Cuáles son los 5 estilos de liderazgos y qué beneficios aporta cada uno a las organizaciones

Existen diferencias entre ejercer una jefatura y un liderazgo. Por qué las compañías se corren hacia este último tipo de conducción y cuáles son los diferentes tipos

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El líder es aquel que motiva a los empleados y los dirige, pero sin imponer sus ideas.
El líder es aquel que motiva a los empleados y los dirige, pero sin imponer sus ideas.

Las compañías se han organizado históricamente de manera jerárquica, con puestos claramente diferenciados y autoridades o líderes verticales muchas veces con algún tinte autoritario. Esta es una cultura que ido cambiando porque comenzó a mostrar puntos débiles en cuanto al rendimiento en función de los beneficios de las empresas. Se sabe que un buen líder detecta las habilidades de los integrantes de su equipo para aprovecharlas y fomentarlas y sabe que la satisfacción de sus colaboradores repercutirá en la compañía.

Pero vale la pena desgajar qué beneficios otorga para las organizaciones los distintos estilos de liderazgo, cuáles son y qué puntos fuertes y debilidades presentan.

El liderazgo empresarial es una habilidad que todas las personas pueden desarrollar, de esta manera el líder será capaz de influir en los trabajadores para lograr los objetivos de la empresa. Un detalle conceptual importante es la diferencia entre el jefe y el líder, ya que tienen características distintas.

Un jefe utiliza su rango y su poder para mandar de una manera autoritaria y unidireccional, el líder es aquel que motiva a los empleados y los dirige, pero sin imponer sus ideas.

Por lo tanto, un buen liderazgo empresarial ejerce sus funciones basándose en tres puntos clave:

- El trabajo en equipo

- La motivación

- La estructura organizacional

Muchas empresas están promoviendo un nuevo concepto de liderazgo, menos autoritario, porque han comprobado que, así, los empleados son más productivos y mejora el clima laboral. Además, este estilo de liderazgo empresarial es fundamental porque permite delegar tareas, fomentar el crecimiento y potencial de los empleados y asentar la organización en una estrategia colaborativa debido a una correcta comunicación interna.

Una estrategia de liderazgo empresarial tan innovadora debe ir acompañada de una transformación digital que ayude a diferenciarse en el mercado: organización y herramientas del futuro.

Tipos de liderazgo empresarial

Pueden distinguirse al menos cinco tipos de liderazgo empresarial y, cada uno de ellos, tiene unas consecuencias, tanto laborales como psicológicas, sobre el trabajador.

El líder democrático promueve la participación
El líder democrático promueve la participación

1 - Liderazgo del Laissez Faire

Es un líder que trabaja en positivo, sabe que sus empleados saben hacer su trabajo. Confía en que sus trabajadores están preparados para desempeñar las labores que les encomendó y por, lo tanto considera que, simplemente, debe “dejarles hacer”.

Este líder se caracteriza por dar libertad a sus empleados para que realicen las tareas como más mejor les resulte, ya que en definitiva lo que contará serán los resultados finales. Pero no se debe interpretar de esto que sea un líder que se mantenga al margen. Cuando es necesario aconseja y redirige las tareas, pero sin imponer un criterio. El resultado en este caso debería ser un aumento en la motivación del equipo y una mayor eficacia.

2 - Liderazgo democrático

Estos líderes creen en la relevancia de la participación y el compromiso de sus empleados. Promueven su participación y genera en ellos un entusiasmo porque sienten que sus opiniones son tenidas en cuenta.

Por lo tanto, este tipo de liderazgo se aleja también de las actitudes autoritarias y estimula la comunicación interna. El trabajo en equipo adquiere gran relevancia lo mismo que las opciones de cada uno de sus integrantes. Es cierto que la decisión final recaerá en el responsable, pero ejecutar un liderazgo democrático le permitirá tener una visión más amplia y, consecuentemente, mejorar su visión empresarial.

3 - Liderazgo autocrático

Se sitúa al extremo contrario del liderazgo democrático. Este es más un tipo de jefatura más que de liderazgo. Aquí son los jefes los que ostentan y demuestran su poder sin que nadie pueda mostrar disconformidad con sus decisiones ni expresar su opinión.

Es una forma de liderazgo negativa porque puede generar estrés, baja autoestima o reducir la productividad de sus empleados. Su máxima es que el jefe manda y los trabajadores obedecen. Por lo tanto, la comunicación es unidireccional.

La transformación sólo es posible si incide en el compromiso de los trabajadores (Getty)
La transformación sólo es posible si incide en el compromiso de los trabajadores (Getty)

4 - Liderazgo transaccional

Se basa en el intercambio de incentivos económicos o similares del líder al empleado, como recompensa por las tareas bien hechas o el logro de los objetivos. Ambas partes salen beneficiadas. Por un lado, el trabajador ve recompensado su esfuerzo y, por otro lado, el líder encuentra que esto motiva a sus subordinados y consigue que los ingresos empresariales crezcan.

Es un liderazgo positivo porque aumenta el sentimiento de pertenencia a la empresa, la productividad, el clima laboral y los beneficios económicos. Todos ganan con este tipo de liderazgo.

5 - Liderazgo transformacional

El líder transformacional se centra en el capital humano de la empresa, es decir, en sus empleados. Es consciente de que la transformación sólo es posible si incide en el compromiso de los trabajadores, confía en ellos y permite una comunicación fluida con los líderes.

Este liderazgo se caracteriza por fomentar la creatividad y participación de todos los miembros de la compañía, no tener miedo a afrontar riesgos, motivar a los empleados y estimular la confianza bidireccional.

Entre las muchas ventajas que se pueden enumerar cuando el liderazgo es positivo se encuentran las siguientes:

- Motivación de los empleados.

- Reducción del ausentismo laboral.

- Aumento de la productividad.

- Mejora el clima laboral y el trabajo en equipo.

- Crecimiento de la facturación y de las ganancias.

- Mejora de la imagen de marca tanto en el interior como en el exterior de la empresa.

- Consecución de objetivos a corto, medio y largo plazo.

- Resolución efectiva de problemas.

- Mejora la estrategia y la planificación empresarial.

- Potenciación de resultados más creativos.

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