En 1818 se publicaba de forma anónima lo que iba a ser una de las novelas góticas más renombradas en la historia de la literatura universal. Frankenstein o el Prometeo moderno vio incontables adaptaciones teatrales, cinematográficas y literarias desde su publicación hace dos siglos.
Mary Shelley tenía apenas 18 años cuando comenzó a escribir su obra. La joven inglesa publicó la novela de manera anónima, aunque el prólogo fue realizado y firmado por su amante y luego marido, el poeta Percy Bysshe Shelley, por lo que por mucho tiempo se creyó erróneamente que él era el autor. El nombre de Mary recién apareció en la segunda edición, publicada en Francia en el año 1823.
Y los dos siglos de Frankenstein son la excusa perfecta para recorrer los lugares que inspiraron la creación de una de las obras hito de su género.
En su aniversario y en el comienzo de un nuevo siglo para esta legendaria obra, un recorrido por los lugares que fueron fuente de la inspiración de la joven Mary Shelley:
Ginebra
En la ciudad de Ginebra se encuentra el enorme lago Leman, y a su orilla se erige la villa Diodati, en la que pasó gran parte de su tiempo la autora que concibió la novela de Frankenstein. Aquí se refugió con su amante, quien estaba casado con otra mujer en ese entonces. Pasaban sus días con sus dos amigos, Lord Byron y John Polidori.
Su tiempo aquí fue aburrido y sin posibilidad de salir al exterior, debido a que en 1816 hubo una expulsión de cenizas provocada por el volcán indonesio Tambora, lo que provocó un cielo oscuro y sin luz solar.
A raíz de una apuesta propuesta por Byron, el anfitrión, los reunidos compitieron para ver quién creaba la mejor historia de fantasmas. Fue entonces que Mary creó la increíble historia de la resurrección de un cuerpo montado a base de partes de cadáveres gracias a un experimento del doctor Victor Frankenstein.
La villa Diodati no estaba hasta ahora abierta al público pero con motivo del aniversario de la obra, ahora puede visitarse hasta el 9 de octubre, con visitas guiadas exclusivas.
Aquí se pueden observar los manuscritos originales y objetos personales de Mary Shelley, así como los ejemplares de la primer edición anotados por la autora.
Alemania
En la pequeña localidad alemana de Darmstadt se encuentra el castillo original de Frankenstein que visitaron los Shelley, construido en el siglo XIII. A pesar de que actualmente está en ruinas, es un ícono del lugar.
Los fanáticos de la obra de Frankenstein se reúnen en ese castillo con una historia que llamó la atención de la joven autora, ya que aquí nació Konrad Dippel, alquimista inventor del azul de Prusia, quien intentó reanimar cadáveres con fórmulas que él mismo sugirió en la época.
En el relato de Shelly fue en la ciudad de Ingolstadt donde el doctor Victor Frankenstein dio vida a su creación.
El laboratorio y la ciudad en sí fueron el escenario que eligió la autora para ver cómo la criatura se fugaba y curioseaba por las calles del núcleo medieval.
Inglaterra
Shelly vivía en la ciudad inglesa de Bath. En su departamento, sentada mirando su chimenea, y vagando por sus callecitas, concibió por primera vez la idea que llevó a la creación de su famoso monstruo.
A pesar de que hoy no existe el viejo edificio donde habitaba, en la calle de Abbey Churchyard, hoy se exhibe una placa que conmemora el trabajo de la joven Shelley.
Hace años que en la ciudad de Reino Unido se encuentran las visitas teatralizadas siguiendo los escenarios por los que la autora se inspiró.
Bolonia
En las páginas de la legendaria obra de Shelley no hay detalles de cuál fue la técnica que empleó Victor Frankestein para reanimar a los cadáveres. Sin embargo, la escritora mostró interés en la obra de Luigi Galvani, nacido en Bolonia, en el norte de Italia.
Era médico, físico y fisiólogo italiano que se interesó en los misterios de la naturaleza eléctrica del impulso nervioso y publicó diferentes estudios sobre reanimación de cuerpos muertos o la reparación de daños medulares usando la electricidad.
Fue así que en todas las adaptaciones cinematográficas del monstruoso libro se puede observar el uso de rayos y electricidad para revivir al cadáver.
El cuerpo de la dramaturga se encuentra en Reino Unido en St Peter's Church, Bournemouth. Allí los fanáticos de la creadora de una de las obras más importantes, se reúnen en la última escala, su tumba.
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