Muchas veces en mi trabajo, aún antes de conocer a un nuevo cliente ya puedo percibir a través de la información inicial cierto desconcierto interno por el liderazgo que llevan adelante.
Sucede que el liderazgo, tal como lo entendemos hoy, ha dejado de ser exclusivo de quienes tienen un título o están más arriba en el organigrama, y lo que se busca es que se derrame como si fuese una cascada de agua hacia todos los niveles de la organización.
Una empresa es más que un conjunto de personas. Es un sistema compuesto por varias partes interrelacionadas. Una empresa es, en sí misma, un sistema de liderazgos combinados, y el sistema influye en todo lo relacionado con la cultura, la estrategia y los resultados del conjunto de las personas que trabajan juntas.
Por eso, cuando se piensa en la palabra “líder” generalmente se lo asocia con una figura solitaria, meditativa y llena de problemas, cuando en realidad, líder puede ser cada miembro de la organización, en todos los niveles y roles.
De esto se trata el derrame del liderazgo, partiendo del autoliderazgo: de saber liderarse a sí mismos, para, luego, interactuar con los demás.
Cómo crear un sistema de liderazgo que se derrame hacia toda la empresa
El sistema de liderazgo de una empresa parte de identificar el potencial en cada uno de los que forman parte, con sus fortalezas y debilidades.
No se trata de que se empodere a un pequeño grupo de personas y se les ponga un gran rótulo de “líderes”, sino de que, con esos roles directivos, se conformen equipos donde cada uno ejerza el liderazgo en su metro cuadrado de acción. ¡Imagina cuánto más virtuoso sería el resultado si las empresas funcionaran de esta forma!
Si lo que quieres es que el liderazgo se derrame como esa cascada de la que hablaba antes e impacte efectiva y positivamente en cada persona, tanto en su mente como en sus corazones, necesitas recordar que el sistema de liderazgo es lo que los mantiene en funcionamiento día a día. Y también saber que el empoderamiento correcto de cada talento, en su punto de maduración apropiado, es crucial para el éxito, y para cultivar y mantener un estilo sólido.
Para empezar a crear este sistema sugiero adoptar un enfoque sistemático y deliberado.
Sistemático significa que se empezará a ver a toda la organización como un gran sistema interconectado, donde cada parte cumple un rol virtuoso mirando el objetivo a alcanzar. No hay áreas más importantes que otras, por lo que la red de jerarquías cambia y se pasa a una visión más horizontal.
Y necesita ser deliberado, porque requiere de planificación, determinación, consistencia y transparencia, además del compromiso, que es el pegamento indestructible que hará que las personas colaboren juntas y se sientan identificadas con el propósito de la empresa.
Los 10 primeros pasos para crear un sistema de liderazgo en cascada en tu empresa
Un liderazgo en cascada que sea abarcativo y que contemple todos los aspectos de la cultura que desean crear requiere el impulso de tres aspectos esenciales para que funcione: primero, hacer una planificación estratégica minuciosa; segundo, de directivos absolutamente comprometidos, desde los accionistas hasta los ejecutivos y los demás roles; y tercero, horizontalizar este desafío para involucrar a cada persona que integra la compañía.
Estos diez primeros pasos te darán una línea directriz hacia este objetivo:
Paso 1: Diagnóstico claro y sin mentiras
Es importante tener una comprensión clara y realista de dónde se encuentra tu empresa hoy, y de hacia dónde quiere dirigirse en el futuro, considerando los aspectos duros, como finanzas, inversiones, tecnología y porciones de mercado, y más blandos, como verificar la cultura que tienen actualmente, la comunicación y la gestión de personas.
Paso 2: Definir el propósito del sistema de liderazgo
El propósito del sistema de liderazgo de tu empresa debe estar claramente definido, porque de lo contrario, no se derramará hacia las personas. Empieza por preguntarte ¿Cuál es el objetivo principal? ¿Qué resultados queremos conseguir con cada persona del equipo? ¿Tenemos un propósito mayor además del resultado de lo que hacemos?
Si no tienes seguridad de por dónde empezar, puedes buscar en los comportamientos que están presentes en las empresas de alto rendimiento. Todos los sectores tienen ciertos comportamientos de liderazgo que son comunes entre las empresas de gran éxito.
Algunos de los más importantes de estos comportamientos son la delegación, la alineación, el enfoque en soluciones, la innovación permanente, el sentido de pertenencia y la práctica concreta y permanente de la retroalimentación.
Paso 3: Desarrollar un proceso sólido y transparente
Implantar o reorientar un sistema de liderazgo es tan fuerte como el proceso en sí, y no hay forma de evitar que las personas sean el factor clave para crear el derrame del liderazgo exitoso. Es decir que si quieres hacerlo involucrando a los altos directivos exclusivamente, el programa va a fallar.
De nada sirve liderar innovación tecnológica, industrial o comercial si no se tienen en cuenta a las personas: el liderazgo trata de inspirar, motivar y acompañar a las personas detrás de un propósito común; no de dar órdenes y que obedezcan.
Por ejemplo, dentro del proceso es necesario contemplar cómo se selecciona la gente para empezar a desarrollar su liderazgo con entrenamientos a medida, las evaluaciones de rendimiento, las recompensas que reciben, y la forma en que se comunican y colaboran con otras áreas.
El proceso necesita ser sólido y transparente para que cada uno adhiera y crea en él. Si esto falla, fallarán también todos los demás aspectos de esta evolución de liderazgo que deseas llevar adelante.
Paso 4: Implicar a todos en el sistema
Si sus equipos no participan en el desarrollo de líderes, ¿Cómo van a beneficiarse del sistema? ¿Cómo va a involucrarse voluntariamente para gestionar su propio rol de líderes?
