada 27 de septiembre en todo el mundo, se presenta como una oportunidad única para crear conciencia sobre la contribución real y potencial del turismo al desarrollo sostenible.
Gracias a los avances tecnológicos, incluidos los grandes datos, la inteligencia artificial y las plataformas digitales, el turismo brinda grandes oportunidades para contribuir en el desarrollo sustentable. La Organización Mundial del Turismo (OMT) considera que los avances digitales y la innovación forman parte de la solución al desafío de unir el crecimiento continuo con un sector turístico más sostenible y responsable.
"Avisar de ciertas normas del lugar para que el viajero no las quebrante, cuidar los recursos del destino, y mostrar respeto por los espacios que son importantes para la economía local o bien para los ciudadanos, como pueden ser reservas naturales y monumentos, son algunas de las recomendaciones más comunes que los operadores de viajes responsables incluyen en sus paquetes o que los viajeros 'responsables' buscan tener en cuenta a la hora de viajar", indicó en diálogo con Infobae Nicole Moscovich de Turismocity.
Viajar con responsabilidad no se trata tanto del destino como de lo que el viajero hace cuando llega allí. Es posible viajar de manera extremadamente perjudicial en países con los mayores compromisos con los derechos humanos y el medioambiente.
"Se trata de reducir al máximo el impacto negativo que deja el viajero sobre el lugar y la vida de las personas locales, de compartir experiencias, empatizar con las culturas y dejar un apoyo económico para el desarrollo del destino", aseguran los expertos de viaje de la agencia de turismo Despegar.
Apoyar la economía local: es importante respetar los artículos originales de los comercios y no fomentar la falsificación de los mismos. Adquirir productos artesanales permite fomentar la economía de la zona.
Para Moscovich, viajar responsablemente implica "ser conscientes acerca de determinados aspectos sobre el destino y la modalidad de viaje". ¿Por qué? Porque los destinos poseen una cultura propia local, y a menudo los turistas por desconocimiento no la tienen en cuenta y como consecuencia pueden llegar a generar algún tipo de desequilibro dentro de la sociedad.
"Para realizar prácticas responsables, -sostienen expertos de Despegar- es indispensable recordar la importancia de respetar las leyes nacionales del país visitado. Si se presencia cualquier actividad que atente contra los derechos humanos, es importante denunciar e informar de ello a las autoridades pertinentes".
Algunas de las prácticas comunes incluyen:
-Evitar el uso de animales salvajes con fines de entretenimiento humano, como montar elefantes, caminar con leones y nadar con delfines en cautiverio, a favor de experiencias de bajo impacto como ver animales en la naturaleza.
-Realizar visitas culturales que benefician en primer lugar a las comunidades locales y, en segundo lugar, a los visitantes.
-Evitar las interacciones con niños vulnerables y la mendicidad de apoyo y el trabajo infantil a favor del turismo comunitario sostenible que mantiene a los niños seguros y las familias unidas.
-Elegir alojamiento proporcionado por locales en lugar de hoteles de grandes cadenas. Las experiencias gastronómicas se basan en productos locales y tradiciones culturales locales.
-Optar por guías (y otro personal) locales y que estén adecuadamente capacitados, equipados y pagados por los servicios que brindan.
-Las empresas que ofrecen estos servicios toman medidas para minimizar su impacto ambiental, como ofrecer alternativas reutilizables para los clientes a los plásticos comunes de un solo uso como bolsas de transporte y botellas de agua.
-La empresa, de alguna manera, le devuelve lo que tomó a los destinos que visita, con actividades como el apoyo a escuelas locales o proyectos de energía renovable.
Sin embargo, muchos operadores de viajes de todo el mundo, especialmente en las regiones en desarrollo, se autoproclaman responsables o sostenibles sin las credenciales para respaldar sus afirmaciones. Preguntar si poseen una política escrita de turismo responsable quizás ayude a aclarar el panorama: si no está escrita, es probable que no exista.
“A menudo, en algunos destinos, el desconocimiento de ciertas pautas culturales dentro de los lugares no nos permitan ser viajeros responsables”, aseguró Moscovich.
También preguntarles cómo miden su contribución a la conservación y las comunidades locales, con las organizaciones benéficas locales con las que trabajan y los detalles de las operaciones en los hoteles y casas de huéspedes con las que trabajan podría servir de método para deschavarlos.
En Bali, turistas de "mala calidad"
El turismo es vital para la economía de Bali. La isla recibió a más de cinco millones de turistas extranjeros en 2017 y tiene como objetivo atraer a siete millones este año. Sin embargo, los funcionarios buscan controlar la aparente inclinación de los turistas occidentales por posar irrespetuosamente cerca de los antiguos templos hindúes de la isla de Indonesia.
Muchos de los sitios sagrados más famosos del mundo tienen reglas que regulan el comportamiento turístico y el código de vestimenta, desde la Basílica de San Pedro del Vaticano hasta la Sagrada Familia de España.
Según los sitios web locales de noticias balinesas, el anuncio del gobierno se produce después de que un turista danés se sentara en cuclillas encima de un santuario en forma de trono en el templo Pura Luhur Batukaru, un importante lugar de peregrinación. El incidente fue fotografiado y se volvió viral. Según la religión, el trono sagrado está destinado a quedar vacío para la deidad más importante del hinduismo balinés.
En 2016, los hindúes balineses se molestaron después de que apareciera una foto en la red social Instagram de una joven mujer en bikini que hacía una postura de yoga de "perro boca abajo" al otro lado de la puerta de un templo.
#EnjoyRespectVenezia
En la ciudad de Venecia, aquellos visitantes que tomen asiento en lugares no designados podrían recibir una multa de hasta 500 euros, después de que el alcalde Brugnaro sugiriera una nueva prohibición como parte de un esfuerzo más amplio para reprimir el comportamiento turístico indeseable.
La idea, última de una larga lista de medidas diseñadas para lidiar con la abrumadora popularidad de la ciudad como destino turístico, será votada por el consejo municipal en octubre. Si la propuesta es exitosa, a los turistas que continúen con el hábito se les impondrá una multa desde los 50 a los 500 euros.
El año pasado, la ciudad anunció que se les prohibiría a todos los grandes cruceros (de más de 55,000 toneladas) anclarse en el 2021. Mientras tanto, la campaña #EnjoyRespectVenezia, que se lanzó en el verano de 2017, dicta que los turistas son bienvenidos, pero solo si cumplen las reglas.
Dentro de las prohibiciones que reciben los turistas, nadar en canales, hacer paradas de picnic fuera de las áreas públicas, detenerse demasiado tiempo en puentes, dejar basura, pararse o tumbarse en bancos, hacer arte sin un permiso, adjuntar "cerraduras de amor" a monumentos y puentes, subir a árboles, edificios y monumentos, cambiarse en público, alimentar aves o hacer turismo en topless o en traje de baño, son algunas de las más conocidas.
Para aquellos que desean introducirse en el turismo responsable, investigar las costumbres locales antes de salir de casa, empacar para reducir la huella ambiental, conectarse con la gente local en la carretera y evitar los plásticos de un solo uso en el camino es un gran comienzo.
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