Cómo definir el propósito en los equipos de trabajo, aprovechando la inspiración de las vacaciones

El “para qué” de las organizaciones es el mayor imán de talento y clientes que existe en la actualidad. El usuario desea conectar con un sentido más profundo que no solo satisfaga el ego. Qué es el Ikigai en las organizaciones

Simon Sinek afirma que “la gente no compra lo que haces, la gente compra por qué lo haces” (Getty)

El especialista en liderazgo, profesor y autor Simon Sinek afirma que “la gente no compra lo que haces, la gente compra por qué lo haces”. Y es una realidad, porque el propósito es el mayor imán de talento y clientes que existe en la actualidad.

Con las transformaciones aceleradas que vivimos, las personas están migrando de un sistema de consumo de oferta por imagen, a uno donde prevalecen los valores que perciben, enfocados en la forma de ser más profunda de las marcas, productos y servicios.

Ya no alcanza con diseñar el mejor producto y ofrecer tu propuesta de excelencia, sino que, detrás, el usuario desea conectar con un sentido más profundo, que no solamente satisfaga la necesidad del ego (consumo, bienestar, placer, aquello que te permita lucir bien), sino que esos valores también deben verse reflejados en cada persona dentro y fuera de la organización, y se trasvasan a los clientes.

La búsqueda del propósito empresarial parece ser un laberinto por el que pocas compañías desean transitar, porque puede ser incómodo e ir contrapuesto con prácticas que se han convertido en habituales. Por ejemplo, los desvíos éticos, las prebendas, los atajos que toman muchas veces cierto tipo de industrias, atentan con el propósito sólido, fuerte y consistente que se persigue. O, quizás, sólo se declama.

El impacto en la cultura de la empresa

Cualquier organización, por más pequeña o grande que sea, puede apalancarse en estos pilares esenciales para crear un mejor entorno donde sus equipos puedan desarrollarse a niveles extraordinarios, y quienes elijan sus marcas y servicios sientan que viven una experiencia fabulosa.

Las empresas que se preguntan constantemente el “para qué” hacen lo que hacen son las que generan una cultura que es mucho más sólida y sostenida en el tiempo. Además, es el propósito lo que ayuda a sortear todo tipo de dificultades, como los momentos cambiantes y volátiles propios de un mundo en eclosión y transformación continua.

Así como en las organizaciones, cada persona también puede apalancarse en esta brújula interior para encontrar su para qué más profundo. Si, simplemente, se quedara en el “por qué”, quizás esté en el nivel de encontrar una explicación para lo que sucede. En cambio, el “para qué” es transformador, se ancla en lo más profundo de lo que sustenta el ser y el hacer de cada uno.

El Ikigai en las organizaciones: la brújula que guía hacia la claridad del propósito

En su libro “El corazón del negocio”, Hubert Joly, CEO de Best Buy, conocida empresa dedicada a artículos de electrónica, cuenta cómo hicieron para dar un giro total hacia el éxito de la compañía. El autor propone descubrir una versión del célebre gráfico del Ikigai japonés, una forma relativamente sencilla de encontrar el propósito personal, aquí llevado al plano de los negocios.

Si bien el enunciado clásico de Misión, Visión y Valores es también una herramienta importante, actualmente se observa la necesidad de ir más profundo; porque, como enunciado que es, muchas veces queda sólo en el terreno de un párrafo bien redactado y subido a la página web, aunque no representa el sentir y, sobre todo, el vivir cotidiano de la empresa.

En cambio, el propósito es algo vivo, más tangible, e incluso sería ideal que cada una de las personas de las empresas se identifiquen en algún aspecto con esta propuesta, para encontrar un alineamiento mayor que permita crear entornos de bienestar y de satisfacción más profundos, constantes y compartidos.

El propósito, tanto en la vida como en los negocios, necesita ser significativo, auténtico, creíble, potente y convincente.

