La historia del italiano que se convirtió en el primer inversor de las Islas Galápagos

Estas islas de origen volcánico son un oasis de naturaleza en su máximo esplendor. Hace años, el gobierno de Ecuador declaró un "régimen especial" por el cual emigrar a las islas es casi imposible, y los recursos humanos han de buscarse entre los locales salvo que sea imposible. En el medio de estas medidas, el italiano residente en las islas Fulvio Valbonesi dio vida a uno de los sitios más exclusivos del lugar

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Reconocidas por sus tortugas gigantes, las Islas Galápagos fueron un refugio de piratas (Getty)
Reconocidas por sus tortugas gigantes, las Islas Galápagos fueron un refugio de piratas (Getty)

Por Flavia Tomaello 

Le llevó cuatro años entrar por primera vez al túnel de lava de su propiedad. Fulvio Valbonesi nació en la ciudad portuaria de Livorno, Italia, hace 64 años. No acepta que lo fotografíen, y su cabeza es la de un pionero y visionario, y lo llevó a convertirse en el primer inversor de las Islas Galápagos, en Ecuador. 

Recibido en Relaciones Internacionales y doctor en Medicina, fue periodista fotográfico para el Khayan Evening Daily en París. Más tarde se mudó a Nueva York, para vivir luego en el Amazonas brasileño durante unos años, donde se enamoró de los barcos.

Su timón lo llevó a las Islas Galápagos, donde compró una granja y ayudó a construir su propio velero, gracias al que se convirtió en capitán y guía naturalista. Desde entonces, sólo se ausentó por un año de las Islas para vivir en Malasia, Singapur y el Reino Unido.

Una ventana al paraíso 

La pesca en Puerto Ayora es una de las fuentes de supervivencia de la población. Las barcas salen al amanecer y en el mismo centro de la ciudad se abre el mercado para vender las piezas obtenidas en la pesca del día.
La pesca en Puerto Ayora es una de las fuentes de supervivencia de la población. Las barcas salen al amanecer y en el mismo centro de la ciudad se abre el mercado para vender las piezas obtenidas en la pesca del día.

Un archipiélago de origen volcánico fue descubierto por azar en un desvío de navegación del obispo de Panamá, Tomás de Berlanga en 1535. Reconocidas por sus tortugas gigantes, las Galápagos fueron un refugio de piratas, quienes, basándose en la niebla que suele cubrirlas, las apodaron "las islas encantadas", abonando a la idea de su inexistencia para proteger sus botines.

Vacías hasta el siglo XVII, las 13 islas que componen el grupo pertenecían a Quito durante la colonia y fueron anexadas a Ecuador en 1832 con un esquema oficial de colonización.

El tránsito por las islas tiene señales muy particulares, como las que contemplan a las tortugas a la hora de cruzar caminos y o puentes
El tránsito por las islas tiene señales muy particulares, como las que contemplan a las tortugas a la hora de cruzar caminos y o puentes

Robert Fitz Roy arribó a las islas tres años más tarde a bordo del "Beagle", con un novato naturalista a bordo: Charles Darwin. Fue a partir de los relevamientos obtenidos en esas tierras, que se inició el proyecto que llegaría a ser su "Teoría de la Evolución". 

Fueron utilizadas como prisión, resultaron estratégicas en ocasión de la apertura del canal de Panamá, para llegar a convertirse en Parque Nacional casi en su totalidad (97%) a partir de 1959. Recibieron fuerte inmigración alemana y noruega.

La Estación Científica Charles Darwin trabaja en la conservación de las especies, el intento de reproducir aquellas que están en peligro de extinción y en la investigación sobre los procesos de adaptabilidad de las especies al terreno y el clima.
La Estación Científica Charles Darwin trabaja en la conservación de las especies, el intento de reproducir aquellas que están en peligro de extinción y en la investigación sobre los procesos de adaptabilidad de las especies al terreno y el clima.

En la década del 70 se promocionó la instalación de residentes que desearan iniciar un emprendimiento local, a partir de una cesión de terrenos de manera reducida y selecta, bajo un esquema estatal de control intensivo.

Cumplida esa etapa se declaró un "régimen especial", por el cual emigrar a las islas era casi imposible. Los recursos humanos debían buscarse entre los locales, y sólo si no es posible cubrir un puesto, bajo un puntilloso trámite renovable de manera anual, es posible recurrir a candidatos extra fronteras.