Por eso recomiendo que participes a todos en el proceso, porque así se fomentará la transparencia, la colaboración y la cooperación.
Paso 5: Hacer transparente la gestión del rendimiento
¿Cómo sabes que sus líderes están rindiendo bien? La forma más directa es supervisando y evaluando su desempeño y su rendimiento.
Hacer que la gestión sea transparente es una de las mejores formas, porque facilita que todos los miembros de la empresa entiendan mejor cuál es el factor de liderazgo en cada persona, los avances, desvíos y la mejora continua. En definitiva, la evolución de cada miembro.
La transparencia fomenta la confianza y la responsabilidad, lo que, a su vez, promueve la colaboración y el aumento del rendimiento. Si todos conocen el rendimiento de sus pares líderes, hay más posibilidades de que colaboren y se empujen mutuamente para hacer un mejor trabajo.
Paso 6: Hacer que la promoción y la sucesión sean transparentes
El proceso de promoción y sucesión es otro aspecto importante de un sistema de liderazgo.
No querrás ascender a alguien que no sea de las mejores personas candidatas para el puesto. Tampoco querrás hacer el doble juego de querer ascender para reemplazar a alguien que lidera a otra persona, sin que este proceso sea transparente.
En otras palabras, puedes promover y elegir a tus líderes en función de sus méritos, y hacer que la promoción y la sucesión sean transparentes. El motivo de hacerlo de esta forma es que te asegurarás de que la gente de la empresa entienda por qué se promueve a ciertas personas antes que a otras, y que también vas fomentando una línea de sucesión con vistas al futuro.
Paso 7: El eje fundamental de la transparencia
A costa de ser reiterativo, recuerda que cualquier proceso en la empresa que quieras encaminar, necesita estar apalancado sobre la transparencia. Es justamente este aspecto el que promueve la confianza, la responsabilidad y la colaboración.
También fomenta la innovación y la creatividad, porque los líderes en empresas transparentes son más propensos a superar los límites y a probar cosas nuevas, a aportar ideas y llevar adelante la innovación sin temores, debido a que toda la información y los planes están muy bien comunicados, y todas las conversaciones difíciles que hayan aparecido, ya han sido mantenidas.
Paso 8: Reuniones de seguimiento
El proceso hacia un sistema de liderazgo en cascada no se resuelve en un año, ni posiblemente tampoco en dos ni en tres, salvo que seas una empresa que está siendo fundada sobre este modelo.
Por lo general, un cambio cultural de raíz lleva al menos cinco años desde que se activa hasta empezar a ver los logros en cada área de la empresa.
Las reuniones y cualquier otro tipo de encuentro presencial o virtual son una forma estupenda de mantenerse conectado e informado; pero cuidado, porque también pueden ser una enorme pérdida de tiempo si no sabes regularlas para que las agendas no estén a tope de estas acciones.
La sugerencia es que el proceso no sea encarado sólo por un área, por ejemplo, lo típico es entregárselo en bandeja de plata a recursos humanos, sino que representantes con decisión de cada sector estarán activamente interactuando. Esta diversidad de miradas aportará riqueza y profundidad en la implementación de un liderazgo en cascada.
Paso 9: Fomentar la comunicación continua entre equipos
El siguiente escalón es cultivar una cultura de comunicación continua dentro de tu equipo. Por ejemplo, si deciden empezar a fomentar líderes en cierto nivel de la organización, será necesario el diseño de una estrategia de comunicación constante que involucre a todos quienes ya estén activos en el proceso.
Esto significa enviar informes o actualizaciones semanales o mensuales que proporcionen información actualizada sobre el progreso de sus líderes, e interactuar en una aplicación que sirva para hacer la trazabilidad del proceso, por ejemplo.
En este punto, por experiencia, sugiero no abrumar con demasiado material online o en mails, y cambiarlos por encuentros programados estratégicamente, como reuniones en células ágiles más pequeñas, reuniones de 15 minutos de briefing semanal o quincenal, y que el programa de líderes esté presente también en forma tangible desde el primer momento en toda la comunicación interna que se realice, tanto online como offline en la operación completa de la empresa.
Paso 10: Hacerse siempre las cuatro preguntas fundamentales
Los sistemas de liderazgo en derrame o cascada son cruciales para el éxito de una empresa u organización de todo tipo.
Como has observado, el lograrlo en forma sólida y con continuidad requiere tiempo planificación, y bien vale el esfuerzo, ya que los resultados serán realmente superadores a formatos de culturas más tradicionales.
Por otra parte, es fundamental pensarlo como una implementación a largo plazo; esto te permitirá dar un paso atrás y observar cómo lo están haciendo.
Hay al menos cuatro preguntas transformadoras que te ayudarán a evaluar constantemente la marcha del proceso:
- ¿Dónde estamos ahora?
- ¿Dónde queremos estar?
- ¿Qué se interpone en el camino?
- ¿Qué tenemos que cambiar?
Respondiéndolas con honestidad total, tendrás una radiografía de cada momento, que sugiero que sea bien documentado para seguir el trazo del avance, de los ajustes y de las transformaciones que se van a ir dando.
Transformaciones que, por pequeñas que sean, vas a percibir tangiblemente cómo empiezan a producir un impacto positivo en el liderazgo global de toda tu empresa.
Daniel Colombo es facilitador y Máster Coach Ejecutivo especializado en alta gerencia, profesionales y equipos; mentor y comunicador profesional; conferencista internacional; autor de 31 libros. LinkedIn Top Voice América Latina. Coach Profesional por ICF; Coach certificado y Miembro de John Maxwell Team.
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