¿Cómo hacemos para que el futuro del trabajo sea para todos? ¿Cómo hacemos para que el trabajo sea para nosotros, los seres humanos, y no solamente para las máquinas? Éstas son algunas de las inquietudes de los más jóvenes, sin experiencia laboral y en un contexto donde predomina la incertidumbre sobre el futuro laboral.
En este contexto, una investigación realizada por una iniciativa del Foro Económico Mundial, Global Shapers, una encuesta a la que respondieron 2500 jóvenes de todo el mundo, tuvo como objetivo abordar los desafíos actuales de los jóvenes y el empleo.
“El principal insight es que los jóvenes no se sienten preparados para el futuro del trabajo. Que le dieran a su educación una calificación del 56,9% me parece que es francamente muy triste. Básicamente los jóvenes reprueban a su educación en lo que se refiere a preparación para el futuro” comentó a Infobae Leticia Gasca, directora de la iniciativa y co-chair del Comité de Educación y Empleo de la Comunidad de Global Shapers.
Quedó en evidencia que el formato de enseñanza de la era industrial ya no aplica para formar a los trabajadores del futuro. Esto ya se ve reflejado en dificultades incluso para quienes hoy en día sí están en las fuerzas laborales y sienten que su formación no fue la más acorde para afrontar su día a día profesional.
La educación continua como propuesta frente a la incertidumbre
La educación constante a lo largo de la vida profesional surge como una necesidad imperiosa en este nuevo contexto. “La vida (antes de la Cuarta Revolución Industrial) se dividía en tres partes: educación, trabajo y jubilación. Esto no es más cierto. Ahora la educación es para toda la vida. Porque si la tecnología va a evolucionar a un ritmo cada vez más veloz, la única forma de no quedar obsoletos ni rezagados es siempre estarnos educando”, agregó Gasca.
El COVID-19 dejó un ejemplo totalmente concreto sobre cómo nuestro contexto puede cambiar tan radicalmente de un día para el otro. Nos trajo un caso radical y explícito sobre una tendencia que era una realidad: el cambio constante.
En está línea, una de las habilidades más necesarias será la de “aprender a aprender”, saber buscar los contenidos y las “nuevas formas de hacer las cosas”, e incorporarlos de la mejor manera para poder utilizarlos en la vida cotidiana. Esto, según el informe, deberá ser enseñado por las escuelas en primera instancia. También es fundamental desarrollar resiliencia, adaptación al cambio, porque la transformación es la única constante hoy en día, y saber reinventarse será la clave para mantenerse vigente en el mercado laboral.
“Existe un miedo por parte de las nuevas generaciones de no lograr encajar en un mercado de trabajo que genera incertidumbre sobre su evolución. Esto plantea un desafío para el Estado en la formulación y la implementación las políticas públicas vinculadas a la educación, la formación y el mercado de trabajo”, explicó a Infobae Florencia Caro Sachetti.
En un entorno de cuarentena en el que todas las personas, rubros e industrias se vieron forzados a realizar una adaptación urgente, las instituciones educativas que han sabido transformarse generan un muy buen ejemplo para los alumnos al enseñarles a cambiar sus rutinas, desarrollando resiliencia. Sin embargo, quienes debieron suspender las clases (independientemente de cuál haya sido el motivo de esta decisión) no solamente están perdiendo estos meses de continuidad en el programa académico: en el futuro, este “suspender las clases” podría significar una falta de capacidad de adaptación requerida para reinventarse laboralmente en un trabajo que ha quedado obsoleto.
En está línea, la actual pandemia también vino a reforzar la necesidad de garantizar el acceso a internet a toda la población, herramienta hoy indispensable para el aprendizaje.
Por otro lado, con la digitalización y robotización, si bien es posible que se eliminen puestos de trabajo, la consecuencia más probable es que con la tecnología se podrá generar mayor cantidad de bienes. Resultará importante el rol del estado a la hora de generar una distribución equitativa. En esta línea hay expertos que proponen el “salario básico universal” para garantizar un ingreso a toda la población, como es el caso de Peter Diamandis, fundador de Singularity University y autor del libro “Abundancia”, en el que expone una postura más positiva sobre cómo la tecnología puede ser la clave para resolver los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
Imposibilidad de proyectar a futuro en un entorno tan cambiante
Elegir qué estudiar al terminar el colegio, o a qué trabajo aplicar al terminar de la facultad son desafíos que se volvieron aún más complejos con la llegada de la cuarta Revolución Industrial.