Brillante, resplandeciente 

El restaurante del Royal Palm es circular, totalmente vidriado, con techos del estilo choza todo realizado con materiales locales. El personal también es de las islas. Resulta todo un desafío su formación y capacitación para que alcancen y sostengan la categoría 5 estrellas
El restaurante del Royal Palm es circular, totalmente vidriado, con techos del estilo choza todo realizado con materiales locales. El personal también es de las islas. Resulta todo un desafío su formación y capacitación para que alcancen y sostengan la categoría 5 estrellas

Fulvio Valbonesi– por los años 70- llegó a la Isla Santa Cruz, donde está el principal pueblo galapagueño, Puerto Ayora. Se convirtió en emprendedor turístico casi sin quererlo. Armó un restaurante al aire libre en la parte alta, donde llueve a diario, mientras brilla el sol en la costa.  El "Mutiny" ("motín" en un inglés atravesado por una decena de otras lenguas) estuvo pensado como refugio VIP para turistas de la costa.

El predio en el que se asentó cuenta con 200 hectáreas. Linda con el Parque Nacional en dos de sus laterales y con granjas ganaderas en los otros dos. "No importa lo que me haya pasado, siempre he tenido esta tierra", se refirió . Adentro del predio, la frutilla del postre: el túnel de lava más rico del archipiélago. Unos 1600 metros, con 800 transitables que alcanza 12 metros de profundidad, con un millón y medio de años de antigüedad y que soportó lava a 1800 grados centígrados.

La cueva de lava es una joya dentro del proyecto hotelero de Fulvio Valbonesi. Tiene entrada y salida y solo se puede circular a pie. En algún momento fue utilizada por el emprendedor como la cava de su restaurante.
La cueva de lava es una joya dentro del proyecto hotelero de Fulvio Valbonesi. Tiene entrada y salida y solo se puede circular a pie. En algún momento fue utilizada por el emprendedor como la cava de su restaurante.

Fulvio sabía de su existencia, pero temía meterse. Una noche de 1974, con unas cuantas copas encima y amigos en el mismo estado, se animó al primer recorrido. Lo utilizó como cava pero la humedad no era buena para el vino. Devino en salón de fiestas, donde tenía la manía de retirar las escaleras para que ningún invitado pudiera partir, hasta que el encuentro hubiera terminado. Hasta que, finalmente, se convirtió en una de las estrellas del hotel ultra exclusivo que funciona allí desde hace 16 años.

La oportunidad vino atada de la desgracia. El restaurante se quemó por completo a tres años de abrir. La comunidad rumoreaba, sugerían que ocurrió intencionalmente para cobrar el seguro. Sin embargo no había tal respaldo. Fulvio vivió en dependencias franciscanas de la isla, haciendo "vida de monje", aseguró.

La vegetación en un 90 % es autóctona. Las especies importadas se han convertido en plaga y se trabaja en su severo control, lo que incluye la recolección de semillas y/o de frutos.
La vegetación en un 90 % es autóctona. Las especies importadas se han convertido en plaga y se trabaja en su severo control, lo que incluye la recolección de semillas y/o de frutos.

Un amigo, para ayudarlo, le cedió los derechos de una revista de venta de autos de segunda mano. "No es arte -cuenta-, pero es negocio". Tanto que las nubes de su cabeza se transformaron en una joya cinco estrellas. Bajo la incredulidad lugareña, vio la luz el Hotel Royal Palm, actualmente el mejor de las islas.

Sus clientes son "exitosos, jóvenes, vitales, pero no quieren cargar una mochila. Si montan a caballo, alguien está allí para cuidarlo. Si hacen un picnic, alguien lo diseña para ellos". Obtienen la aventura que buscan con comodidad y lujo. Una "aventura suave, soft", según él mismo la define.

Cada cabaña del Royal Palm está sumergida en torno a la vegetación natural. Cuesta detectarlas, producto de los extremos cuidados que ha de tener el proyecto en virtud de estar dentro del Parque Nacional de la isla que lo contiene
Cada cabaña del Royal Palm está sumergida en torno a la vegetación natural. Cuesta detectarlas, producto de los extremos cuidados que ha de tener el proyecto en virtud de estar dentro del Parque Nacional de la isla que lo contiene

El hotel tiene diecisiete habitaciones para treinta y cuatro pasajeros, un complejo central con restaurante de gastronomía local, museo de arte precolombino subterráneo, capilla ecuménica, terraza panorámica al océano, helipuerto. Y guarda "las joyas de la Corona": todos los implementos que el Príncipe Carlos de Inglaterra, y su esposa, Camilla Parker, utilizaron en el 2009 en ocasión de una visita conservacionista.

Sin embargo, este soltero padre de una niña de 12 años y actual corresponsal consular honorario de Italia en Galápagos no se queda quieto.

Hoy vive con su perro Tornado en Punta Estrada, un barrio exclusivo de Puerto Ayora. No puede evitar alquilar su casa, la que autodenomina "la casa de Fulvio", por tiempos breves. Justo detrás de la villa comienza el camino hacia "Las Grietas", pasando por la laguna sal, donde al atardecer se pueden ver las gaviotas de lava y, a veces, flamencos, y muy de vez en cuando a Fulvio, una rara evolución natural sólo localizable en el archipiélago.

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