Craig Sowerby nació en Vancouver, Canadá, pero durante muchos años trabajó como financiero en Londres. Su puesto le permitía volar por todo el mundo haciendo inversiones para la multinacional en la que se desempeñaba. Sin embargo, pronto se dio cuenta de que lo que lo hacía feliz era viajar. Y renunció. Obviamente, su capacidad de ahorro y gran ojo para invertir en la bolsa le permitieron un estilo de vida libre que no lo ataba a ningún lugar en particular.
Hace seis años conoció a Silvina, una argentina oriunda de Quilmes de la que se enamoró y que, aunque no comparte su necesidad de estar todo el tiempo en movimiento, comprende su espíritu. Ella vive en Barcelona, y Craig reparte su tiempo entre esta ciudad y el resto del mundo.
En el año 2015, Craig se propuso un objetivo: viajar po r el mundo sólo con millas y puntos, volando en Clase Ejecutiva y hospedándose en hoteles cinco estrellas. El viaje duró un año, en una travesía que lo llevó de Barcelona a Tokio, de Sidney a Kuala Lumpur, de Mendoza a Zanzíbar. Recorrió los cinco continentes como un millonario, sin privarse de los máximos lujos y gastando una mínima fracción de dinero sólo cuando fuera inevitable.
Cuando regresó, se propuso compartir con la gente los trucos y estrategias que utilizó. El resultado es Travel Hacker. Cómo viajar un año alrededor del mundo usando puntos y millas (Planeta), un libro divertido y práctico que revela todas las tácticas para cumplir el sueño de viajar con estilo. En diálogo con Infobae, Craig Sowerby explicó los trucos para convertirse en un verdadero Travel Hacker.
-¿Cómo nació tu pasión por viajar y cuándo decidiste abandonar la rutina para dedicarte a esto?
-De joven, mis padres nos llevaron a mí y a mis dos hermanos más chicos con bastante frecuencia a Hawaii o California de vacaciones. Pero cuando fuimos a Europa un verano – yo tendría unos 15 o 16 años- me quedé fascinado con las diferentes culturas y los monumentos históricos que simplemente no existen en el "Nuevo Mundo".
Muchos años después, trabajé como financiero en Londres, en una multinacional haciendo inversiones por todo el mundo. Me gustaba la parte del rol que implicaba viajar a otros países para reuniones. Pero al acabar con éxito un gran proyecto en el 2007, me di cuenta de que no me llenaba para nada ese tipo de éxito profesional ni el bono que me pagó la empresa.
Por suerte (o naturaleza), ahorré dinero durante mis años de financiero, y soy un experto en invertir en bolsa. Entonces me sentí capaz en el 2008 de renunciar al sueldo fijo. Entre unos trabajos puntuales de consultoría y los dividendos de mis inversiones, he sido capaz de financiar un estilo de vida sin trabajo fijo. Y ahora intento vivir de lo que amo con este libro y escribir para blogs como insideflyer.co.uk.
-¿Es posible realmente unir trabajo con el placer de viajar?
-Obviamente los que tienen un trabajo fijo en un lugar estable no pueden vivir de viaje constante. Los que tienen hijos tampoco lo tienen fácil. Pero hay cada vez más gente que trabaja estilo freelance. Solo necesitan de una computadora e Internet.
Lo curioso del caso es que si uno empieza a evitar gastos -el alquiler del departamento, el auto, los seguros, los suministros, etc.- se puede llegar a una interesante suma mensual que se puede desviar a cubrir gastos de viaje, siempre y cuando la fuente de los ingresos no requiera instalarse en un lugar fijo.
-En tu nuevo libro asegurás que viajar por el mundo con millas y puntos y sin poner dinero extra es posible. ¿Cuál es la clave para juntarlos?
-La clave es nunca gastar dinero sin pensar en cómo ganar millas o puntos. A veces es algo tan sencillo como usar una tarjeta de crédito (una que dé millas) por cada compra, desde la más pequeña hasta la más grande. También hay que investigar si los socios del programa de viajero frecuente ofrecen millas. Pueden ser supermercados, estaciones de servicio, empresas de seguros, etc.
-¿Es posible poner en práctica estas estrategias en la Argentina?
-Creo que sí. No cabe duda de que es más difícil, dado que Argentina está lejos de gran parte del mundo, entonces un billete premio costará más millas sí o sí, y los socios locales son lo que son. Pero en el libro procuro tratar el tema desde la perspectiva de alguien que no es viajero frecuente. Entonces, en todos los ejemplos que ofrezco, doy el costo como si el viajero no hiciera nada más que comprar las millas o puntos. Todas las aerolíneas y cadenas de hotel venden millas y puntos, y todas ofrecen promociones varias veces al año para comprarlas con descuento.
Es particularmente útil para hoteles. Inventé algo que llamo "points-pesos". Funciona así: si un hotel te pide 20.000 puntos por noche, y se pueden comprar aquellos puntos a 0,5 centavos de dólar estadounidense, pues se pueden comprar esos 20.000 puntos por 100 dólares. Lo que llamo 100 points-pesos. Pero lo interesante es que aquel hotel de 20.000 puntos puede estar cobrando 150 dólares la noche. Entonces conviene usar puntos en lugar de gastar dinero. No funciona siempre así, ya que también puede haber noches cuando el hotel está cobrando 75 dólares. Pero el concepto ayuda a saber cuándo gastar dinero y cuándo usar puntos.
