Nos pasamos la vida comunicándonos, no sólo con palabras, sino también con gestos, con nuestro cuerpo y hasta con nuestros silencios. Siempre estamos diciendo algo. Cuando escribimos, también. Los sentimientos más profundos y nuestra personalidad se filtran en la escritura, más allá del mensaje que queramos expresar.
Para que podamos entender lo que dicen esos trazos sobre nosotros mismos, existe la grafología, ciencia que estudia la forma en que dibujamos las letras, los movimientos que hacemos y el espacio que ocupamos en el marco de una hoja. Los trazos hablan de nuestras emociones: la grafología es nuestro traductor personal.
Fortalezas versus debilidades
La grafología develará si sos una persona soñadora y con deseos de superarte, o quizás detecte en tu escritura una tenacidad reducida, lo que podría determinar una personalidad poco perseverante. Todo está escrito en nuestra letra, por lo que un análisis serio te mostrará con qué fortalezas contás y cuáles son las debilidades de las que tenés que ocuparte.
Para un buen desarrollo personal, es muy valioso poder reconocer qué áreas de nuestro carácter debemos mejorar, qué aspectos de nuestra personalidad sería interesante trabajar y, también, valorar esas fortalezas escondidas en nuestro temperamento. La grafología puede resultarnos muy útil en esta tarea. Si tenés un sueño por alcanzar, podrá decirte mucho sobre tu tolerancia a la frustración y sobre cómo administrás tus tiempos y tu energía para conseguirlo.
Vocación escondida
Sin embargo, el valor de la grafología en nuestro crecimiento personal es mucho más amplio. En lo que a la vida profesional respecta, influye muchísimo qué características de personalidad y temperamento tenemos y cuáles nos faltan. En nuestra escritura, se puede determinar, además de estas tres cosas, el potencial que quizás tengamos escondido u olvidado. Tal vez, la carrera que elegiste no era la que realmente hubieses querido, o quizás no te animaste a hacer lo que más te gustaba porque representaba un riesgo para vos en determinado momento. ¡Nunca es tarde! Es posible que hoy estés en condiciones de recomenzar una nueva especialidad, una nueva vida, y entonces un estudio grafológico podría darte mucha información sobre tus talentos, para que logres enfocar tu energía en tu vocación.
Estas revelaciones pueden ser muy importantes para quienes están por elegir su carrera y para los que aún están forjando su futuro. La grafología está siendo usada cada vez más en el ámbito educacional, al punto que muchos gabinetes psicopedagógicos cuentan con un grafólogo para complementar el trabajo con niños y adolescentes en conflicto, y detectar a tiempo qué los hace responder de forma negativa a ciertas tareas. El campo de esta técnica es tan amplio y rico como su aporte en nuestra vida cotidiana.
¿Somos compatibles?
La forma en que nos relacionamos con los demás, con nuestra pareja y hasta con los compañeros de trabajo puede parecer extraña, mágica e, incluso, contradictoria. La información que nos puede brindar el estudio de aquello que escribimos y de lo que escriben quienes están involucrados en la relación se convertirá en un elemento muy rico a la hora de determinar cuáles son los puntos de encuentro de cada uno y en qué áreas habrá mayor posibilidad de conflictos.
Es muy interesante darnos cuenta de quiénes somos y con quiénes tratamos, para despejar las dudas cuando las diferencias en nuestras formas de ser y de pensar produzcan roces, y podamos tener una mejor actitud ante las adversidades. Esta técnica nos ayudará mucho a conocer al otro (y a nosotros mismos), para poder partir de una relación más sana.
Un arte singular
La información que se desprende de un análisis de la escritura es tan abundante y diversa que la grafología puede convertirse en la gran aliada en el momento de comenzar un camino de desarrollo personal.
Tu manuscrito determinará tu temperamento de base, ese que te va a acompañar siempre y el cual vas a tener que aprender a manejar para sacar lo mejor de vos.
Quizás una manera particular de hacer determinada letra o un gesto que repitamos al escribir sean nuestra singularidad e identidad frente a los demás. Ese gesto singular es tu "marca personal", que te distingue del resto del mundo y, a la vez, es la forma en que te manejás en tu vida cotidiana, en tu relación con tus superiores y hasta con tu familia.
Un escrito habla de la imagen que tenemos de nosotros mismos, nuestro grado de autoestima y cómo nos paramos frente a la realidad. Devela emociones que a veces ignoramos, pero que inevitablemente se deslizan por entre nuestra única y especial forma de escribir. Animate a utilizar la grafología como una herramienta más en el proceso de conocimiento y mejora personal. Animate a leer entre líneas lo que tu letra dice sobre tu alma.
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