El enamoramiento sucede. Se trata de un sentimiento que no podemos explicar por la vía racional, pero que nos conmociona. A veces, basta una palabra clave de alguien en el momento justo, un gesto o una mirada para que se ponga en marcha este complejo mecanismo amoroso.
Por ende, no es algo que podemos proponernos porque ese estado emocional es totalmente ajeno a nuestra voluntad y, en algunas ocasiones, incluso la contradice. Esto sucede cuando nos enamoramos de "la persona equivocada", de alguien que no nos ama, que nos ama pero tiene compromisos previos, que está de paso porque vive en otro país, que estamos seguros de que nos hará sufrir porque no tiene nuestros valores o porque aunque siente atracción por nosotros, no siente amor.
Por ser independiente de nuestra voluntad y por transformar nuestro ser de manera radical, quizá ninguna definición sea tan acertada como la que hizo don Francisco de Quevedo, poeta del Siglo de Oro Español: "Es hielo abrasador, es fuego helado, es herida, que duele y no se siente, es un soñado bien, un mal presente, es un breve descanso muy cansado". Como bien lo señala el poeta, el amor es un sentimiento paradójico por excelencia, dado que, si bien lo experimentamos, no elegimos experimentarlo. Además, si nos hace felices, también nos produce infelicidad por temor a la pérdida. Si no somos correspondidos, se transforma en sufrimiento.
Síntomas para los que no hay vacunas
-Comienza con un pensamiento frecuente en otra persona, que se intensifica hasta convertirse en una información: "Creo que estoy enamorado".
– Produce sorpresa y desconcierto. En muchas ocasiones, este descubrimiento va seguido de un cierto temor ya que paralelamente recibimos la información de que ya no nos pertenecemos a nosotros mismos, porque nuestro corazón ha decidido por nosotros sin consultarnos.
– Empezamos a tener fantasías con el otro. Nos imaginamos en diversos lugares, adelantamos el futuro imaginándonos escenas que aún no sucedieron…
-El mundo ordinario se transforma en extraordinario porque la visión que tenemos cambia completamente. Todo cobra un nuevo sentido.
Como cualquier suceso, puede concretarse exitosamente o verse frustrado, pero sea cual sea el resultado, estar enamorado tiene un valor en sí mismo porque es una experiencia de intensidad afectiva. Como dicen los orientales, más importante que la meta es el camino. Y el amor es un camino de autoconocimiento, es un estado de gracia y es un sentimiento que revela nuestra debilidad en tanto entendemos que nuestra felicidad está puesta en manos del otro, aunque en realidad no sea del todo así.
¿Búsqueda o encuentro?
El amor se encuentra. Sin embargo, para enamorarnos debemos vencer las barreras, las resistencias, para que pueda llegar a nosotros. Es que el enamoramiento es el primer paso de una relación, pero por sí mismo no garantiza el éxito.
Para que tenga una culminación exitosa, es necesario que sufra un proceso de transformación. Como dice Joan Manuel Serrat, hay amores "que no hierven bien en el puchero", que no pueden pasar de la etapa del deslumbramiento y las mariposas en el estómago a la del entendimiento, la realidad y la vida compartida.
Es muy importante comprender que, aunque fundamental y maravilloso, el enamoramiento es, necesariamente, un estado pasajero. Si es realmente exitoso, perderá intensidad para ganar profundidad.
El amor es maravilloso, pero no olvides que el verdadero romance más duradero es el que une estos elementos con la parte racional. Si empiezo a ver al otro como es y, a pesar de eso, lo elijo, porque es alguien afín, compatible con mis verdaderas necesidades y cosmovisión de la vida, entonces estaremos por buen camino.
Tips para los enamorados
– Disfrutá de ese momento. Enamorarse es como estar de viaje en una ciudad desconocida: todo es nuevo y deslumbrante.
-Aprovechá la fuerza y la energía que produce para animarte a hacer las cosas a las que no te animabas.
– No te desesperes si no sos correspondido en tu enamoramiento porque éste es en sí mismo un sentimiento positivo y revelador.
– Tratá de no perder el sentido de realidad. El amor es maravilloso, pero eso no justifica que nos traicionemos a nosotros mismos en nombre del amor.
– No te ciegues. Si estás enamorado de alguien que no comparte tus mismos valores de vida, es posible que el acercamiento a esa persona sea en realidad un acercamiento a la infelicidad.
– Preservate. Si te enamoraste de alguien que está comprometido, no concedas en aceptar una relación con promesas de futuro. Posiblemente, el futuro que soñás no llegue y, en cambio, vivas un presente poco luminoso.
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