Plantear a cada persona de la organización que ayude a reflexionar sobre el propósito de la empresa antes, durante y después de las vacaciones, sin importar el rol que ocupan en la plantilla (Getty Images)

Significativo implica que marca una diferencia importante en todas las personas involucradas. Auténtico se refiere a que debe importarles profundamente a las personas, y toca directamente los valores empresariales.

También debe ser creíble: aquí apunta a que aprovecha los recursos que ya se tienen, los potencia y marca una diferencia en excelencia y calidad; es “aterrizado” a lo posible, sin perder de vista el gran “dream board”, tablero de sueños a conquistar a futuro. Potente es que tiene la energía para ser el dínamo capaz de movilizar las capacidades de la empresa y traducirlas en acciones concretas, ágiles y estratégicamente diseñadas.

Finalmente, el propósito necesita ser convincente, porque no debe dejar lugar a dudas ni especulaciones. Y esto abarca a todos los niveles que tenga la empresa, no solamente a la fuerza laboral.

Descubriendo el Ikigai de tu organización

El Ikigai empresarial se sintetiza en cuatro aspectos, que confluyen en lo que construirá el propósito más elevado.

Propongo como ejercicio que todas las áreas de la empresa trabajen en co-crear su Ikigai para que, a partir del consenso de las decisiones, se lo viva y ejerza diariamente.

Veamos las cuatro dimensiones:

1 – Lo que el mundo necesita

Cualquier producto, bien o servicios que se ofrezca al mercado requiere de estar alineado con una necesidad real expresada por el universo de público al que se dirigen las acciones. Antiguamente en las empresas había un departamento donde un equipo se encargaba de dictar las tendencias, y, luego, marketing y comercial prácticamente las imponía a fuerza de publicidad, relaciones públicas y costosísimas inversiones. Hoy, es el usuario final el que marca la tendencia. Hoy, el medio es cada persona que elegirá esos productos, que determinará para qué quiere trabajar contigo, y, más específicamente, qué dolor viene a solucionar tu empresa en este mundo revuelto.

Por lo tanto, las empresas necesitan dejar de hablar tanto, y empezar a escuchar más la voz de su público, que es lo único que importa.

Sugiero estas preguntas como disparadores: ¿Qué hacemos para que el mundo sea mejor? ¿Para qué el mundo necesita lo que ofrecemos? ¿Cómo detectamos las oportunidades y las satisfacemos? ¿Qué valor agregado entregamos permanentemente.

2 – En qué la empresa es excepcionalmente buena

Determinar de antemano los aspectos en los que la compañía es sencillamente única le permitirá tener la ventaja competitiva de poder focalizarse prioritariamente en su negocio principal, sin dispersar energía, recursos e ideas. Esto no significa que no pueda expandirse y abrir nuevas unidades de negocios, sino que en el círculo virtuoso del propósito es requisito que haya un alineamiento desde adentro hacia fuera de la organización.

Esta coherencia de sus productos, marcas, lemas, manifiestos y cultura es lo que percibirá el público de manera tangible. Y ya sabemos que la coherencia no es un bien tan abundante en estos tiempos, por lo que no tardarán en destacarse en su sector.

Preguntas: ¿En qué nivel de a 1 a 10 en calidad excepcional estamos hoy? ¿Cómo podemos aumentar un punto, mejorando aún más? ¿Qué determina la baja y suba de nuestra calidad? ¿De qué forma nos reenfocaremos cada vez que sea necesario para sostener nuestra propuesta de valor?

3 - Cómo la compañía crea valor económico

El propósito no es solamente algo imaginativo, creativo y rimbombante del terreno de las aspiraciones y sueños (Getty Images)

El propósito no es solamente algo imaginativo, creativo y rimbombante del terreno de las aspiraciones y sueños. Cuando se lo conecta con lo que se hace tangiblemente cada día, se busca que se traduzca en un resultado económico y financiero que permita a las empresas contar con la mejor plantilla de profesionales, con servicios y productos de excelencia, y con sustentabilidad en el negocio y en cada acción que se realice.

