La playa Rincón en República Dominicana ha sido votada como la segunda mejor playa del mundo por sus aguas turquesas y su exuberante entorno. En ese paraíso, Samaná es una península situada en la costa noreste del país, llena de paisajes increíbles y de pura naturaleza.
Desde la arena se puede contemplar el nado increíble de las ballenas jorobadas, presentes todo el año en la costa de la bahía de Samaná. Todo sazonado con clima tropical que tiene una temperatura media anual de 25°C.
Para los que desean vivir unas vacaciones sin multitudes, con playas blancas e infinitas y descubrir rincones de belleza y exuberancia natural los lugares ideales son: Playa Grande, La Laguna Grigrí, Playa Preciosa y Playa Caletón.
Oculto al mundo, el paraíso virgen de Samaná es una constante invitación al descubrimiento. No hay planes. El plan es uno mismo. Se puede nadar entre las olas del océano, explorar la exuberante vegetación de la selva o caminar a través de increíbles playas de arena blanca y descubrir el verdadero significado de la belleza prístina.
En Samaná se descubre un destino caribeño típico, auténtico y salvaje: playas infinitas con cocoteros, gente hospitalaria, un entorno vegetal y virgen. Una experiencia vacacional para aquellos que buscan más que sol y playa; sino descubrir la inmensidad de un destino.
Samaná es miembro del Club de las Bahías más Bellas del Mundo de la UNESCO y Paraíso del Eco-Turismo. Hasta aquí se llega desde el Aeropuerto Internacional de Samaná, el de Puerto Plata y desde el de las Américas, en Santo Domingo, cuya autopista a Samaná ha facilitado el camino hacia los Hoteles Bahía Príncipe.
Bahía Príncipe cuenta con fantásticos resorts situados en un ambiente perfecto para disfrutar en Samaná y que permiten conocer la esencia y la cultura dominicana con actividades de aventura a cargo de equipos profesionales.
Las actividades al aire libre prácticamente no tienen límites. Uno puede subirse a una moto de agua o abordar un catamarán y pararse a echar un vistazo bajo el mar con las apasionantes clases de submarinismo o andar a caballo a través de un campo exuberante.
De allí se puede tomar una excursión a la cascada de 40 metros, el Salto El Limón, y bañarse en las piscinas de agua cristalina, o ver saltar –en su hábitat natural- a las ballenas jorobadas.
Cada año, durante el mes de febrero, entre 3000 y 3500 ballenas jorobadas migran de las frías aguas del norte a las aguas calientes del Caribe para aparearse y dar a luz. Se pueden ver sus rituales de apareamiento, su manera elegante de saltar y golpear sus aletas contra la superficie del agua. Se trata de disfrutar de un espectáculo creado por la madre naturaleza que está allí, imponente para admirar.
Otro programa interesante es pasar el día relajado en la famosa isla Bacardí en Cayo Levantado o hacer una excursión a la playa Rincón, donde las aguas turquesas se mezclan a la perfección con la arena blanca.
Es ideal para vivir una experiencia memorable regalándose una porción del paraíso en la Tierra. Un viaje para los sentidos que comienza y acaba en un ferry y transcurre en una isla como las que uno siempre soñó o como esas que se ven solo en las películas.
Desde el Grand Bahía Príncipe Cayacoa se descubren las vistas más espectaculares de Samaná y uno se desconecta en un entorno natural de opciones ilimitadas. Aquí se puede sentir el verdadero pueblo de Samaná. Allí muy cerca está Bahía Principe Village, un lugar repleto de curiosidades y diversión.
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