Por Greta Gawianski*
El coworking se trata de un servicio de alquiler de oficinas por tiempo flexible. Sus beneficios para trabajadores autónomos son ya reconocidos, y van desde salir del aislamiento de trabajar en el hogar, el precio en comparación a tener una oficina privada, generar networking y nuevas relaciones laborales, e incluso la flexibilidad de poder ampliar la cantidad de puestos si el negocio crece, o rescindir el contrato de forma muy simple en caso contrario.
Actualmente también las grandes corporaciones están mirando al coworking como una opción cada vez más interesante, comprendiendo el potencial que puede brindarles, y en muchas oportunidades tomando la decisión de migrar sus oficinas hacia este formato. Pero, ¿cuáles son los beneficios que ofrece el coworking a las grandes empresas?
Las empresas tradicionalmente tuvieron oficinas propias, contratadas a largo plazo, y de las cuales debían ocuparse, destinando personal a gestionar las tareas de mantenimiento.
"Esto implica la necesidad de realizar una gran inversión para la puesta en funcionamiento y se vuelve una alternativa muy rígida para el entorno tan cambiante en el que nos encontramos en la actualidad", sostuvo en diálogo con Infobae Uri Iskin, CEO de HIT Cowork, donde trabajan empresas como Accenture, Mercado Libre, Tarjeta Naranja, Open Bank de Santander, entre otras.
Por lo tanto, los motivos que tienen las empresas al elegir tener sus oficinas en espacios de coworking son:
-Espacio de trabajo innovador
Los coworkings son reconocidos ya por su búsqueda constante para generar espacios de trabajo atractivos y a la vanguardia. Suelen estar muy bien pensados, incluyendo soluciones para las distintas necesidades que uno puede tener durante el día laboral, como espacios de concentración, "workcafés", y diversos amenities comunes.
También hacen mucho foco en generar encuentros espontáneos entre los trabajadores fomentando intercambios. Con muebles y decoración moderna, y espacios luminosos, suelen ser lugares donde da gusto trabajar, ayudando a que los empleados estén más felices, motivados y productivos.
Estos espacios, a su vez, buscan brindar un acompañamiento al cambio cultural que se está dando en el mundo del trabajo. Es un modo de transmitir una adaptación por parte de la empresa a las nuevas tendencias laborales.
-Tercerizar el trabajo de puesta y mantenimiento
Históricamente las empresas tuvieron que, además de ocuparse de sus negocios, administrar las oficinas. Esto, por simple que parezca, abarca desde definir la ubicación, la compra de los muebles, la instalación de los servicios como el wifi o el teléfono, hasta el mantenimiento posterior de limpieza, seguridad, urgencias.
Con el surgimiento del coworking, esto se volvió un negocio en sí mismo, que permite tercerizar estas tareas por fuera de la compañía. "Me parece que es bastante transparente, lo que suelen decir quienes eligen esta modalidad es que les resuelve un montón en términos de costos y responsabilidades. Las oficinas están listas de antemano", dijo a Infobae Marcela Basch, fundadora de El Plan C, el portal sobre economía colaborativa que realiza anualmente un estudio sobre el coworking en Argentina.
A su vez, esto implica que las empresas no carguen con la inversión en el armado y puesta de las oficinas.
-Flexibilidad
Con la aceleración del cambio que vivimos en esta época, resulta muy difícil proyectar a largo plazo. Está dificultad alcanza a los departamentos de Recursos Humanos que se ocupan del reclutamiento de colaboradores. ¿Qué va a ocurrir con la industria en los próximos años? ¿Crecerá? ¿Estará en retroceso? ¿Surgirán nuevas tecnologías que transformen el tipo de trabajo?
A esto se le suman otras tendencias en modalidades de trabajo, como el home office, el teletrabajo, entre otros, que complejizan aún más la decisión sobre cuántos puestos físicos se requieren en la oficina.
Por lo tanto, es un verdadero desafío tomar una decisión con respecto al tamaño de la locación pretendiendo asegurarse los próximos años. Y el costo de inversión que se debe realizar no permite la flexibilidad de cambio y adaptación tan necesaria en este nuevo entorno.
Los espacios de coworking ofrecen una modalidad de contratación por alquiler que brinda una flexibilidad como nunca antes, permitiendo ampliar o disminuir la cantidad de puestos de trabajo requeridos de un mes a otro.