Por lo tanto, es parte de ese propósito el mantener el foco en la viabilidad del mercado, la estructura de los costos, las compensaciones laborales de la forma más equitativa posible. Este último punto también se está transformando en el mundo de los negocios, incluyendo nuevas formas de remuneración que están empezando a experimentarse, como en empresas donde cada persona se fija su salario en función de las responsabilidades que asume al ciento por ciento, e incluso define su carga horaria, siempre atada a resultados.

Preguntas: ¿Qué oportunidades de negocio aún no hemos implementado? ¿De qué forma? ¿Cómo participamos a nuestros equipos del resultado de la compañía? ¿Qué áreas es necesario mejorar? ¿Qué valor percibe nuestro mercado respecto a lo que hacemos?

4 – Lo que apasiona a la gente de la empresa

Cada vez más las personas quieren trabajar en entornos cercanos, cálidos, de alta productividad, retadores y entusiastas. Los formatos tradicionales verticales se han vuelto obsoletos, y la burocracia que aún existe en las grandes corporaciones eyecta rápidamente a personas con sana ambición de participar y crecer.

Es indispensable que, al implementar el Ikigai empresarial, se alinee el propósito con la satisfacción de las necesidades de auto realización de cada persona que integre la compañía. No se trata sólo de “programas de bienestar” y anabolizadores de rendimiento de vez en cuando, sino de políticas sostenidas que traerán como resultado una cultura alineada con el latir de cada uno de las almas que trabajen en la organización.

Algunos disparadores: ¿Cuál es el por qué y para qué nuestro, y de cada talento con el que contamos? ¿De qué forma desarrollamos el liderazgo interno que cree más líderes en cada equipo? ¿Cómo entrenamos a todo el capital humano en los valores y en el pulso del negocio?

Llevando el Ikigai de vacaciones

Una idea que implemento junto a mis clientes de coaching ejecutivo y empresarial es la de plantear a cada persona de la organización que ayude a reflexionar sobre el propósito de la empresa antes, durante y después de las vacaciones, sin importar el rol que ocupan en la plantilla.

Aplicando distintas dinámicas se irá monitoreando en tiempo real el proceso de diseñar el Ikigai de la compañía, hasta arribar a un consenso que contemple las visiones de todas las partes involucradas (Getty)

Algunos me comentan que ha resultado una herramienta fantástica para desarrollarla en familia, construyendo su propio Ikigai, y me han mostrado fotografías de juegos en la playa con enormes gráficos concéntricos con palabras y valores aportados por cada persona. Este es un paso muy significativo para la construcción de la cultura, ya que no sólo se busca ponerla en marcha en la empresa, sino que puede calar profundo en las relaciones primarias de cada integrante.

Desde los mandos medios y sus equipos, hasta los accionistas y la junta ejecutiva, todos trabajarán en el mismo proyecto durante el tiempo que haga falta. Luego, se recolectará este insumo individual, se conformará un equipo interdisciplinario abocado a la tarea de consensuar el Ikigai en base a las respuestas que trae el personal y se tabularán los aspectos que sugiere cada miembro.

Aplicando distintas dinámicas se irá monitoreando en tiempo real el proceso de diseñar el Ikigai de la compañía, hasta arribar a un consenso que contemple las visiones de todas las partes involucradas.

Del propósito a la Declaración de la Interdependencia

Como un paso siguiente, el autor propone la instancia de la Declaración de la Interdependencia: parte de un propósito noble que ya se ha identificado, que se conecta con cómo crear experiencias que tengan absolutamente deleitados a los consumidores, y además distribuidores y socios estratégicos, recompensar a los accionistas y apoyar la prosperidad de cada comunidad donde esté inserta la empresa.

Como resultado de ida y vuelta de estas acciones de interdependencia se logrará que el personal tenga un alto nivel de compromiso, identificación y cooperación, basada, como has visto, en el propósito y los valores.

Daniel Colombo es Facilitador y Máster Coach Ejecutivo especializado en alta gerencia, profesionales y equipos; mentor y comunicador profesional; conferencista internacional; autor de 31 libros. LinkedIn Top Voice América Latina. Certificado por ICF; Coach certificado y Miembro de John Maxwell Team.

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