La ciudad de Hangzhou, en la provincia de Zhejiang, es la capital de la seda de China. Y en esta urbe elegante y tradicional, a orillas del Lago Occidental, se erige el Museo Nacional de Seda, el primero de su tipo en el mundo, que narra con detalle la historia de 5 mil años de su producción en este país asiático. Fue abierto al público en 1992 y desde el 2004 la entrada es gratuita. Aquí se exponen 80 telares tradicionales de seda, 320 fragmentos de seda de distintas dinastías, 30 rollos de seda antigua y 350 vestimentas antiguas.
En sus más de 50.000 metros cuadrados, se cuenta con piezas que datan del período Neolítico y que conservaron las dinastías Han, Tang, Song, Yuan, Ming y Qing, hasta llegar a la época moderna. Es un repaso histórico y fascinante por el mundo de la sericicultura, un arte milenario que comienza con la cría del gusano de seda y termina con la realización de la prenda final.
Esta semana esta institución estuvo en boca de todos debido a la cumbre del G20. Es que como souvenir especial se les obsequió a las primeras damas de los líderes mundiales que acudieron a China para la ocasión pañuelos y carteras de seda, así como también a la prensa internacional que viajó a cubrir la cumbre. "Como una de las zonas más importantes en la producción de seda de China, Hangzhou ofrecerá al mundo lo mejor", había asegurado en una entrevista Zhao Feng, curador del museo.
Según Zhao, la tradición de la "diplomacia de seda" se originó en la dinastía Han, cuando Zhang Qian, un enviado del Emperador Wu, regaló a los líderes de los países de la Ruta de la Seda esta tela exquisita con el objetivo de crear alianzas para combatir a los Xiongnu, un pueblo nómada que habitaba en el norte de China.
El Museo Nacional de Seda de China está compuesto por ocho salas dedicadas a este material, tan importante a nivel cultural y económico en la región: la de las Reliquias; la de los Vestidos Folklóricos, la de Logros Modernos; la del Prefacio; y la de Tinte y Tejido -lugar donde se pueden observar las diferentes etapas de la producción de esta tela hasta que se transforma en un formidable atuendo o accesorio-.
En la Sala del Prefacio se relata la historia de más de 5 mil años de la seda en China, uno de los primeros en dedicarse al cultivo de la seda -y la cría de gusanos de este tipo- para luego desarrollarla en las variadas y coloridas prendas que se exhiben también entre sus muros, desde modelos milenarios hasta la moda de la actualidad. Se ofrece también un excelente resumen sobre la época en la que la Ruta de la Seda se extendía a través de todo el continente asiático.
Por otro lado, la Sala de las Reliquias muestra varios artefactos que recorren casi todas las dinastías del antiguo Imperio Chino. Los objetos proceden de varios sitios de excavación alrededor de ese país a lo largo de la Ruta de la Seda y el norte y sur de China. La conservación y el buen estado de estas reliquias es sorprendente. Incluso se exhibe un brocado -una tela entretejida con hilos de oro o plata- que se calcula que tiene una antigüedad de 5.630 años, el ejemplo más antiguo de este material que se descubrió en el mundo.
En la Sala de Vestidos Folklóricos destacan productos creados por los artesanos más expertos, mientras que en la de Tinte y Tejido se explica el proceso de teñido y tejido de la seda, y cuáles son los principios científicos detrás de estas técnicas. Hay tejedores que muestran cómo es este sistema en vivo y en directo. Incluso los turistas pueden animarse y a participar del proceso.
La entrada al Museo Nacional de Seda de China es completamente gratuita, y los horarios de ingreso son de 9:00 a 16:30. Además, el lugar cuenta con una exclusiva casa de té tradicional, y un gift shop para comprar prendas realizadas en seda.
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