Las posiciones de liderazgo exigen cualidades específicas para alcanzar el mejor rendimiento y armar grupos sólidos de trabajo. En esta línea, Google desarrolló una investigación entre sus grupos de trabajo y utilizó los resultados como mecanismo de feedback para que los líderes comprendan cómo les está yendo y qué características podrían necesitar para desarrollar más. Para esto, los empleados respondieron un cuestionario de 13 puntos sobre el desempeño de cada gerente. El contenido de la encuesta reveló las características que, según la investigación de Google, constituye un liderazgo efectivo.
Dar comentarios concretos que mejoren el rendimiento
La mejor forma de otorgar feedback a los empleados es en lo inmediato. No conviene esperar hasta las evaluaciones formales o la próxima reunión personal. Si hay algo que corregir o modificar, lo más conveniente es transmitirlo en el mismo día, así los detalles de la tarea estarán frescos en la mente de cada integrante del equipo.
Puede ser un comentario en el pasillo, un ida y vuelta por chat o una observación al servir el café, los modelos de liderazgo efectivo se alejan de la formalidad y aprovechan cada momento para la retroalimentación laboral. No es necesario suavizar las críticas, sino transmitirlas con empatía y franqueza.
Mostrar consideración por los miembros del equipo
La escucha activa es fundamental para fortalecer el vínculo humano, no chequear el celular cada minuto cuando un colaborador se acerca a contar un problema o dificultad, no responder mails mientras se lleva a cabo una reunión de equipo. También es muy importante estar abierto a los arreglos laborales flexibles: facilitar el trabajo remoto si es necesario cuidar a un hijo enfermo, extender, acortar y luego recuperar horarios si hay un estudio médico programado o una reunión escolar.
Celebrar las pequeñas victorias, momentos relajados como un café luego del trabajo o una cena grupal para festejar una meta alcanzada, ayuda a desarrollar las relaciones entre los empleados. También es útil un reconocimiento personal delante del equipo, por más rápido que sea, para destacar cualidades del otro.
Delegar y dar autonomía
La autonomía es uno de los pilares fundamentales de la motivación, además de un sentido del propósito. Confiar en la capacidad del equipo de trabajo y delegar tareas es primordial para que cada integrante pueda extender las alas y ganar en crecimiento profesional.
Pocas cosas desmotivan más que decirle a la gente exactamente qué hacer y cómo hacerlo. Con objetivos definidos y un plan para medir los objetivos logrados, no es necesario “estar encima” de cada empleado.
Valorar el punto de vista de los otros
El pensamiento divergente es sumamente necesario para resolver problemas complejos de formas novedosas. Las grandes mentes no siempre piensan igual.
Para fomentar la discusión productiva, vale desafiar al equipo a cuestionar decisiones si no están de acuerdo, siempre que se argumente y ofrezca nuevas ideas superadoras. Los líderes efectivos conciben la fricción creativa es algo positivo para encontrar mejores soluciones.
Guiar el desarrollo del equipo
Intercambiar opiniones profundas sobre la posición de trabajo de cada integrante, en reuniones individuales al menos dos veces al año, refuerza la orientación profesional y es una muestra de la tutoría ejercida por un buen líder.
En esos encuentros formular preguntas abiertas y significativas, como ejemplo: ¿Qué es lo que más y menos le gusta de su rol ahora? ¿Dónde se visualiza en dos o cinco años? ¿Qué le falta a nuestro equipo o empresa ?
Mantener al equipo enfocado en los resultados
Los líderes efectivos dan a sus empleados objetivos medibles y les dan el espacio para alcanzarlos. Es reconfortante pensar en términos de tareas por completar, tan pronto como se completa la tarea, se obtiene la satisfacción de mover ese elemento a la columna terminado y comenzar con lo siguiente.
A las empresas no les importan las lista de tareas pendientes, lo que les preocupan son los objetivos alcanzados. Para eso es importante medir las tareas asignadas, el equilibrio es fundamental para que cada meta pueda lograrse.
Compartir información relevante
Mantener una comunicación transparente ayudan a generar confianza dentro de su organización. Entender el funcionamiento de la empresa, en otros sectores o en relación a la competencia, ayuda a los colaboradores a entender cómo su trabajo encaja en el panorama general.
La investigación de Google encontró una fuerte correlación positiva entre el desempeño y el sentido de propósito compartido: el 66% de los equipos de alto rendimiento comprenden cómo su trabajo beneficia a los clientes y al negocio, mientras que solo el 25% de los equipos de bajo rendimiento lo hace.
Comunicar las expectativas con claridad
Los líderes efectivos trabajan con su equipo para establecer las reglas de participación en las tareas cotidianas y compartidas, no se trata solo de lo que espera en términos de objetivos y resultados. Obviamente, se espera un trabajo de alta calidad entregado a tiempo y dentro del presupuesto.
Temas como el uso de celulares, la antelación para pedido de vacaciones, interrupciones en el trabajo por urgencias y otras, generan exceptativas en los empleados que hay que despejar con claridad.
Demostrar experiencia
La forma más efectiva de ejercer el liderazgo es haciendo el trabajo. Lo más probable es que un gerente haya conseguido su puesto por haber sido un colaborador ejemplar. Lo más importante es mantener esas habilidades lo suficientemente frescas como para comprender el trabajo que está haciendo el equipo y brindarles comentarios valiosos.
En el cuestionario de 13 preguntas de Google, sólo una se enfocó en el conocimiento técnico. El resto se orientó a la comunicación y la tutoría. Palabras como “innovar” y “visionario” dicen mucho sobre lo que implica un buen liderazgo.
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