Sergio consulta a su psicólogo porque en el último tiempo le cuesta dormir por las noches y mucho más despertarse por las mañanas. Siente que llega tan acelerado que cuando se mete en la cama, su mente sigue "trabajando" a un ritmo que no le permite conciliar el sueño. Durante el día, Sergio está cansado y tiene la sensación de que su rendimiento es menor al esperado y que los demás comienzan a notarlo. Atribuye su malestar a estar siempre corriendo, abarcar más de lo que puede hacer y terminar y resolver pocas cosas en función de lo que emprende.
Del otro lado está Eliana, quien es madre de tres hijos. Su tiempo lo distribuye su trabajo, la maternidad, su casa y su relación de pareja -entre otras lista de cosas importantes en su vida-. Y todo este frenesí, le provoca una sensación de desborde, angustia y de sentir que siempre está al límite.
¿Estos casos te resultan familiares? ¿Sentís que relegaste algún aspecto de tu vida? Reflexionar sobre tus verdaderas prioridades es el primer paso para recuperar el equilibrio perdido.
Según explica la licenciada Marian Durao, especialista en psicoterapia cognitiva-conductual y sistémica en el Grupo Arcis, "existen muchos modos de gestionar el tiempo de manera tal que tengamos la sensación de estar dándole un espacio en nuestra agenda a todo lo que nos interesa hacer. Muchos de estos sistemas fallan porque proponen hacer muchas cosas en menos tiempo, lo que se transforma en nuevas exigencias".
De hecho, cuando un individuo empieza a sentir que su vida ha perdido el equilibrio entre el trabajo, la familia y el mundo interior, es muy importante que lo primero que haga sea dedicarse a entender detalladamente cuál es su problema: "¿Qué sería necesario cambiar para modificar la sensación de malestar? Antes de implementar cualquier estrategia de cambio es importante comprender cuáles son las razones o causas atribuibles al origen de nuestro malestar", propone Durao. El primer desafío, entonces, consiste en establecer un proceso de introspección profundo que nos permita comprender por qué llegamos a estar en la situación que hoy nos aqueja.
Esto puede hacerse de manera individual, o bien con el acompañamiento de un profesional.
Priorizá lo esencial
Para aplicar esta misma pauta para la organización de nuestro tiempo, podemos hacernos una pregunta fundamental para empezar a encaminarnos: ¿Qué es lo realmente importante para nosotros? Tener objetivos que nos ayuden a orientarnos en este sentido podría ser un buen comienzo. Dice la especialista: "Si podemos reflexionar acerca de qué esperamos como meta mínima para el año en curso, qué queremos lograr, quizás podemos comenzar a decidir qué vamos a hacer y, ante todo, decidir qué no vamos a hacer. Esto es algo esencial: entender qué vamos a dejar de lado, a qué no le vamos a dedicar energía".
En cuanto a lo que sí vamos a hacer, nuestros valiosos proyectos, es fundamental priorizar, porque no todo tiene la misma entidad. Por supuesto que debemos atender lo más urgente e importante, pero también debemos dar un lugar clave a lo esencial, a lo que nos gusta y nos hace bien. Así, nuestra lista de pendientes, dice la licenciada Durao, debería "reflejar una armonía entre el trabajo y la vida personal. Los objetivos dentro de estas dos categorías deberían ser acotados y concretos. Trabajar con estos objetivos disminuiría la sensación de abarcar más de lo que se puede, lo que se refleja en una sensación de desborde, angustia y agotamiento". Queda claro que encontrar el equilibrio justo tiene grandes efectos en nuestra salud psíquica.
Si nos dedicamos a fijar estos objetivos puntuales, esas metas mínimas nos permiten enfocarnos en lo importante, marcar nuestros límites personales en cuanto a lo que dejaremos de lado para reorganizar nuestra vida. "Un aspecto importante se encuentra en poder planificar hacia dónde vamos, qué es prioritario para nosotros. Un error muy común es no tomar el suficiente tiempo para esta organización, para encontrar lo que tiene sentido para nosotros".
Cuando las metas en relación a nuestras necesidades y prioridades están debidamente identificadas, es más fácil poder sostenerlas a través del tiempo, lograr que los cambios duren y no sean más que un impulso momentáneo.
5 claves para volver al equilibrio
Una vez que analizamos los motivos que nos llevaron a esta situación, y que pudimos entender qué queremos y qué ya no nos interesa para nuestra vida, mediante metas claras, es tiempo de entrar en acción. Organizarse en el día a día es el gran desafío. Hay personas que parece que vivieran 30 horas por día. ¿Cómo hacen para cumplir con sus tareas, sin descuidar la vida familiar, el cuidado personal y hasta los hobbies? Saben gestionar su energía y su tiempo.
Para que vos también puedas lograrlo, los expertos en organización nos ayudan a tomar control sobre la agenda en 5 pasos:
1- Dedicá al menos 10 minutos al día a organizarte. Anotá en un mismo lugar (un anotador, una agenda, una hoja en la heladera) todo lo que implique un compromiso: tareas pendientes, llamados por hacer, citas, pero también proyectos a mediano y largo plazo. Verlo te ayudará a incorporarlo con orden.
2- Revisá tu lista de compromisos y preguntate con honestidad si cada uno de ellos te acerca a la vida que realmente querés para vos.
3- Fijá plazos. Decidí, con sentido común y apelando a tus intereses y gustos personales, cuándo querés cumplir cada objetivo propuesto. De ser posible, anotalo en un calendario que puedas ver a menudo.
4- Repasá tu plan a diario, mirando el calendario o la lista en la que anotaste tus compromisos y andá tachando los que ya hayas resuelto.
5- Sé disciplinado y creá rutinas de organización personal que te permitan disfrutar del control sobre tu tiempo. Y, por sobre todas las cosas, ponete en acción sin más. El presente, el aquí y ahora, es un gran tesoro que debemos apreciar y cuidar, sin permitir que la rutina y las corridas cotidianas lo lleven por delante.
De acuerdo con los expertos en coaching y organización, dedicarse al menos un rato al día a ordenar nuestras tareas, ese tiempo supuestamente "perdido", nos hará ganar horas de tranquilidad, motivación y progreso en el camino por lograr nuestros sueños más profundos. Hay que elegir bien las batallas y priorizar el bienestar personal.
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