Mucho nos quejamos de nuestros jefes, pero ¿cómo nos comportamos cuando asumimos un lugar de liderazgo? Tus empleados te verán como quien está en contra de sus intereses. Tu principal tarea es demostrarles que esto no es así. Enfocá tu energía en hacerles ver que pueden ayudarse mutuamente y así generar un clima de trabajo placentero, sin perder de vista los roles que ocupan.
Hacele saber que te interesás por ellos: preguntales sobre su vida fuera del trabajo, explicales cómo su labor se ajusta a los logros que busca la empresa, y que esto también los beneficiará si lo cumplen de manera eficiente. No dejes de escuchar las sugerencias que te acerquen y demostrá interés por esta iniciativa.
Un buen jefe deberá asignar tareas que estén a la altura de las capacidades de cada empleado
Es central que reconozcas y valores sus progresos: no siempre se podrán dar retribuciones económicas, pero una felicitación y una frase de aliento pueden marcar la diferencia en un día de estrés. Y asegurate de asignarles tareas que estén a la altura de sus capacidades, para que cumplan con tus pedidos sin caer en una frustración que genere rencores en la relación entre ambos.
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Cómo los nuevos conceptos de liderazgo dejaron atrás la figura del jefe