8 actividades infaltables para un viaje express a Río de Janeiro

La colorida ciudad brasileña tiene joyas imperdibles y lugares icónicos que son casi una obligación durante una visita, por más corta que sea. Los mejores planes para disfrutar a pleno de la experiencia carioca

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La temporada veraniega tiene atractivos
La temporada veraniega tiene atractivos como el Sambodromo, pero para el resto del año hay distintos rincones de la gran ciudad brasileña igual o más seductoras (iStock)

Está bendecida, sin dudas. De los grandes centros turísticos, se debe pensar mucho en uno que ofrezca un paisaje que en una misma panorámica reúna el mar, la playa, los morros, con embarcaciones navegando y aviones sobrevolando que decoran la vista. San Sebastián del Río de Janeiro es mágica. El ticket para quienes gasten en visitar la gran ciudad brasileña estará más que solventado. Conocer y gozar de cada uno de sus lujosos sitios es una experiencia imperdible e inolvidable. Lugares y recorridos que se pueden contemplar en cada momento del año.

Pan de Azúcar

El morro está situado en
El morro está situado en la boca de la bahía de Guanabara sobre una península que sobresale en el océano Atlántico (Shutterstock)

Con sus 560 millones de años a cuestas, es un lugar adecuado para ver la puesta del sol y para comer en alguno de sus restaurantes o pintorescos bares que hay en las diferentes terrazas. Un par de horas son más que suficientes para realizar un paseo agradable por solo 76 reales para adultos y 38 para los menores de hasta 12 años. La cámara o el teléfono son esenciales para llevarse postales de recuerdo.

Museo del Mañana

El museo es un espacio
El museo es un espacio que invita a sumergirse conocer ciencia, arte, lenguajes, culturas, sociedades (iStock)

Ubicado en la Plaza de Mauá consiste en un paso obligado si se quiere vivir una experiencia futurista. Inaugurado a fines de 2015, en esta obra de arquitectura vanguardista se pueden encontrar instalaciones interactivas y audiovisuales, juegos que invitan a un viaje en el tiempo para tratar de entender los procesos de evolución de la tierra y del hombre e imaginar cuáles serían los posibles futuros para la humanidad en los próximos 50 años. El idioma no es una barrera, ya que en el ingreso se da una tarjeta que sirve para traducir cada pantalla interactiva. El precio para el público general es de 10 reales.

Navegar por la Bahía de Guanabara

Hay embarcaciones donde reina la
Hay embarcaciones donde reina la calma y otras en las que la fiesta se adueña del momento (iStock)

Las embarcaciones invitan a sumarse a una aventura de pura diversión y encanto. Yates privados, navíos pesqueros y barcos de alquiler recorren cada rincón de la bahía. Los pasajeros pueden apreciar por completo la combinación de montañas y playas, con el arribo y salida de los aviones del aeropuerto Santos Dumont. Una experiencia muy recomendable, que brinda imágenes panorámicas únicas. Todo en medio de un clima muy alegre. Para los más jóvenes, hay botes que ofrecen paseos con buena música, comidas y bebidas, y con gente abordo disfrazada para adornar aún más el viaje.

Entrenar al borde del mar

Los cariocas entienden el deporte
Los cariocas entienden el deporte como parte de su cultura personal y ciudadana (iStock)

En el ambiente de Río se respira un aire fit. Por el clima, la tradición o el contagio de ver al otro, la ciudad invita a la actividad física. A lo largo de la franja costera, hay decenas de canchas de fútbol, vóley y equipamiento para hacer gimnasia y ejercicios de musculación. También una amplia ciclovía -con el tamaño de una calle normal, aunque en algunos tramos más angosta- por donde se puede observar gente andando en bicicleta, en patines, corriendo o caminando en cualquier momento de la jornada diurna. Las bicis se alquilan por 5 reales. Además en la zona de Arpoador, justo al límite entre Ipanema y Copacabana, se practica mucho surf.

Playas Copacabana e Ipanema

La naturaleza privilegió a la
La naturaleza privilegió a la ciudad brasileña con decenas de kilómetros de playa y arenas que bordean sus costas de cara al océano Atlántico (Shutterstock)

La costa paradisíaca tiene su referencia máxima en Copacabana. Es la playa más turística de la ciudad. En un día promedio transitan alrededor de 400.000 personas en los cuatro kilómetros de su extensión. En cada tramo del trayecto se puede disfrutar del agua -de un color azul intenso- y las tantas carpas, paradores, bares que separan la calle de la arena blanca. En cualquier tramo de la playa se aprecia una limpieza admirable, producto de un plan de basura cero implementado hace tres años atrás.

El otro gran punto costero es Ipanema. Inmortalizada por Tom Jobim y Vinicius de Morais en la canción "Garota de Ipanema", los dos kilómetros de costa y suave arena la convierten en otra de las preferidas de los habitantes locales y visitantes. Ubicada en la en la zona sur de la ciudad, es más angosta que Copacabana y se caracteriza por las olas grandes y la vista hacia Leblon, con el morro Dos Irmaos de fondo.

Floresta Nacional de Tijuca

La selva es ideal para
La selva es ideal para animarse al trekking (Shutterstock)

En este lugar donde está el Corcovado con su Cristo Redentor se respira naturaleza. Es la mayor selva urbana del mundo. Se puede participar de tours guiados o armar una excursión propia en auto. Son casi 4000 hectáreas de forestación natural y completada por la mano del hombre. Es muy común ver monos, coatíes, lagartos, pájaros y mariposas. Hay saltos de agua magníficos. Es ideal para los amantes de la fotografía por la vista hacia la ciudad y hacia el Cristo.

Maracaná

El estadio es considerado uno
El estadio es considerado uno de los mejores a nivel mundial (Shutterstock)

Renovado para el Mundial 2014, una vuelta por uno de los estadios legendarios del fútbol no puede faltar en la agenda. El imponente Maracaná tiene un museo con algunos de los objetos más importantes y referentes de partidos, batallas, proezas que se gestaron en el verde césped. El tour permite recorrer todo el estadio en su interior e incluso salir a los laterales del campo de juego, y subir por las plateas.

Cristo Redentor

Los brazos abiertos reciben a
Los brazos abiertos reciben a los visitantes y bendice a los cariocas (iStock)

Cuando se piensa en ir a Río, visitar la imponente figura del Cristo Redentor -mide 30 metros de altura- es el primer plan que surge. Pero aunque el paisaje es sensacional, hay dificultades en el acceso: los servicios y el tren de ascenso no son muy eficientes por su limitada capacidad. Cuando se llega a la plataforma, hay ascensores y escaleras mecánicas que llegan hasta la cima, pero algunas veces la cantidad de gente supera su prestación. Quien esté en forma física, puede utilizar las escaleras de piedra.

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