No es noticia que el turismo masivo es una de las principales razones por las que hoy se encuentran en peligro muchos destinos, como Venecia o la Gran Barrera de Coral australiana. Todo indica que la culpa es del hombre, que con su contaminación pone constantemente en peligro al mundo.
Factores como el calentamiento global, que origina fuertes tormentas, deforestación e incluso un registro de fuertes oleajes son algunos de los motivos que hoy llevan a pensar que sin un cambio en el accionar humano podrían desaparecer algunas de las maravillas naturales que habitan en este mundo. A continuación una lista de los seis lugares que están en riesgo de desaparecer y algunos que, lamentablemente, ya lo hicieron.
Pioneer Cabin Tree, la secuoya más famosa de California
Una fuerte tormenta a principios del 2017 tiró abajo a la conocida secuoya de California. El árbol que ya se encontraba debilitado por su longevidad terminó de caer. Fue en 1880 cuando se agujereó su tronco debido a un reclamo turístico que terminó con un túnel que permitía a los visitantes recorrer todo el parque y pasar por debajo de la secuoya más famosa de California.
Las combinación de la descomposición del tronco y de la raíz junto con la fuerte tormenta ocasionada por el calentamiento global terminaron de destruir a este gigante ubicado en la reserva.
Marino National Park – Australia
En Australia, el conjunto de piedras calizas "Los Doce Apóstoles" ya no hace honor a su nombre. Es que ya no son doce. El 3 de julio de 2005 cayó una de estas piedras, que colapsó por los efectos del mar. Antes del derrumbe, en realidad sólo había nueve y no doce (como parecería indicar el nombre turístico que se dio al lugar). Lo cierto es que hoy quedan sólo ocho apóstoles.
Sin embargo, las piedras restantes no permanecerán para siempre. Según los expertos, el mar erosiona la base de las piedras a un ritmo de dos centímetros al año.
Ventana Azul, Malta
La Ventana Azul fue hasta hace muy poco una de las atracciones más turísticas de Malta. Pero, a principios de año 2017, el oleaje producido por una fuerte tormenta hizo que se derrumbara. Hoy ya no existe más que en simples recuerdos fotográficos.
Campos de hielo del Kilimanjaro, Tanzania
Cada año que pasa, la cima del Kilimanjaro sufre cambios. La famosa montaña de Tanzania, a medida que pasa el tiempo, se va quedando sin nieve, y hace que los campos de hielo retrocedan a un ritmo acelerado.
Procesos de deforestación, la actividad turística y el calentamiento global actúan en contra de este bello y único paisaje que parecería tener los días contados.
Playa del Marabout en Legzira, Marruecos
Esta playa en Legzira, muy cerca de Sidi Ifni, Marruecos, era famosa por sus arcos de piedra de color rojizo. Es bañada por el Atlántico, con un oleaje salvaje que atrae a muchos amantes del surf.
Este destino idílico es un lugar con atardeceres mágicos. En el 2016, el sol podía observarse por el arco doble, pero, tras un fuerte oleaje, colapsó.
Islas Salomón
El calentamiento global provocado por la actividad humana hace que cada año aumente el nivel de los océanos. Un hecho que tiene consecuencias como las del 2016, cuando cinco islas al norte del archipiélago de las Islas Salomón, en el Pacífico, desaparecieron bajo el agua.
Mar de Aral, frontera de Kazajistán y Uzbekistán
El Mar de Aral, en Asia Central, es un símbolo de cómo la Tierra cambia de forma drástica. Hoy, cuando su superficie se redujo más de un 60%, las antiguas embarcaciones se oxidan al sol y descansan clavadas en la arena.
Hoy se conoce como el cementerio de barcos, y es la imagen viva de la desolación, y de cómo los desastres naturales pueden hacer desaparecer a cualquier paraíso terrenal en un abrir y cerrar de ojos.
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