Cuando hablamos de sensualidad hay patrones de belleza y comportamiento que enseguida se nos vienen a la mente. Por eso, lo primero que te proponemos es archivar los estereotipos mediáticos y desarrollar uno personal.
¿A qué nos estamos refiriendo si mencionamos el término "seducción"? ¿A la actitud, a la perfección, según la edad, a la pareja? El magnetismo y la atracción no tienen nada que ver con la belleza; es como el "charm" en la moda, es aquella cualidad no reducible solamente a lo físico, sino vinculado con una serie de variables: la seguridad personal, la autoestima, la postura ante la vida, y tantos otros aspectos más. Sentirse bien es verse bien, dice la famosa frase, y a esto podemos agregar… ¡y seducir bien! Porque en el ABC de la seducción, el primer punto es sentirse seductor.
Otro de los grandes mitos sobre la atracción es la desnudez. Cuando hablamos de sensualidad, pensamos en cuerpos esbeltos, ropa interior, poses sexuales… sin embargo, "nada seduce más que una mujer muy bien vestida. La seducción tiene más que ver con una sonrisa, con un buen chiste o con las ganas de socializar que con un buen cuerpo o con lo que hoy llamamos actitud salvaje", afirma la autora chilena Pilar Sordo en una de sus conferencias sobre este tema. Y aclarar esto es importante para desmitificar el vínculo unidireccional entre desnudez y seducción. Alguien con timidez, con diferencias físicas, con alguna enfermedad, por ejemplo, también puede seducir. No se trata de la exposición exacerbada del cuerpo desnudo, sino de la confianza que nos permita realzar aquello con lo que más nos sentimos a gusto.
Las mujeres centroamericanas, por ejemplo, saben mucho de esto: todas ellas, no importa su edad o su talle, salen a la calle cada día perfectamente maquilladas, peinadas y arregladas. ¿Qué quiere decir esto? Que en el cuidado personal y la estética femenina, ellas encontraron la manera de realzar y reafirmar ante la mirada de los demás aquello que les da seguridad y que quieren relucir. Sobre todo las personas que están en pareja desde hace mucho tiempo, tienden a descuidar el proceso de la seducción y del cuidado personal, porque aparecen otras prioridades o porque parece que con los años ya no tiene sentido. Pero no hay que olvidar que el amor y la pasión requieren un trabajo cotidiano, debemos ser conscientes del cuidado de uno mismo, en todos los aspectos. Esto es lo que mantiene vivo el erotismo y la admiración entre uno y otro.
Y los que están solos, ¡más aún deben atender su cuidado personal y la seducción! Porque están en el momento de ganar seguridad para mostrarse hacia el exterior. Recordemos que necesitamos generar un pensamiento que active nuestro propio motor de seducción, sin esperar ni poner expectativas en la devolución externa.
Por esto, la Lic. Adriana Martínez, psicoanalista y coordinadora asistencial de la Fundación Buenos Aires, nos marca una importante diferencia: "Distinguimos seducción de sensualidad en el punto en el que la primera está dirigida a otro. Alguien seduce a otro, lo haga intencionalmente o no. En cambio, la sensualidad es una cualidad, que puede estar presente o no en alguien, en un determinado momento. Se puede ser sensual o no, según las circunstancias". Esta diferencia fundamental nos abre la mente: ¿estamos siendo sensuales últimamente? ¿En qué nivel se encuentra nuestra sensualidad? Estemos solos o en pareja, es bueno analizarlo.
Todos podemos aprender
Luego de una investigación que duró dos años y medio y que generó como resultado su famoso libro Lecciones de seducción, la psicóloga Pilar Sordo, pudo enumerar ciertas enseñanzas pensadas para hombres y mujeres que están solos, que están en proceso de reconquistar o que están verdaderamente mal con sus parejas.
"El proceso de cambio puede ser complicado, puede generar risas, vergüenza,de todo… pero hablar con la pareja acerca del proceso que estamos transitando, explicarle que deseamos cambiar y permitirnos reírnos de nosotros mismos es muy importante", explica Sordo y agrega que "las mujeres nos vemos encantadoras cuando nos animamos a jugar con otras facetas de nosotras mismas, y es saludable permitirnos estar un día sexy, otro día más inocentes, un día muy elaboradas, otro día más simples. Yo creo que el tema de la seducción es una invitación a escucharnos. Debemos prestarnos atención como a una 'pareja interna', porque en la medida en que me llevo bien con esa pareja interna, me voy a preparar cada vez mejor para negociar, entretenerme y estar con otro. Si no, voy a estar siempre esperando que el otro se haga cargo de eso que me está faltando".
