Resiliencia, tolerancia al estrés y flexibilidad, las capacidades requeridas en trabajo del futuro

Para poder seguir teniendo relevancia y posibilidades, de acuerdo a múltiples estudios, la población tendrá que aprender nuevas habilidades, incorporar conocimientos novedosos y, posiblemente, desaprender otros. Los detalles

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Ya no hay profesión ni
Ya no hay profesión ni industria que no esté atravesado por la transformación digital, que pasó de ser un aspiracional a una necesidad imperiosa de supervivencia en las más diversas áreas

Un informe del Foro Económico Global reveló qué necesita aprender la población para poder tener oportunidades en el mercado laboral futuro. Es tal vez una de las dudas más recurrentes, en un contexto con cambios tan abruptos y disruptivos, en el que las prioridades van modificándose constantemente.

Hay dos fenómenos que se potencian entre sí: el avance de las tecnologías exponenciales y el impacto del COVID-19. Por un lado, cada vez emergen con mayor velocidad tecnologías que van dejando obsoletas a las anteriores y aquellas que se veían lejanas cada vez son más cercanas; asimismo la pandemia ha generado una aceleración en múltiples campos que repercuten directamente sobre el campo laboral.

Ya no hay profesión ni industria que no esté atravesado por la transformación digital, que pasó de ser un aspiracional a una necesidad imperiosa de supervivencia en las más diversas áreas. Ambos aspectos, complementariamente, generan un combo muy potente a la hora de comprender y estimar las tendencias en esta dirección.

La mitad de los empleados
La mitad de los empleados deberán volver a educarse (reskilling) en los próximos 4 años, a medida que aumente la adopción de las nuevas tecnologías y el impacto de la pandemia siga generando consecuencias

De hecho, en una reciente encuesta llevada a nivel global por Ipsos para el propio Foro Económico Global entre 12.000 personas con trabajo estable en 27 países diferentes, el 54% está preocupado de perder su fuente laboral. En la misma, se les pregunta si podrían aprender y desarrollar las habilidades requeridas para el nuevo escenario y dos de cada tres consideran que sí es posible. Es decir, que pasan del pesimismo por perder su trabajo al optimismo por poder incorporar las herramientas para poder enfrentar el nuevo escenario.

Y este optimismo tiene una base de sustentación no menor: si bien se proyecta que para el año 2025 sean eliminados 85 millones de puestos de trabajo -noticia por demás preocupante- también se estima que puedan emerger 97 millones de nuevas oportunidades. Es decir, como ha sucedido en cada una de las revoluciones industriales, el número neto es de mayor cantidad de empleos que se generen que el que se destruyan (en este caso, 12 millones). El gran tema es qué cantidad de los 85 millones que terminen impactados negativamente tendrán la capacidad de reinventarse para ocupar alguna de las 97 millones de oportunidades que se presenten. No es un desplazamiento inmediato de un lado a otro y es precisamente ahí donde se plantea el gran desafío. Anticiparse a ese momento y poder llegar a ser parte de todos aquellos que tengan posibilidades de seguir perteneciendo al siempre atractivo grupo de los demandados, de los solicitados para ocupar esos puestos.

Un dato clave que nos brinda el citado reporte es una ratificación de algo que se venía afirmando desde hace tiempo, pero no por ello menos importante. La mitad de los empleados deberán volver a educarse (reskilling) en los próximos 4 años, a medida que aumente la adopción de las nuevas tecnologías y el impacto de la pandemia siga generando consecuencias. Ello implica que uno de cada dos personas que están en puestos laborales, rápidamente tendrán que adquirir nuevas competencias para poder seguir teniendo espacio y no quedarse marginados.

(Shutterstock.com)
(Shutterstock.com)

El tiempo que demandará esa recalificación rondará los 6 meses aproximadamente, aunque en ciertos sectores como el cuidado de la salud los períodos podrían ser más largos. Las actividades y profesiones más diversas -desde los cajeros de supermercados hasta los docentes- tendrán que reconvertirse rápidamente para no quedar marginados en el nuevo escenario.

¿Cuáles serán las habilidades que se requerirán?

El análisis se realizó basándose en los datos de LinkedIn y de la plataforma de aprendizaje Coursera, lo que permitió visualizar con una granularidad sin precedentes cuáles son los conocimientos específicos requeridos para los trabajos del mañana, aquellos que tienen mayor nivel de demanda en múltiples profesiones emergentes.