"Se enmarca en una tendencia de flexibilizacion de las relaciones laborales. Está flexibilizada la relación de la compañía con el espacio y la infraestructura. No la contrata directamente, y en ese sentido es más agil para la compañía, es de menor responsabilidad y compromiso que alquilar por cuenta propia. Si la empresa crece les permite modificar el nuevo contrato, y no tienen que salir corriendo a buscar oficinas", afirmó Basch.
Esta modalidad es también muy elegida en los períodos de transición. Por ejemplo, cuando están construyendo oficinas propias y mientras tanto requieren ubicar a los trabajadores, esta solución permite cubrir puestos nuevos que quedan sin ubicación, de forma inmediata. También se elige mucho para aquellos casos en los que se decide realizar una expansión internacional, minimizando la inversión de entrada, o como medio provisorio hasta conseguir oficinas propias.
Las cadenas de coworkings suelen permitir además la posibilidad de trabajar en distintas sedes en caso de necesitarlo, e incluso existen convenios internacionales para que quienes realizan viajes de trabajo puedan acceder a una oficina durante este período.
-Eficiencia económica
En relación al impacto económico, en los espacios de coworking se aplican economías de escala: al tratarse de edificios compartidos gestionados por empresas dedicadas a esto, se crea una red de recursos comunes (por ejemplo de internet, seguridad e incluso espacios públicos como comedores o salas de reuniones). Por este motivo, se eficientizan los costos, a la vez que se mejora la calidad de los servicios.
"Al tratarse de un modelo de alquiler, para las compañías deja de tratarse de una gran inversión inicial para la puesta en marcha de las oficinas, para pasar a ser un costo operativo mensual", aseguró Iskin.
A su vez, la flexibilidad de contratación de los puestos de trabajo y las salas de reunión reduce costos al solamente utilizar a demanda aquello que se necesita.
Comunidad innovadora
Al trabajar en un espacio de trabajo compartido con otras empresas, start ups y trabajadores independientes, las grandes corporaciones se sumergen en un contexto que les permite estar cerca de lo que está sucediendo en distintas industrias.
Estos sitios fomentan el intercambio y la innovación, donde los eventos, actividades y charlas sobre tendencias están a la orden del día. Se generan encuentros espontáneos, situaciones de networking y de inspiración, motivando oportunidades de desarrollo para el negocio.
A partir de estos cruces surgen oportunidades de trabajo en conjunto, ya que las empresas hallan un entorno de trabajadores autónomos especializados en distintas disciplinas, mientras que estos encuentran potenciales clientes en las corporaciones, generando relaciones laborales enriquecedoras para ambos.
Además, es un entorno ideal para las áreas de reclutamiento de las empresas, que muchas veces tienen una variedad de habilidades y talentos al alcance de la mano.
Los temores más recurrentes
Los beneficios que el coworking brinda a las grandes corporaciones son muchos. Sin embargo, todavía existen algunos mitos y temores dentro de las organizaciones que las frenan a la hora de tomar la decisión de elegir esta modalidad.
En primer lugar, "se teme perder la identidad y cultura propias de la compañía al utilizar un espacio ajeno", comentó Iskin. Sin embargo, en muchos casos los proveedores del servicio ofrecen soluciones a medida para evitar que esto suceda, permitiendo modificar el mobiliario y el branding de la locación en el caso que se desee.
En segundo lugar, a simple vista el precio puede resultar más caro. Esto se debe a que dentro del alquiler mensual se incluyen gastos de los servicios – como limpieza, seguridad, internet, entre otros.-, comisiones y gestiones inmobiliarias, impuestos y tasas municipales, entre otros. La comparativa debe realizarse incluyendo todos esos costos para tener un panorama real.
Por otro lado, otros temores relacionados a la seguridad de los bienes de la compañía al encontrarse en un espacio compartido, o las ideas populares sobre que el coworking es sinónimo de planta abierta también deben ser tenidos en cuenta. Además, debe considerarse que, a diferencia de los emprendedores o freelancers que eligen esta modalidad, en estos casos quienes toman la decisión no son generalmente quienes luego utilizarán el servicio.
El mercado del coworking deberá continuar enfrentando estos desafíos y adaptándose a los requerimientos de las grandes empresas para atraer cada vez más a este perfil de clientes.
*Greta Gawianski es licenciada en Comunicación por la Universidad de San Andrés, con experiencia en consultoría de innovación.
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