Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), los trabajadores constituyen la mitad de la población del mundo y son los máximos contribuyentes al desarrollo económico y social. Sin un adecuado nivel de bienestar, no es posible que puedan desarrollar sus habilidades, afrontar el estrés normal de la vida, trabajar de manera productiva, y hacer una contribución significativa a la comunidad.
Los accidentes del trabajo y las enfermedades profesionales tienen grandes repercusiones en las personas y en sus familias, no sólo desde el punto de vista económico, sino también en lo que respecta a su bienestar físico y emocional a corto y a largo plazo. Además, pueden tener efectos importantes en las empresas, afectando a la productividad, obstaculizando la competitividad y dañando la reputación de las empresas con consecuencias para la economía y para la sociedad de manera más general.
Un informe llamado Seguridad y Salud en el centro del Futuro del Trabajo: Aprovechar 100 años de experiencia -publicado por las Naciones Unidas acerca del escenario actual de las empresas con respecto de la seguridad y la salud- examina los 100 años de trabajo de la OIT y pone en manifiesto los problemas emergentes en materia de seguridad y salud en el mundo laboral.
En la actualidad, cada año más de 374 millones de personas sufren lesiones o enfermedades a causa de accidentes relacionados con el trabajo en todo el mundo. Se estima que la pérdida de días de trabajo debido a causas relacionadas con la SST representa casi cuatro por ciento del PIB mundial y, en algunos países tanto como seis por ciento.
De las cifras totales se desprende que los trabajadores jóvenes son los más vulnerables a sufrir lesiones en el lugar de trabajo y las enfermedades derivadas de la exposición ocupacional.
"Los jóvenes son los más vulnerables a sufrir lesiones en el trabajo y las enfermedades derivadas. Es un grupo mucho más afectado que sus pares adultos, por eso es importante apostar a la cultura de la prevención y trabajar en las repercusiones a largo", dijo a Infobae Diego Guisande, coordinador nacional del proyecto Trabajo Seguro Joven de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
Los patrones que siguen las muertes relacionadas con el trabajo y las lesiones y las enfermedades profesionales cambian constantemente en todo el mundo. En Argentina durante el 2017, más de medio millón de personas sufrió accidentes laborales.
Panorama nacional de las enfermedades laborales
Es fundamental contar con registros de vigilancia, tanto nacionales y/o provinciales, también con políticas que incluyan los controles de la población post expuesta a determinadas noxas, es decir agentes que pueden producir un desequilibrio en el organismo y dañar la salud. Para ello, es necesaria la participación conjunta de la Superintendencia de Riesgos de Trabajo (SRT) y otras instituciones del Estado Nacional, como por ejemplo el Ministerio de Salud o el Observatorio de Empleo y Dinámica Empresarial (OEDE).
La oficina de país de la OIT para Argentina impulsa el proyecto Trabajo Seguro Joven, con el objetivo de elaborar el primer plan nacional de salud y seguridad en el trabajo (SST) para adolescentes y jóvenes.
Las horas extras, un mundo aparte
Las horas excesivas de trabajo guardan relación con los efectos crónicos de la fatiga, que pueden provocar problemas de salud como enfermedades cardiovasculares y trastornos gastrointestinales, así como estados de salud mental más delicados, incluidos niveles más altos de ansiedad, depresión y trastornos del sueño.
Según el estudio, el mayor riesgo de contraer enfermedades no transmisibles está vinculado a las horas de trabajo excesivas, siendo el riesgo mayor en las mujeres, lo que sugiere que los empleadores deberían plantearse cómo gestionar mejor las peticiones para favorecer la conciliación entre la vida laboral y la vida familiar de las mujeres y los hombres que trabajan.
Aunque hay otros factores (como la autonomía, la presión para trabajar horas extraordinarias y las remuneraciones bajas) que inciden en los factores de riesgo, por lo general, la reducción de las horas de trabajo excesivas pueden servir para obtener mejores resultados en materia de SST. El informe señaló: "El establecimiento de límites a jornadas de trabajo excesivamente largas reducirá los accidentes del trabajo y los riesgos psicosociales asociados a dichas jornadas".
El bienestar emocional
La OMS define a la salud mental como un estado de bienestar en el cual el individuo es consciente de sus propias capacidades, puede afrontar las tensiones normales de la vida, puede trabajar de forma productiva y fructífera y es capaz de hacer una contribución a su comunidad.
"A diferencia de generaciones precedentes cuyo objetivo laboral tenía que ver con lo estrictamente económico y con el desarrollo de carrera dentro de la empresa, hoy por hoy los jóvenes tienen una idea más amplia del bienestar en el trabajo. Típicamente, lo asocian a la cultura, el clima laboral, el tipo de liderazgo y la institución que los emplea", dijo a este medio Pablo Orcinoli, especialista en recursos humanos.
"Para ellos hoy el trabajo es un espacio de realización personal. Tal es así que los jóvenes no sueñan con una empresa en particular, ni sueñan sólo con una empresa, ni tampoco lo hacen con una empresa para toda la vida. Es que ciertamente pretenden vivir experiencias que los enriquezcan", enfatizó Orcinoli.
Lo cierto, es que un trabajador feliz es el resultado de una suma de distintos factores y de disposiciones que otorga el empleador, como la remuneración, los beneficios, la flexibilidad, la posibilidad de crecimiento y el ambiente laboral, entre otros elementos. Por ende, las compañías buscan lineamientos que interpreten los requerimientos y deseos de los empleados para una devolución que sea sinónimo de motivación y compromiso.
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