-¿Cómo lograste viajar por el mundo en primera clase y hospedándote en hoteles de lujo sólo con millas y puntos?
-Gran parte del labor de organización fue investigar cuáles son los programas de viajero frecuente con "puntos óptimos". Es decir, ofreciendo un cierto itinerario por menos millas que otro programa (para la misma combinación de aeropuertos de salida y destino). Para citar un buen ejemplo del viaje, volé desde Abu Dhabi a Londres. Usando millas de American Airlines, me costó 40.000 millas un billete premio en Primera Clase (sólo de ida) con Etihad. Si hubiese usado millas de British Airways para volar en Primera Clase con British -también de Abu Dhabi a Londres- me hubiesen pedido 80.000 millas. Una vez encontrados unos puntos óptimos interesantes, simplemente era cuestión de esperar a una buena promoción para comprar las millas de aquel programa.
La cosa fue parecida con los hoteles. Busqué hoteles en lugares interesantes para visitar, pero que costaban relativamente pocos puntos (o points-pesos mejor dicho) dada la calidad del hotel.
-¿Cuánto tiempo te llevó organizar el viaje?
-La inspiración para el libro/viaje me llegó a finales del 2013. Me llevó gran parte del 2014 organizarlo. Lo más difícil fue juntar los puntos de hotel. 365 noches en hoteles -aunque al final no fueron tantas noches porque hubo noches a bordo de aviones, en casa de familiares, etc.- requiere una inmensa suma de puntos.
Durante el 2015 seguimos haciendo cambios del plan. Por ejemplo, íbamos a ir a Nepal, pero hubo un gran terremoto y decidimos cambiar el itinerario. Entonces tampoco hay que planificarlo con tanta antelación, aunque eso ayuda a la hora de encontrar disponibilidad de billetes premio.
-¿Por qué decís que la clave está en los programas de fidelización?
-"Programa de fidelización" es una terminología relativamente nueva, porque entienden que muchísima gente no se considere "viajero frecuente", la terminología original. Gran parte de las millas ahora se suman en tierra -con las citadas tarjetas de crédito y otros socios- no volando. Pero los programas de fidelización hacen el marketing de manera bastante sencilla. Sé fiel o leal a nosotros y a nuestros socios, y juntarás millas o puntos que servirán para viajar gratis.
-¿Por qué no recomendás gastar estas millas en clase turista?
-Los billetes premio no son 100% gratis. Hay que pagar las tasas y en algunos casos sobrecargos. Entonces según la aerolínea, uno puede acabar pagando bastante dinero por un billete "premio" en turista. Y en muchos casos ese monto no dista tanto del precio normal, comprando un billete.
En Business, Ejecutiva y Primera existe el mismo problema de tasas y sobrecargos. Pero claro, comparado con el precio de venta y el gusto de volar tan cómodo… También hay una perspectiva sencilla. ¿Preferís tener dos billetes premio en turista (pagando las tasas) o preferís un billete premio en Business y pagar el siguiente viaje con dinero si fuese necesario? Yo elijo el segundo.
-¿Hay algunos destinos del mundo donde sea más difícil y fácil implementar estos trucos?
-Lo curioso es que el lugar más difícil es Estados Unidos. Es así porque muchísima más gente acumula millas y puntos allí. Y por lo tanto las aerolíneas y cadenas de hotel se sienten obligadas a cobrar más millas o puntos para mantener sus beneficios. Total, ante tanta demanda el "precio" -entre comillas porque hablo del precio en millas o puntos- tiene que subir. Aunque para esquivar tales inconvenientes, varios travel hackers se inventaron unas estrategias muy avanzadas, algunas de las cuales explico en el libro, para divertir a los lectores más que otra cosa.
¿Más fácil? Eso va variando. Mi sistema "points-pesos" funciona en todos los continentes. Eso sí, tiene que haber hoteles de las grandes cadenas estadounidenses. Quizás no son siempre del agrado de todos -aunque creo que en muchos casos es un prejuicio no basado en la realidad- pero si no hay presente un hotel de la cadena o cadenas que uno maneja, será difícil aplicar algunos trucos en ese lugar.
-¿Conviene entonces comprar puntos y millas? ¿De qué manera?
-Sí, pero con cuidado. Las aerolíneas y cadenas venden directamente sus millas y puntos varias veces al año con descuento. También puede haber interesantes opciones a través de terceros. Los bloggers intentamos explicar esas opciones cuando surjan. Y el concepto "points-pesos" en el libro lo explica todo en cuanto a hoteles.
¿Conviene? Depende del contexto. Pero cito un ejemplo. Vine a Buenos Aires hace poco en Clase Ejecutiva con Iberia. Pagué 51.000 millas más 100 dólares en tasas para un billete sólo de ida. Comprar estas 51.000 millas me habría costado entre 500 y 600 dólares. Entonces un total de 600 a 700 dólares. Si lo duplicamos para tener ida-y-vuelta llegamos a un total de 1200 a 1400 dólares, ¡pero para Busines!
Muchos pueden decir "no, es demasiado caro, no puedo". Otros dirán que les apetece, pero prefieren esperar para juntar las millas a través de tarjeta de crédito. Pero otros pueden decir "pero eso es casi lo mismo o poco más que pago para volar en turista". A esa gente le puede ser conveniente comprar millas y gastarlas en un billete premio en Clase Ejecutiva. En ese sentido, hay que tener un cierto don para los números, para entender exactamente lo que uno está gastando, y para qué.
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