"La seducción se vive como se quiere y como se puede", explica la Lic. Adriana Martínez y agrega: "A veces está inhibida, aunque presente, pero en estado latente, otras veces aparece por doquier. Dependerá de en qué tenga una persona puesta la energía a medida que su vida avanza. Con la madurez, la seducción puede estar un tanto dormida, porque se comparte la energía disponible con otros aspectos de la vida: la carrera, los hijos, mayores responsabilidades, el interés por el crecimiento económico." Y el consejo fundamental que nos da la especialista argentina es que tengamos presente que se seduce "con la cabeza" en el sentido de que es imposible determinar qué cosa hace que dos personas se gusten, se encuentren y gocen. Se seduce con un abanico infinito de gestos, palabras, tonos, olores, colores. La seducción guarda una íntima relación con la fantasía.
Tu propia estrategia
Para seducir necesitamos ejercitar nuestras capacidades personales. Los ejercicios tienen que ver con generar un nuevo acercamiento hacia nosotros mismos, hacia nuestro cuerpo, nuestros puntos fuertes y nuestra estética, reconciliándonos y comenzando a gustarnos un poco más.
Para seducir necesitamos ejercitar nuestras capacidades personales. Los ejercicios tienen que ver con generar un nuevo acercamiento hacia nosotros mismos, hacia nuestro cuerpo, nuestros puntos fuertes y nuestra estética, reconciliándonos y comenzando a gustarnos un poco más. Como todo proceso, no se transita de un día para el otro, pero para ponernos en práctica es bueno saber que todos contamos con algunas armas únicas e irrepetibles.
LAS SIETE CLAVES PARA SEDUCIR
La autoestima: comencemos por fortalecernos y animarnos a más. Cuando estamos bien plantados podemos potenciar lo que tenemos. Estando a gusto con nosotros mismos seremos personas más atractivas.
La sonrisa: La alegría en el rostro y el silencio para dar lugar a que nos observen. Esto ocasionará que no sean necesarias demasiadas palabras ni acciones. Cuando la alegría existe, se transmite. ¿Y quién no tiene ganas de acercarse a alguien así?
Descubrir nuestra esencia: Respecto de la seducción, "lo masculino tiene que ver más con lo activo, con la fuerza, con ir hacia el objeto; y lo femenino más con lo sutil, con lo pasivo –como convocante del deseo del otro–, lo enigmático", explica la Lic. Martínez. Comencemos por encontrar nuestro propio modo de seducir.
Confiá en tu poder: Es primordial que pienses que tenés la capacidad de ser
atractivo. Si vos mismo minás tu autoestima, menos posibilidades de mostrarte sexy y seductor a los ojos de los demás tendrás. La seducción no es un conjunto de comportamientos artificiales, falsos y automatizados, sino la habilidad de dar a conocer una cualidad positiva que resulte atrayente: creé en vos y la encontrarás.
Encontrá tu propio estilo: Existen diferentes estrategias de seducción que dependerán de tus características personales, de cómo sos. Hay personas más directas y explícitas, que no dudarán en hacerle saber al otro que lo desean, mientras que otras preferirán mantener la atención jugando con la ilusión y la frustración, dando esperanza y quitándola con gran astucia. Analizá cuál es tu estilo, qué se adapta mejor a tu forma de ser y sé fiel a él cuando tengas que conquistar.
El espejo: "Cuando compramos carteras o zapatos nos sentimos 'parejas' con otras mujeres, porque no existe la variable peso ni la pelea con el espejo", explica la Lic. Sordo. Este es el estado de amistad y relajación que debemos lograr frente al espejo. Y qué mejor que comenzar por elegir talles, colores y estilos con los que nos sintamos bien y nos ayuden a gustarnos.
Perseguí tu gran objetivo: Una vez elegida la persona que querés seducir, es mejor ir poco a poco y de manera sutil. No te precipites ni te agobies por lograr un interés excesivo, ya que es probable que generes el efecto contrario en el otro: que quiera salir corriendo. Mejor, date a conocer paulatinamente, con un halo de misterio, así querrá saber más de vos.
Cuando las inhibiciones se superan viene el momento del gran alivio y de la liberación. Siempre y cuando abordemos este tema con toda nuestra energía y creatividad, estaremos emprendiendo el camino correcto. Confiemos en la madurez y no le tengamos miedo; la experiencia y el tiempo también nos ayudan a transitar el proceso de autoconocimiento y, con los años, podemos mejorar muchísimo nuestra relación hacia adentro y con los demás.