Dublín no es una ciudad que se quedó en el tiempo. Con una rica historia y tradiciones únicas, la capital de Irlanda supo adaptarse a tiempos modernos y hoy es una urbe cosmopolita que vibra con las nuevas tendencia sy con un espíritu joven, que captura al viajero desde el primer momento que pone un pie en sus tierras.
Callecitas laberínticas, castillos inmensos, pubs que ya son leyenda y una cultura literaria y artística que supieron enamorar a todo el mundo, sus atractivos son incontables. Sin embargo, hay ciertas actividades y sitios históricos que no pueden dejar de ser visitados durante un primer viaje a Dublín.
La biblioteca de la Trinity College
Trinity College fue fundado en 1592 por la Reina Isabel I, y pertenece a la Universidad de Dublín, la más antigua de todo Irlanda. El campus es enorme y ocupa una superficie de 190 mil metros cuadrados. El primer y obvio atractivo es el de su arquitectura. Caminar por sus pasillos y patios transporta al visitante a épocas pasadas. Por aquí pasaron grandes mentes, desde Oscar Wilde hasta Edmund Burke.
Pero la Old Library, del siglo XVII, es quizás su mayor maravilla. Aquí se encuentra la Long Room, una de las salas más impresionantes del mundo para los amantes de las letras, con algunas de las reliquias literarias más importantes de Irlanda. Uno de sus tesoros es el "Libro de Kells", un manuscrito ilustrado, el más famoso de la era Medieval de Europa.
Parque St. Stephen's Green
El St. Stephen's Green es un parque público que bien podría compararse con el Central Park de Nueva York. Ubicado en el centro de Dublín, se sitúa en uno de los extremos de Grafton Street, una de las calles comerciales más movidas de la ciudad. Tiene forma rectangular y ocupa unas nueve hectáreas.
Es una joya verde justo en el corazón de la capital irlandesa. Es un refugio para todos aquellos que buscan un respiro del ajetreo urbano, para pasear, relajarse y tirarse un rato en el pasto. Miles de flores, esculturas, elementos de diseño victorianos, y hasta un lago hacen de este parque un oasis dublinés.
Kilmainham Gaol
Kilmainham Gaol hoy está desierta, pero años atrás fue una de las prisiones más importantes de Europa. Sus muros encierran miles de historias macabras. Además, es una parte fundamental de la historia irlandesa. Durante los años en los que estuvo abierta -entre 1796 hasta 1924- alojó desde criminales comunes y corrientes hasta relevantes figuras políticas de la época.
Hoy permanece abierta al público en la forma de museo, que relata de manera interactiva su brutal historia. Es muy popular, por lo que para visitarla sólo se puede a través de un tour guiado de 90 minutos, por lo que se recomienda reservar con tiempo, pero sin dudas vale la pena.
Catedral de San Patricio de Dublín
Hace ocho siglos que la Catedral de San Patricio se levanta en el skyline dublinés. fue construida en el sitio donde el homónimo santo realizó bautismos. Es la catedral más grande de toda Irlanda y uno de los pocos edificios medievales que siguen en pie en la ciudad. Hoy sigue siendo una parte importante de la comunidad de Dublín y de su vida espiritual. Se recomienda asistir a una misa u optar por un tour gratuito entre los lunes y los sábados.
Guinness Storehouse
Para los fanáticos de la cerveza, el Guinness Storehouse, la antigua fábrica de la célebre Guinness de Dublín, es un imperdible. Este "almacén cervecero" fue construido en 1904 para ser utilizado como sitio de fermentación de la mítica bebida. Funcionó hasta 1988 y en el año 2000 abrió sus puertas al público. Hoy se ha convirtió en una de las principales atracciones de la ciudad.
Castillo de Dublín
Situado en pleno centro, el Castillo de Dublín ha tenido múltiples y diferentes funciones y usos a lo largo de su rica historia. Antiguamente un asentamiento de los vikingos, fortaleza militar, residencia real, sede del Tribunal de Justicia Irlandés, y sede de la Administración Inglesa en Irlanda, hoy se utiliza como lugar para celebrar recepciones estatales.
El castillo se puede conocer mediante una visita guiada de 45 minutos -sólo en inglés-. Durante el recorrido se recorre la historia de esta mítica fortaleza y se visitan la Sala de James Connolly, el Salón Granard, las habitaciones del Rey y la Reina, y el Salón del Trono.
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