Siete claves para empezar a amigarte con tu imagen

Sentirse a gusto con uno mismo implica renovar la mirada y comenzar a percibirse con los defectos y virtudes propios. Cómo lograr aceptarse como uno es

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7 claves para empezar a amigarte con tu imagen (Shutterstock)
7 claves para empezar a amigarte con tu imagen (Shutterstock)

Vivimos en un mundo en el que la belleza, la perfección y el culto al cuerpo se han convertido en valores predominantes. Y aunque hemos oído una y mil veces que nadie es perfecto, todos en mayor o menor medida nos sentimos desconformes con algún aspecto de nuestra imagen. En términos psicológicos, lo que está fallando es nuestra autoestima. Se trata de la percepción emocional que cada uno de nosotros tiene sobre sí mismo; el amor propio.

1. Pensamiento práctico. ¿Sirve de algo obsesionarse? ¡No! Evitá estar todo el día pendiente del espejo y de cada imperfección. Nada mejorará por torturar tu psiquis. Además, este tipo de conductas nos hacen distorsionar por completo la realidad y terminan por victimizarnos y rodearnos de pensamientos negativos e irreales. Sé práctico y enfocá tu energía en las virtudes y no en los defectos: ese sí es un modo de avanzar.

2. Renová tus criterios. El ideal de belleza no siempre es algo que determinamos nosotros, sino la sociedad o la mirada ajena. Sé crítico con aquellos mandatos y creencias que sólo te desaniman. Al fin y al cabo, ¿quién decide lo que es bello y lo que no? La mayoría de los cánones son impuestos por los medios de comunicación, la publicidad o la industria de la moda. No te dejes engañar por promotoras esculturales o los eternos avisos de venta directa donde ser delgado y guapísimo es tan fácil como respirar. Fijate en quienes te rodean, la gente de la calle, con sus virtudes y defectos: esa es la auténtica realidad. Sos vos, por consiguiente, quien debe crear su propio criterio sobre lo que es bello, sin que te impongan modelos: ¡eso es tener una gran personalidad!

En la actualidad hay infinitas campañas en apoyo al movimiento de cuerpos reales
En la actualidad hay infinitas campañas en apoyo al movimiento de cuerpos reales

3. Cortá el eterno descontento. Todos somos imperfectos e incompletos. Pero uno de nuestros mayores errores es valorar más aquellas cualidades físicas que no tenemos (ni podremos conseguir) que aquellas que sí son parte de nosotros. Los bajos quieren ser más altos y los altos, más petisos; quien tiene rulos adoraría una melena lacia y hay quienes pagan lo que sea por una permanente. La propuesta es querernos tal y como somos, aprendiendo a ver el lado bueno que todos tenemos.

4. Aceptá tus limitaciones. Con realismo pero sin frustraciones, debemos aprender a valorarnos con nuestras cosas malas (o que no nos gustan), porque son parte del todo que nos vuelve individuos únicos y especiales. A todos nos puede pasar que nos sintamos discriminados en alguna situación, y es perfectamente normal. No hay mucho que podamos hacer al respecto: nadie le gusta a todo el mundo. Lo que sí debemos es tener siempre los pies en el cielo y ser conscientes de quienes somos. La clave está en convivir de manera positiva con nuestras limitaciones, para encontrar nuestros verdaderos potenciales y poder desarrollarlos.

5. Exponé tus diferencias. La única manera de acostumbrarnos a nuestro físico es mostrarlo, no ocultarlo. Al tratar de esconder a toda costa nuestras sombras, les otorgamos una importancia que no tienen y así magnificamos el problema. Hablá de aquello que no te gusta, pero que está a la vista, y vas a notar como poco a poco pierde peso. Expresar a las personas en quienes confiamos aquello que no nos gusta y cómo esto nos hace sentir nos aliviará la carga. Luego, seremos capaces de adquirir seguridad en nosotros mismos, lo que provocará admiración y empatía en los demás. Este es un modo de superar los complejos.

Cuando aceptes tus defectos, serás capáz de adquirir seguridad en vos mismo (Shutterstock)
Cuando aceptes tus defectos, serás capáz de adquirir seguridad en vos mismo (Shutterstock)

6. Apoyate en el prójimo. No sos el patito feo de un lago de cisnes. Compartir tus sentimientos y problemas con otras personas que están en tu misma situación es una terapia muy eficaz. ¡Hay tanta gente que está pasando por lo mismo que vos! Abrirte a los demás e intercambiar experiencias te permitirá ir naturalizando los complejos y sentirte contenido.

7. Tomalo con humor. Aprender a reírnos de nosotros mismos es central, en "Hacer chistes respecto de aquellos atributos que nos acomplejan nos permitirá, por un lado, restarles dramatismo y reír, que es una actividad que siempre nos renueva". todos los aspectos de la vida. Si logramos hacerlo en torno a nuestras diferencias físicas, habremos ganado un tesoro para nuestra mente y nuestro corazón: el del amor propio sincero. Hacer chistes respecto de aquellos atributos que nos acomplejan nos permitirá, por un lado, restarles dramatismo y reír, que es una actividad que siempre nos renueva el álbum y nos hace sentir mejor. Por el otro, conectar más fácilmente con los demás, que nos verán más auténticos y accesibles, aceptándonos con nuestros defectos y también con nuestras virtudes. Una sonrisa abre todas las puertas.

Es relevante que te ocupes de mejorar aquellos aspectos de tu imagen que te disgustan, pero sin excesos. Aprender a destacar lo más lindo que tenemos y tratar de disimular aquello que no nos gusta o nos hace sentir disconformes es central. Se trata de optimizar tu físico siempre que te sea posible: no esperar la perfección, sino sacar el provecho máximo de nuestras cualidades. No te olvides que, aunque verse bien es importante para reforzar el amor propio, lo esencial es invisible a los ojos, y la verdadera belleza es la que refleja tu personalidad, esa que se irradia.

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