En apenas un par de décadas, los oficios clásicos fueron perdiendo terreno en el mercado laboral mundial. El escenario cambió por completo y cada día hay más deplazados por el fenómeno de la automatización.
La era digital y los enormes avances trazaron una bisagra en el mercado laboral, donde las industrias colaboran invirtiendo cada vez más dinero en la transformación.
Pero a pesar de que el proceso signifique la extinción de determinados puestos de trabajo, los nuevos tiempos también abren grandes oportunidades para quienes saben formarse en lo que las compañías aprecian y requieren.
Un recientes estudio al que tuvo acceso Infobae, elaborado por la firma internacional McKinsey Global Institute, indica que hacia el 2030, entre 400 y 800 millones de trabajadores en todo el mundo podrían perder sus empleos a causa de la automatización.
Asimismo, el reporte indica que de éstos "desplazados", entre 75 y 375 millones de personas podrían encontrar la forma de reemplazarlo mediante el cambio de categoría laboral y el aprendizaje de nuevas habilidades.
Con el nuevo escenario cada vez más consolidado de la economía digital, hay una serie de empleos que se ven amenazados, y todos ellos tienen una característica en común: son sistemáticos, repetitivos e involucran necesariamente el esfuerzo físico.
"Esto viene pasando desde el inicio de la Revolución Industrial. La automatización no significa que los robots van a reemplazar al hombre en todo, simplemente en aquellos trabajos donde el esfuerzo físico prevalezca, como sucede en tareas de agricultura o ensamblado en industrias", sostiene Sebastián Siseles, Vicepresidente Internacional de Freelancer.com, el mayor mercado de freelancing y crowdsourcing en el mundo.
De hecho, en la agricultura ya se están utilizando vehículos autónomos con sensores para identificar en dónde cultivar, cuándo cosechar o los momentos indicados para el riego, entre otras características. En las fábricas, las líneas de ensamblado se forman con procesos susceptibles de automatizarse fácilmente. Hace años ya está afianzada la tendencia en la industria automotriz, donde los nuevos procesos reemplazaron casi en totalidad a las personas.
Para que las fuentes de empleos no se vean amenazadas, el talento debe reconvertirse. "Los trabajadores que cuenten con las habilidades STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas, por sus siglas en inglés), se verán favorecidos, ya que serán los elegidos para programar y hacer funcionar esos procesos de alta automatización. Así, resultan cada vez mas importantes las competencias en programación e inteligencia artificial, el machine learning y todo relacionado al blockchain, todas habilidades clave en el área", explica el especialista.
Más ladrillos colocados
La construcción también es un rubro que sufrirá cambios: mientras que un ser humano coloca en promedio de 300 a 500 ladrillos en un día, una máquina podría colocar casi el triple en cualquier lugar. A esto se le suma el uso de drones, que con cámaras de alta resolución, escáneres y estabilizadores giroscópicos, son capaces de inspeccionar instalaciones riesgosas como tuberías, minas y torres celulares.
Tampoco se verían amenazados los empleos que contengan como característica esencial la interacción social y el expertise específicamente humano, que se basa principalmente en la calidez, la comunicación, el arte y en la empatía.
"Según las estimaciones de nuestra plataforma, crecerán 3 grandes categorías, programación, marketing y comunicación y diseño. Las primeras dos se incluyen dentro de las habilidades STEM. Esta tendencia se observa en la creciente demanda de profesionales con la capacidad y creatividad de gestionar contenido dinámico, atractivo y que vincule a los clientes con las marcas y esto es de gran importancia en el mundo online", señala Siseles.
"No creo que el escenario sea trágico o caótico. Es posible una transición hacia la tecnología moderna, con redes sociales y empresariales de contención y capacitación. El mercado laboral de hoy requiere una cantidad de personas con habilidades STEM que las universidades no dan a basto a cubrir. Por eso, se están imponiendo numerosos cursos de posgrado, maestrías e incluso cursos de corta duración que enseñan estas habilidades, y es algo a lo que los trabajadores deben estar atentos para no quedarse atrás", finaliza Siseles.
Otro estudio reciente elaborado por el Foro Económico Mundial, establece que más de la mitad de los trabajos serán realizados por robots en el 2025.
La robotización podría hacer desaparecer 75 millones de empleos en el mundo de aquí a 2022, por lo que los empleados deberán tener una mayor formación y adaptación, según destaca el informe.
En 2025 los robots cumplirán el 52% de las tareas profesionales corrientes, frente al 29% actualmente. Sin embargo esta "revolución" robótica creará 58 millones de nuevos empleos netos durante los próximos cinco años, apunta el informe de la fundación con sede en Ginebra, Suiza.
Algunos sectores se verán más afectados que otros por la automatización. El informe prevé que, en 2022, podrían desaparecer 75 millones de empleos en sectores como la contabilidad, el secretariado, las fábricas de ensamblaje, los centros de gestión de clientes o los servicios postales.
En paralelo, los investigadores creen que se podrían crear 133 millones de empleos, esencialmente relacionados con la revolución digital, en campos como la inteligencia artificial, el tratamiento de datos, los programas informáticos o el marketing. Además los desarrolladores y los especialistas de nuevas tecnologías serán muy buscados.
Asimismo, el informe destaca que el 48 % de las compañías espera contratar especialistas; el 38 % pretende aumentar la plantilla; y el 28 % piensa que la automatización traerá nuevas contrataciones.
El texto muestra una progresión con respecto al número de horas de trabajo que las máquinas realizan actualmente y las que harán en el futuro. Actualmente, los robots llevan a cabo el 29 % del total de tareas, un porcentaje que aumentará a 42 % en 2022 y al 52 % en 2025.
Para las empresas, el informe sugiere aumentar las capacidades y conocimientos de sus propios empleados, tanto los fijos, como el de los temporales, en los que van a confiar cada vez más.
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