El progreso tecnológico obligó a reconfigurar las relaciones sociales, los vínculos afectivos y, claro, el mundo del trabajo. La salud siempre estuvo en el centro del plano laboral y, así como años atrás se evaluaron variables como el esfuerzo físico, hoy el estrés y el "lado B" de algunos rubros está en el centro de la escena. Tal es la situación de los empleos donde la exposición a sonidos muy fuertes puede deteriorar la calidad de vida e incluso generar hipoacusia.
"El estrés y la depresión son las nuevas enfermedades que podemos encontrar en este tiempo, inclusive en algún caso las adicciones al alcohol. Cuando las personas están sobreexigidas, por encima de sus competencias, cuando les faltan recursos para lograr los objetivos suelen caer en estas patologías", dijo a Infobae el licenciado en Recursos Humanos Carlos Contino.
Actualmente, la Organización Mundial de la Salud estima que 466 millones de personas padecen pérdida de audición discapacitante y dentro de las causas adquiridas están ciertos entornos laborales, como aquellos donde se emplea maquinaria ruidosa y se producen explosiones, teniendo en cuenta que sobrepasar la exposición a los 85 decibelios (dB) durante ocho horas o más supone un serio daño acústico. Además, la desatención de estos cuadros no sólo representa un problema para quien los padece y su círculo familiar, sino que desde el punto de vista de la salud pública tiene un costo mundial anual de 750.000 millones de dólares.
En este contexto, Micaela Constanzo, fonoaudióloga de MED-EL, enumeró los 5 trabajos que afectan directamente la audición:
1) Construcción
Tanto obreros como ingenieros y supervisores de obra suelen estar en contacto permanente con maquinarias industriales muy ruidosas que pueden alcanzar hasta 130 dB. En estos lugares, no sólo se recomienda el uso estricto de máxima protección auditiva, sino también hacerse chequeos médicos periódicos para identificar tempranamente eventuales signos de deterioro.
2) Aviación y automovilismo
Pilotos, azafatas y comisarios de a bordo, así como personal de pista, están expuestos a diferentes tipos y niveles de ruido que, en el caso de quienes viajan en el avión, se suman a los cambios bruscos de presión. Los trabajadores que controlan en tierra el tráfico aéreo llegan a tolerar 140 dB durante el despegue y aterrizaje. En cuanto al automovilismo, en la cabina de un automóvil de Fórmula 1, la protección debe ser extrema, ya que el ruido supera los 135 dB.
3) Música y entretenimiento
Músicos, DJ, ingenieros de sonido, encargados de barra y personal de seguridad de boliches y bares experimentan un nivel de sonido muy elevado. Los trabajadores de las salas de videojuegos y de los cines también entran en esta categoría. En estos sectores se desempeñan mayoritariamente jóvenes, quienes de acuerdo a la OMS conforman un universo de 1.100 millones de personas con riesgo de sufrir pérdida auditiva.
4) Docencia
Los maestros de nivel inicial, primario y medio, escuchan diariamente gritos, conversaciones en paralelo y rumoreo constante; factores que pueden afectar su audición. Tanto para ellos como para los niños, la sugerencia dentro del salón de clases es tomar medidas preventivas, por ejemplo, colocar un filtro o goma debajo de las patas de las sillas para acallar el ruido de arrastre cuando se mueven, poner alfombras alrededor del aula para absorber el sonido y cerrar la puerta para bloquear el bullicio externo.
5) Trabajadores del transporte
Quienes trabajan en el servicio de reparto, principalmente jóvenes, tienen que soportar el ruido del vehículo, así como los sonidos constantes de la calle. Todo esto llega a ocasionar niveles de sonido de hasta 103 dB. Quienes trabajan en el transporte de pasajeros, ya sea público –colectivos, subtes, trenes– así como quienes se dedican al transporte privado –taxis o remises- también están expuestos a esta contaminación sonora y al riesgo de presentar una pérdida de audición.
El diagnóstico temprano de la pérdida auditiva es esencial. Toda persona debe realizar su consulta anual con un especialista, y particularmente si se desempeña en alguno de los rubros mencionados. "En el caso de que se detecte una pérdida auditiva, hay que evaluar inmediatamente las alternativas disponibles e iniciar tratamiento e intervención correspondiente, para evitar que el problema se agrave", aseguró Constanzo.
"No hay que restarle importancia al tema, cambiando el empleado, ya que suelen solucionarse dado que se repite al poco tiempo con el nuevo colaborador. Lo mejor es brindar apoyo profesional, mejorando las condiciones de trabajo, tareas, ambiente, capacitación de mandos medios y gerenciales", concluyó Contino.
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