Las vacaciones de invierno para los niños es un momento muy esperado. Dejar atrás la rutina de levantarse temprano y respetar los horarios de comidas, sumado a las diferentes salidas y paseos, puede desordenar los hábitos alimentarios que se construyeron durante el año.
Mantener las costumbres saludables durante el receso escolar es fundamental. Para lograr un balance sano, la organización es clave para ver qué tipo de actividades programar para los niños y, a partir de ello, buscar alternativas ricas, accesibles, fáciles y sanas para alimentarlos durante las salidas.
En este contexto, el licenciado en Nutrición Infantil Alberto Arribas enumeró una serie de herramientas para tratar de lograr salir airosos de este reto que se presenta anualmente.
Dedicar tiempo para compartir en familia: "Los niños necesitan que los adultos disfruten con ellos de sus salidas o juegos favoritos, ellos necesitan que los adultos podamos ponernos a jugar o a compartir con ellos una buena película, un picnic en el parque, un juego de mesa o cocinar juntos un rico plato de comidas. Es un momento para que ellos dispongan de un tiempo compartido y sean atendidos por sus padres o familias", describió el profesional.
Respetar las horas de descanso: "Un niño debe descansar entre 8 a 10 horas diarias, si se acuesta más tarde es preferible dejarlo que se levante más tarde".
No saltear el desayuno: si el niño se levanta más tarde, es preferible, según el profesional en nutrición, atrasar un poco la hora del almuerzo. "Un desayuno saludable debe tener un lácteo (leche, yogurt o queso) una porción de pan, tostadas de pan integral y una fruta", destacó.
Proponer salidas que promuevan la vida activa: "Organizar salidas al aire libre como andar la bicicleta, jugar a la pelota, rolear, andar en patinetas o patines permitirá motivar al niño al movimiento", enfatizó Arribas.
Controlar la exposición a las pantallas: el celular, la Play, la computadora, la tablet, la TV, entre otras, no deben ocupar mucho tiempo en la vida de los niños. "Que no sean en único entretenimiento y acompañamiento de las vacaciones, no exponer mas de dos horas por día, motivarlos a actividades lúdicas o artísticas como realizar coreografías, saltar la soga, jugar al elástico, dibujar, pintar o leer un libro. Mirar más a los ojos y menos a las pantalla", propuso el experto.
Comer fuera de casa: durante las vacaciones están expuestos a comidas fuera de casa, ya que las salidas son más frecuentes que en otro momento del año. Por eso "es importante que cuando estemos en casa el menú incluya alimentos de mejor calidad nutricional como verduras, frutas, frutas secas, lácteos y agua, y en la salida respetar las porciones sin dejarnos tentar por los combos o promociones gigantes que nos invitan a comer más sin escuchar nuestra hambre real", contó Arribas, y agregó: "Si tenemos más, comemos más; respetar porciones pequeñas o compartir las promociones o combos… la opción pequeña es la más saludable, no agrandes el combo".
Por otro lado, la bebida ideal es el agua. "Que las bebidas azucaradas no sean la bebida principal de las vacaciones, moderación y frecuencia es la clave", ya que dan un gran número de calorías vacías que no aportan nutrientes.
El profesional también recomendó dejar tiempo para que el niño se aburra: "No sobrecargar o exponer al niño a una agenda llena de actividades que se conviertan en rutinas vacacionales es esencial. Si un niño se aburre, aparece la creatividad. Procurar que los niños dispongan de tiempo no estructurado, que tengan verdadero tiempo libre".
"Poner límites es saludable. Ante un pedido que no está al alcance de los padres necesita de un 'no'. Los límites son muy necesarios, ya que al ponerlos estamos dotando al niño de seguridad y protección; siempre hacerlo desde el diálogo y la empatía, habilitando a las emociones", concluyó Arribas.
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