En primer lugar, aparece pensamiento analítico e innovación. Cabe destacar que, consistentemente desde el año 2016 aparece como prioritario. No es menor aclarar que, a pesar de ello, son pocas las escuelas y universidades que ponen su foco en la temática

La segunda más demandada será la de aprendizaje activo y estrategias de aprendizaje. Está claro que permanentemente surgen nuevos desafíos, y muchos de los que surjan los desconocemos, pero de todas maneras la gran necesidad será seguir aprendiendo y todos, seremos a partir de ahora aprendices de por vida, permanentes. La clave: aprender a aprender

La tercera es la resolución de problemas complejos. También en esta dirección, cada vez nos damos cuenta de que los niveles de dificultad se van incrementando y la magnitud de los desafíos también.

En el cuarto lugar aparece pensamiento crítico y análisis, tan necesarios para aplicarlo a las más diversas áreas.

La pandemia ha dejado en
La pandemia ha dejado en evidencia la necesidad imperiosa de poner en práctica cada uno de estos aspectos de manejo emocional propio y con los demás

La quinta es creatividad, originalidad e iniciativa. Todas ellas tan importantes para generar propuestas novedosas y seguir teniendo relevancia

En sexto lugar se encuentra liderazgo e influencia social. Si hay una necesidad, en las más diversas áreas, es talento para liderar e influir positivamente. No hay actividad que no requiera perfiles que inspiren y lo expandan de manera generativa.

La séptima y la octava están muy relacionadas, uso de tecnología, monitoreo y control y diseño de tecnología y programación. A medida que las diferentes tecnologías toman roles protagónicos, los desarrollos en cada uno de estos segmentos se torna crítico. De hecho, hoy en día son áreas de ocupación plena y suele haber un déficit muy importante para cubrir las vacantes disponibles.

La novena, en estos últimos meses ha incrementado claramente su necesidad: resiliencia, tolerancia al estrés y flexibilidad. La pandemia ha dejado en evidencia la necesidad imperiosa de poner en práctica cada uno de estos aspectos de manejo emocional propio y con los demás.

Conexión con nosotros mismos, interacción
Conexión con nosotros mismos, interacción con los otros y con las máquinas, los tres planos.

La décima habilidad, por su parte, es la de razonamiento, resolución de problemas e ideación. Ella está muy relacionada con varias de las mencionadas previamente.

Señala que siguen estando presentes las competencias de marketing de productos, marketing digital y la interacción humana con las máquinas.

Como podemos observar, se detallan cinco relacionadas con la resolución de problemas, dos con autogestión, auto-motivación y auto-desarrollo, dos con uso de tecnología y una de interacción con personas. Conexión con nosotros mismos, interacción con los otros y con las máquinas, los tres planos.

¿Quién se ocupará de esta reconversión?

Este es uno de los aspectos más impactantes, porque es una inversión en la que se debe poner foco. Si bien alrededor del mundo se considera que, primordialmente las propias empresas deben hacerse cargo de sus propios colaboradores, hay muchos que consideran que son diferentes actores sociales los responsables de llevarlo a cabo.

La buena noticia en esta dirección es que son múltiples las plataformas que permiten adquirir varias de estas competencias -muchas de ellas de acceso gratuito- y los tiempos de adquisición varían según el nivel de profundidad y las capacidades previas de los participantes.

Sintetizando, está claro que el futuro del trabajo está atravesado por dos variables que se complementan y potencian entre sí: la llegada de nuevas tecnologías y este laboratorio universal llamado COVID-19. Se producirá una transición acelerada de millones de posiciones laborales, y el número neto de oportunidades es superior a las que se perderán. Pero para poder seguir teniendo relevancia y posibilidades todos tendremos que aprender nuevas habilidades, incorporar conocimientos novedosos y, posiblemente, desaprender otros. Y la curiosidad es la llave que nos permitirá abrir muchas de esas puertas

La nueva responsabilidad social empresaria se llama empleabilidad, que es la habilidad de tener empleo hoy, mañana, en meses y en años. Todos podemos ser actores protagónicos de la historia, que se reescribe constantemente. Para empezar ese camino, podemos comenzar por preguntarnos: ¿Qué es lo último que aprendimos? y, sobre todo, ¿Qué es lo próximo que aprenderemos?

*Alejandro Melamed es Doctor en Ciencias Económicas (UBA), speaker internacional y consultor disruptivo. Autor de varios libros entre ellos Diseña tu cambio (2019) y El futuro del trabajo y el trabajo del futuro (2017).

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