La reunión de trabajo que tanto esperabas, esa en la que no te tenías fe, resultó ser tu boleto de ida al éxito. Un tiempo más tarde, conociste a la persona que te cambió la vida. El flechazo fue mutuo y llevan casi diez años de amor. Hay quienes definen a estos momentos como instantes mágicos o conexiones misteriosas. Otros se lo adjudican al poder de las palabras: la frase indicada en el momento justo.
Más allá de la mística y el poder espiritual existen signos que están latentes a toda hora y en todo momento. Detectarlos depende de nosotros. Algunos especialistas sostienen que a través de la lectura de las necesidades de los demás, podemos reajustar nuestro modo de actuar y conseguir resultados inesperados y asombrosos. ¿Cómo hacer el click para cambiar el rumbo de nuestras vidas?.
Mirarse en el otro
¿Qué sucede cuando entre dos personas que apenas se conocen nace una química tan imposible de detener? ¿Qué pasa cuando estás con alguien y te sentís tan a gusto que no importa el paso del tiempo? ¿Por qué con esta persona y no con otra?
La empatía, conocida también como inteligencia interpersonal, es una cualidad básica que permite comprender lo que siente el otro, aunque no sea con la misma intensidad. Es tener la capacidad de percibir lo que otra
persona puede sentir, y para esto, la comunicación juega un papel muy importante. "Cuando dos personas empiezan a comunicarse, no solamente se trata de palabras; también hablamos de miradas, gestos, sonrisas, prejuicios, expectativas y todo un abanico de variables que incluyen desde el
lenguaje no verbal hasta el propio sistema de creencias que cada uno trae", explica Pablo Antivero Esper, Licenciado en Psicología.
La capacidad de ponerse en el lugar del otro resulta altamente positiva a la hora de buscar un consenso. En cualquier negociación, las personas empáticas corren con ventaja: han recorrido un largo camino antes de que la parte contraria haya terminado de defender sus posiciones.
Algunas corrientes de pensamiento psicológico consideran que la mente humana tiene en común los sentidos y los sentimientos, y lo que diferencia a unas personas de otras es el momento o las situaciones que hacen disparar esas emociones que provocan una respuesta o actuación determinada.
Ori Brafman, autor de "Click: La magia de las conexiones instantáneas", hace referencia a una singular conexión involuntaria e inconsciente que aparece naturalmente entre las personas. "Un momento en el que el cerebro y los sentidos se comprometen plenamente".
Para lograr este estado no es necesario dejar de lado nuestro propio punto de vista. En todo contacto humano, no sólo se encuentran dos personas, también se puede hablar de dos historias, dos cosmovisiones, dos formas de percibir la realidad que, en ciertas ocasiones, no aparecen como un obstáculo a la hora de comprender al otro. Muchas veces, estos contrastes potencian esta conexión mágica. "Es algo difícil de explicar con palabras, pero que todos en alguna oportunidad hemos vivido", cuenta Antivero Esper "un misterioso click, algo que se produce con ciertas personas con las que establecemos una particular sintonía, un vínculo que, en definitiva, hace que estemos en un mismo canal, en la misma frecuencia".
Un mundo de gestos
Algunos especialistas en psicología sostienen que la química que se da entre dos personas es algo natural, algo que simplemente aparece en escena. Sin embargo, otras voces aseguran que todos los individuos tienen la capacidad de leer situaciones y adecuarse según lo que vaya sucediendo.
Sólo hay que saber cómo. "El rapport es el ajuste –natural o intencional- para convenir en una relación personal o laboral. La diferencia es que mientras el rapport a veces sencillamente sucede, otras se puede manipular a través de la voluntad".
Nuestras relaciones interpersonales, no sólo se basan en contenidos manifiestos verbalmente, también existen muchísimos otros mecanismos llenos de significado, que siempre están ahí y de los que a veces no sabemos sacar partido. La postura, el tono o intensidad de voz, la mirada, un gesto e incluso el silencio mismo, todos son portadores de gran información. No
podemos leer las mentes, pero sí existen muchas señales, a veces "invisibles" en apariencia, las cuales debemos aprender a detectar.
Cualquier tipo de relación, ya sea, familiar, laboral o personal, puede
verse afectada por esta facultad. En busca de la empatía. Afinidad, acuerdo o analogía ¿Es posible desarrollar nuestra inteligencia emocional para lograr lo que buscamos? Algunos autores indican que se puede aprender la empatía asumiendo conductas y comportamientos afines. Debemos interesarnos por la otra persona, intentar conocer su cultura, aficiones, circunstancia vital, necesidades y objetivos. Seguí esta serie de conductas para generar empatía con el otro:
-Aprendé a hacer preguntas abiertas. Es significativo que el otro sienta que es importante lo que tenga que decir.
-Se positivo y dejá que los otros tomen la iniciativa sin marcarles el camino.
-Aprendé del pasado intentando analizar los errores para corregirlos.
A través de la lectura de las necesidades de los demás, podemos reajustar nuestro accionar. Sólo hay que animarse a ver a través de los cristales del otro.
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