El pasado 7 de julio, un vuelo de Delta Air Lines que trasladaba 221 personas a bordo se vio en peligro por un pasajero que intentó abrir la puerta del avión en pleno vuelo.
El pasajero estadounidense Joseph Daniel Hudek, de 23 años, viajaba en primera clase cuando agarró el manillar de la puerta y tiró de la misma para abrirla, luego de 45 minutos del despegue del vuelo que se dirigía a Pekín desde Seattle.
Finalmente, se detuvo al pasajero que intentó con todas sus fuerzas abrir la puerta, pero, ¿qué hubiera pasado si finalmente lo lograba?
David Birch, profesor titular de Ingeniería Aeroespacial en la Universidad de Surrey, Reino Unido, afirmó que las puertas de los aviones están diseñadas para quedarse bloqueadas por la alta presión dentro de la aeronave. "Sin embargo, la presión de cabina es normalmente más baja que las condiciones a nivel del mar, por lo que el bloqueo de la presión sólo funciona a temperaturas más altas", agregó el profesor.
"Si Hudek hubiera logrado abrir la puerta, se habrían activado las rampas de evacuación, los toboganes que se abren si hay emergencia, pero éstos habrían sido probablemente arrancados por la fuerza del aire, que viaja a cientos de kilómetros por hora", aseguró.
Además explicó que es un requisito que la aeronave sea capaz de volar y aterrizar de forma segura con una puerta abierta y que si se abre en pleno vuelo no se convierta en un peligro para los pasajeros.
Tras el incidente con Hudek, las azafatas avisaron al piloto y pidieron ayuda a otros pasajeros. Y, luego de la pelea, lograron entre varias personas atar con unas correas al pasajero.
Una de las auxiliares de vuelo incluso le explicó a otro pasajero cómo rearmar la puerta mientras continuaba controlando a Hudek. Finalmente, el vuelo regresó al Aeropuerto Internacional de Seattle-Tacoma unas dos horas después del despegue.
LEA MÁS: