Un estudio realizado en la Universidad Cornell de Nueva York comprobó que la gente que padece sobrepeso u obesidad pierde gradualmente el sentido del gusto. Esto se debe a que las papilas gustativas se hinchan, provocando que las personas sientan cada vez menos sabor a las comidas.
Según la Organización Mundial de la Salud, el sobrepeso o la obesidad es una acumulación anormal o excesiva de grasa que puede ser perjudicial para la salud.
El exceso de grasa trae aparejadas diferentes consecuencias en la vida de una persona, como enfermedades relacionadas a lo cardiovascular o diabetes. Pero también se enfrentan a la reducción del sentido del gusto en las comidas.
"Las personas que tienen obesidad comen más rápido, menos veces por día, no lo saborean, también por el tema de la ansiedad. Una vez que el paciente empieza a bajar de peso piensan en saborear", comentó a Infobae la nutricionista Analia llui.
"A pesar de que no todo está 100% comprobado, yo creo más en la parte emocional, y en la ingesta de alimentos altos en grasas y azúcares, ya que justamente de eso se trata la obesidad", afirmó a Infobae en referencia al estudio la nutricionista Agustina Murcho.
En cuanto al comportamiento de la persona con sobrepeso y su relación con la comida, la especialista dijo que consume alimentos de ese estilo en cantidad por cuestiones psicológicas, para tapar y aliviar emociones negativas y llenar el vacío.
"La gente que sufre de obesidad y sobrepeso ingiere alimentos por la ansiedad. Con tanta angustia y rapidez no se preocupan por sentir el gusto; comen rápido y mucho. No respetan todas las comidas, pasan muchas horas sin comer y esto lo que te produce es que tengan atracos y no saboreen comidas", comentó Illui.
Por qué sucede este fenómeno
Otra de las conclusiones a las que llegó el estudio es que en un adulto normal, las papilas gustativas tienen una vida de apenas un par de semanas. Como cualquier otra célula del cuerpo, éstas mueren y son reemplazadas por otras nuevas. Este proceso se ve interrumpido por la inflamación crónica de bajo grado, la cual aparece debido a la obesidad y al incremento del tejido adiposo en el cuerpo. Así, las papilas no se reproducen de manera normal y el sentido del gusto se reduce.
Utilizando en el estudio a ratones para comprobar esta teoría, los investigadores de Nueva York encontraron que los roedores que mantenían una dieta alta en grasas contaban con menos papilas gustativas en la lengua. Sin embargo, otra de las observaciones que realizaron es que no es irreversible, ya que, al volver a adquirir hábitos sanos y una alimentación balanceada, se provoca que la producción de papilas regrese a la normalidad.
Volver a sentir el gusto
"El cerebro tarda entre 15 y 20 minutos hasta que nos sentimos satisfechos, el obeso come más rápido y más rápido, siente que quiere seguir comiendo y al comer rápido no siente el gusto. Aquellos que bajan de peso, que cambian su alimentación, hacen las colaciones, vuelven a sentir el gusto y disfrutar más la comida", enfatizó Illia.
"La comida implica muchas cosas, y es por eso que todos debemos aprender a comer, y como profesionales no debemos tratar a las personas con sobrepeso y obesidad como adictas a la comida y torturarlos con dietas de hambre", agregó Murcho.
"La comida no es adictiva, sino que cada uno tiene una relación con la comida distinta a otros. Las emociones están muy ligadas a la alimentación y se suele utilizar para tapar esas emociones, para generar placer y ahí viene esa "adicción" que la gente cree que existe y que atribuye a pensar que sienten menos gusto por la comida.", concluyó la profesional.
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