En 1980, el artista sueco Lars Vilks realizó su gran obra: esculpió una gigantesca torre de 75 toneladas de madera flotante en Kullaberg, una zona protegida de Suecia, y la llamó Nimis, lo cual en latín significa "demasiado". Once años después, no conforme con tal proeza, construyó a su lado Arx -"fortaleza" en latín- una imponente escultura de piedra.
Ambas obras corrieron la misma suerte. Nimis tuvo dos años sin inconvenientes gracias al difícil acceso que plantea la reserva donde fue construida. Sin embargo, cuando la descubrieron las autoridades locales pidieron su inmediata remoción. La batalla judicial se prolongó durante largos años y no impidió el levantamiento de Arx en el medio. Al final, ya en 1996, Vilks logró establecer la independencia de Suecia.
El kilómetro cuadrado que rodea a sus esculturas pasó a llamarse República Real de Ladonia o, más bien Ladonia, el nombre por el cual se lo conoce. Suecia jamás reconoció la independencia de esta "micronación" ni tampoco ningún organismo internacional. Pese a la negación, Ladonia tiene un presidente y asegura ser un Estado legítimo con funcionamiento independiente.
En 1997, cuando el número de ciudadanos ya había superado los 1.000, se celebraron elecciones. Ladonia se convirtió en una monarquía republicana con un presidente, Fernando Rodrigues (1997-2004) que vive en Brasil y una reina, Ywonne I (1997-2011) que vive en Suecia.
Dos décadas después, Ladonia ya cuenta con 17.752 ciudadanos, en gran parte gracias a su éxito en internet. Por obvias razones de tamaño e incomodidades, nadie vive en el territorio. Todos sus ciudadanos son nómades, que entran y salen de Ladonia sin ningún inconveniente. Quien desee ser parte de la micronación lo puede hacer con un simple trámite online.
Como toda nación que se jacte de tal, Ladonia tiene sus autoridades, su bandera, su himno, incluso su idioma propio y moneda. Su actual presidente es Christopher Matheoss, que vive en Francia, mientras que su monarca es la Reina Carolyn, residente en Estados Unidos. Su insólito himno es el sonido del lanzamiento de una piedra en el agua y su idioma solo consta de dos palabras. Su moneda oficial es el Oertug, equivalente a un dólar norteamericano o 10 coronas suecas.
La reina, el secretario de estado y el presidente tienen el poder legislativo mediante la aprobación de Real Decretos, Decretos de Secretaría y Decretos Presidenciales con una mayoría simple en el gabinete. Cualquier diferencia entre los decretos se resuelve mediante concursos de lanzamiento de piedras o a golpes, en caso de que la Reina lo apruebe. Entre los extravagantes ministerios se encuentra, por ejemplo, el del Silencio, el de Desescolarización, el de Viajes Imposibles o el de Arte y Saltos.
El estado actual de Ladonia dista mucho del que conoció su independencia en 1996. El huracán Sven de 2014 arrasó con la Torre de los Vientos, una de las edificaciones más emblemáticas. También un ataque intencionado el pasado noviembre calcinó parte de la escultura de Nimis. Sin embargo, Ladonia sigue firme en sus curiosas convicciones: "Nos basamos en la libertad de expresión y valoramos el arte y la creatividad como componentes necesarios de la sociedad", enfatizan.
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