La pandemia ha planteado muchos cambios en el ámbito del trabajo corporativo. Antiguas máximas ya no aplican para el contexto actual. Se modifican las relaciones laborales y la forma de trabajar. Las transformaciones esperadas para los próximos años hoy ya son realidad: teletrabajo, telemedicina, reuniones virtuales para tomar decisiones, entrevistas laborales online, capacitaciones a distancia, documentación digital de valor legal, nuevas formas de medir la productividad, inteligencia artificial para fitear candidatos a puestos vacantes, algoritmos para eficientizar el movimiento de los colaboradores, mayor dotación de freelancers, entre otros.
Lo cierto es que el contexto actual obligó a hacer un giro en la estrategia de todos los negocios, sin importar el rubro o la geografía. Hubo que crear una nueva forma de trabajar. Esto abre una oportunidad para plantear otra calidad de vida: ya no será necesario viajar dos horas para llegar o volver del lugar de trabajo. Se empezó a pensar, incluso, en promover los trabajos de cercanía.
A la vez, el teletrabajo permitió que la gente cumpla con sus objetivos en el momento que considere más cómodo. Hay personas noctámbulas que tal vez sean más productivas, justamente, en horarios que no son convencionalmente “de oficina”. Juan Pablo Quintana, director comercial de Visma Latinoamérica, explicó que en medio del trabajo remoto, de no compartir un mismo espacio físico, más que nunca hay que crear engagement: “Este engagement es mucho más profundo en estos momentos, porque ‘estamos juntos también en las malas'. Cuando esto pase, las empresas serán juzgadas según cómo actuaron en pandemia, cómo acompañaron a su gente, tanto en lo laboral como en el soporte emocional”.
Y el engagement es medible en términos de productividad. De acuerdo a un estudio realizado por Deloitte que cuando la gente se siente integrada y comprometida con lo que hace, el rendimiento es superior al doble con un 57% de colaboradores más efectivos y el 87% de la nómina menos proclive a irse de la organización.
Actualmente, las compañías tienen que plantear sus estrategias no solo para el éxito de su negocio sino prestando mucha atención en su relación con el medio ambiente y la sociedad donde actúan, contribuyendo a la “despapelización” y la disminución de la huella de carbono.
Y en este contexto general, debido a las urgencias de la pandemia, la tecnología irrumpe para cambiar el modo de actuar en las organizaciones abruptamente. En este nuevo escenario, con una visión diferente del negocio y de la interrelación de los equipos, y sabiendo que la tecnología es la mejor aliada para eficientizar procesos, ahorrar tiempo y recursos, Quintana enumeró las tendencias que se instalarán en el mundo laboral:
-Atracción del talento: utilizar la tecnología para mejorar la marca empleadora y fidelizar candidatos. Recurrir a vídeo entrevistas para ahorrar tiempos y costos. Utilizar nociones de colaboración que ofrecen las redes sociales y laborales para encontrar candidatos; chatbots para establecer y seguir contactos de interés. Usar la Inteligencia Artificial para búsquedas concretas, lo que facilita la tarea del reclutador.
-Management de las personas: fuerzas de trabajo complejas 100% digitales es una tendencia en aumento. Por ejemplo, actualmente, la empresa puede operar con soluciones de autogestión ciertos pedidos, certificados, actualización de datos, sin que el colaborador tenga que trasladarse.
-Mayor seguridad para el trabajo de campo: Si bien ahora se piensa más en trabajo por objetivos, hay ciertos puestos que requieren la presencia física del colaborador en tiempo y forma. Existen algoritmos que ayudan a programar recorridos, incluso en tiempo real. Esto sucede, por ejemplo, con las apps de delivery, que buscan a la persona más cercana para que haga el trabajo. Mejora los resultados y significa mayor seguridad para los trabajadores presenciales.
-Capacitación e Innovación: Llegar a más personas con el menor costo. La capacitación es continua. Está comprobado que la gente aprende un 70% de la experiencia adquirida, 20% de la observación y 10% de la capacitación formal. Ya no se habla de “crear” sino, más bien, de “curar” contenidos. Esto fomenta su participación y los hace protagonistas de su propia formación y la de su equipo.
-Comunicación y colaboración: Son la base de una organización sana y eficiente. Estos conceptos deben estar en el centro de la cultura. Existen plataformas que sirven como vías de comunicación de jefes con su equipo y del equipo entre sí. Al estar forzados a quedarse en sus casas fue una inyección para la utilización de plataformas y aplicaciones para encontrarse en forma virtual, realizar reuniones, dar videoconferencias multitudinarias.
-Monitoreo del “humor” de la compañía: Es clave que recursos humanos pueda tomar el pulso del estado anímico de la organización permanentemente. Esto también se puede hacer online. Se realizan encuestas que proveen información sensible con la que se elaboran dashboards y mapas de calor según el estado de ánimo en tiempo real. Esto permite conocer y entender lo que sucede y en caso de algo que no funcione bien, se pueden realizar ajustes rápidamente.
-Cultura del reconocimiento: Es muy importante reconocer la tarea bien hecha; favorece el buen clima laboral. Existen aplicaciones que permiten ver las opiniones de terceros, así como las críticas constructivas que son privadas. Y esto sirve para evaluar a la gente no solo según la opinión de su gerente, sino también sus compañeros y hasta líderes o personas de otros sectores.
-Feedback continuo: Para entender lo que sucede en la organización y mejorar el engagement es necesario promover conversaciones 360 y monitorear permanentemente lo que está sucediendo para realizar cualquier ajuste a tiempo, con agilidad.
-Bienestar y beneficios flexibles: Actualmente el mundo laboral atraviesa una cultura global que apuesta al bienestar del empleado. La empresa debe velar por la salud y el bienestar de sus colaboradores y actualmente existen dispositivos (relojes, collares, pulseras y hasta indumentaria) que miden los latidos, si alguien tiene taquicardia o de repente se fatiga, su temperatura, entre otros. Y en cuanto a beneficios flexibles, hay que conocer el ámbito familiar del colaborador, sus gustos, qué hace en su tiempo libre, y respetar la desconexión.
“Ha comenzado una nueva era para los recursos humanos. Estamos transitando un cambio histórico y debemos estar preparados así como contar con las herramientas que nos llevarán al éxito del negocio en un nuevo mundo”, concluyó Quintana.
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