“Las preguntas como ‘¿Qué querés ser cuando seas grande?’, llevan a respuestas que son acotadas al presente, porque solamente se puede responder en relación a lo que existe hoy en día, no a lo que existirá”, sostuvo Hicham Sabir, de Global Shapers.
Si bien hace unos años, este tipo de preguntas tenían sentido, dado que las disciplinas se mantenían en el tiempo, hoy en día resulta difícil incluso responder la pregunta: “¿Hacia donde querés crecer profesionalmente? ¿Cuál querés que sea tu próximo trabajo? Y por qué no, ¿qué querés ser cuando termine la cuarentena?”
Es importante entender los campos de interés relacionados con lo que uno sabe o le interesan, las motivaciones o propósitos a los que aspiran, priorizándolos a modo de guía. En cambio, seguir pensando en puestos de trabajo del tipo “quiero ser astronauta” ya no tienen sentido hoy en día. Quizás no se quería ser astronauta, sino diseñar cohetes espaciales, estudiar la vida en otros planetas, hacer turismo en el espacio o generar una alternativa a la vida en el planeta Tierra.
El home office en tiempos de coronavirus
Si hay algo que podemos afirmar que nos enseñó el Covid-19, es que si queremos, podemos: ya no habrá excusas para hacernos ir a la oficina. Si bien ya era un hecho que la gran mayoría de los trabajos podían realizarse de forma remota, por motivos de fuerza mayor, nos vemos forzados a esta “nueva normalidad” de vernos las caras solamente a través de la pantalla.
Ahora bien, habrá que ver qué preferimos en el momento en el que podamos volver a elegir. El teletrabajo funciona como herramienta siempre y cuando genere una mejora en la calidad de vida.
El derecho a la desconexión es un tema muy en boga en estas semanas: muchos trabajadores en la actualidad afirman estar conectados a todas horas. Además, la imposibilidad de cambiar el espacio de trabajo y de ocio trae también la dificultad de cortar mentalmente para distenderse y descansar.
Por otro lado, el aislamiento social vino también a romper las barreras geográficas. Hoy estamos igualmente comunicados con personas que están a pocas cuadras de nuestro hogar, que con aquellas que están del otro lado del océano. Llevando esto a un plano laboral, el teletrabajo nos permitiría la también la posibilidad de trabajar para empleadores o clientes que no se encuentren en nuestra ciudad, provincia e incluso país.
Aumento en la calidad del ambiente laboral
Entendiendo todas las dificultades que nos trae el nuevo contexto, es natural cuestionarse si el futuro del trabajo será mejor o peor que el pasado. Si bien hasta hace unos años nuestra vida personal y la vida laboral eran considerados dos mundos separados, hoy se concibe al trabajo como un todo. Y es que el trabajo no es más solamente entendido como una fuente de ingresos: es lo que ocupa el mayor parte de nuestro día mientras estamos despiertos.
En esta línea, el 76% de los jóvenes encuestados eligieron frente a la pregunta “¿Cómo definís ‘carrera’?”, la respuesta “Es un estilo de vida que incluye un rango de aspectos en la vida de un individuo, desde la educación y trabajos pagos, a voluntariados y ambiciones personales”.
Es por esto que hoy las personas tienden a ser más exigentes con las organizaciones en las que trabajan. Ya no son más los colaboradores los que deben adaptarse, sino que surge una mayor interdependencia entre empleador y empleado. Las compañías han empezado a adaptarse a estos pedidos, y en consecuencia a generar una mejor calidad de vida. La crisis actual pone bajo la lupa a muchas empresas en términos de cultura y cuidado hacia sus empleados.
Según Global Shapers, las organizaciones deben satisfacer y estar alineadas a los objetivos y valores de los empleados, además de permitirles generar un balance entre el trabajo y la vida personal.
Cuestiones como la flexibilidad horaria y permitir el trabajo a distancia, la socialización con los compañeros, la diversidad e inclusión, el impacto y sustentabilidad, la calidad humana y del espacio de trabajo, son aspectos que para los jóvenes son cada vez más importantes a la hora de elegir un lugar de trabajo. Y, dado que los jóvenes serán la mayor parte de la fuerza laboral en el futuro cercano, será igual de importante para las empresas estar alineadas para no quedarse obsoletas.
*Greta Gawianski es licenciada en Comunicación por la Universidad de San Andrés, con experiencia en consultoría de innovación.
SEGUÍ LEYENDO