Mezcla de rechazo y fascinación. Mezcla de horror y magnetismo. La figura de Pablo Emilio Escobar Gaviria, en la actualidad, es ambivalente, dual, contradictoria. La proliferación imparable de libros, series, artículos periodísticos en torno a sus orígenes, su accionar, sus asesinatos, su imperio, genera una atracción inevitable.
Medellín, su ciudad, la procedencia misma de su cártel, se transformó en punto turístico selecto, en gran parte, gracias al redescubrimiento tardío de la figura del capo narco. De hecho, entre otras propuestas, se ofrece sin tapujos el Pablo Escobar Tour, un viaje en el que se visitan los sitios más representativos para conocer "la verdadera historia del campo más grande del mundo".
La mansión Mónaco
En 1988, Escobar ya era el narcotraficante más temerario y rico del mundo. Con la intención de darle una residencia de lujo a su mujer María Victoria y a sus dos hijos, Juan Pablo y Manuela, ordenó la construcción de una propiedad faraónica en el coqueto barrio San María de Los Ángeles, a pocos metros del Club Campestre de Medellín, del que nunca lo aceptaron como socio y siempre lo consideraron "persona no grata".
El fastuoso proyecto de 8 mil metros cuadrados tenía 8 pisos, construidos utilizando el terreno que habían dejado dos mansiones derrumbadas. Dos piletas enormes; una en la terraza, otra en el jardín. Una cancha de básquet, una cancha de tenis y un estacionamiento que podía alojar a más de 40 autos.
Los vecinos del barrio intentaron impedir su llegada, pero nunca lo lograron. Siempre les hicieron notar a la familia Escobar que no eran bienvenidos. Hoy, ya casi tres décadas después, el terreno se encuentra abandonado.
El edificio Dallas
Ubicada en la Avenida El Poblado, en la afamada Milla de Oro, la zona medellinense donde se encuentran las propiedades residenciales y los edificios de oficina más exclusivos, se encontraba en plena construcción cuando fue dinamitado. El objetivo de Escobar era que el Dallas fuera el epicentro de sus negocios, la casa matriz del narcotráfico, pero quedó trunco producto del bombardeo.
El 19 de abril de ese año, el grupo anti cártel de Medellín conocido como Los Pepes perpetró un atentado contra la propiedad que imposibilitó su progreso. Luego, lo que quedó del edificio fue tomado por okupas hasta que se vendió en subasta pública. La cadena hotelera Viaggio adquirió el terreno para llevar adelante un proyecto ambicioso de 130 habitaciones, salones de fiesta y un amplio centro comercial.
La Hacienda Nápoles
2.995 hectáreas del inmenso reducto que Escobar compró en 1979 para albergar sus más insólitas excentricidades. Además de la residencia, la sala donde cobijaba su colección de autos y numerosas piscinas, la Hacienda Nápoles tenía una simulación de un parque jurásico, un coliseo y un zoológico privado que llegó a reunir 200 especies diferentes. Entre ellas, jirafas, hipopótamos, elefantes, cebras y avestruces.
Alejado de Medellín, situado en Puerto Triunfo, su majestuosidad y excesiva ostentación simbolizó el éxito del cártel comandado por Escobar. Se cree, además, que era utilizado como uno de los sitios predilectos para las cumbres de sus líderes y que en sus salones se torturaron y hasta mataron enemigos del clan. La hacienda, cotizada en 63 millones de dólares, fue confiscada por el Estado Colombiano y hoy es una atracción turística abierta al público.
El Barrio Pablo Escobar
"Bienvenidos al barrio Pablo Escobar. ¡Aquí se respira paz!", dice el mural de ingreso al barrio que, en realidad se llama Medellín sin Tugurios, pero que adoptó el nombre del narcotraficante por la devoción de sus habitantes, agradecidos por la posibilidad de acceder a la vivienda que él les dio.
La fe imparable llega a justificar, como producto de las circunstancias, los 4 mil asesinatos que las estimaciones oficiales le cargan a Escobar. El jefe del cártel acogió a personas que vivían en condiciones precarias o, directamente no tenían casa en plena campaña en la que se presentaba como candidato a representante en el Congreso de la República en 1982.
Se trata de un barrio precario, sin escuelas, sin canchas de fútbol, con apenas los servicios básicos cubiertos. Sus líderes consideran que el destrato del gobierno se debe, en gran parte, a no aceptar el nombre oficial. "Uno puede renunciar a muchas cosas pero nunca a la dignidad. Este barrio lo hizo Pablo Escobar y la historia no se puede cambiar", le dijo a EFE Wberney Zabala, jefe comunal.
La casa donde murió
Llegó a ser el hombre más buscado del mundo. En el barrio Los Olivos, durante dos meses, Pablo Escobar estuvo confinado en una pequeña vivienda hasta que lo descubrieron. El 2 de diciembre de 1993, murió a manos del "Bloque de Búsqueda", la fuerza creada por el gobierno del entonces presidente César Gaviria ,después de la fuga con ribetes cinematográficos de la cárcel La Catedral, en Envigado.
El capo narco más famoso de la historia se desplomó después de una balacera cuando intentaba escapar del asedio policial. Desde ese momento, la casa bonita, aunque sin los lujos de otros tiempos, se transformó en una cita ineludible para el turismo internacional en cada visita a Medellín.
Su tumba
El final del recorrido no podía ser otro. El cementerio Jardines Montesacro, en Medellín, donde cada aniversario de la muerte, cada 2 de diciembre, asisten cientos de fieles al narcotraficante y dejan sus flores, sus mensajes, sus deseos, tal como si fuera un mesías. Hoy su tumba también es una atracción turística.
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