Envejecimiento digital: cuáles son los efectos de la luz azul en la piel

Los dispositivos electrónicos también son un factor de envejecimiento cutáneo por la luminosidad que emiten, pudiendo generar consecuencias similares a los UV. A los daños conocidos para la vista se suma el efecto sobre la piel. ¿Cómo cuidarnos?

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La exposición a las pantallas es similar a horas frente al sol (Shutterstock)
La exposición a las pantallas es similar a horas frente al sol (Shutterstock)

POR Camila Perez

Ocho horas frente a la computadora; algunas más mirando la tele o utilizando la tablet; y una cantidad de tiempo casi imposible de calcular con la vista enfocada en el celular. El contacto con las pantallas se da casi desde que nos levantamos hasta que nos vamos a dormir. ¡No nos iba a salir gratis!

Aunque los efectos dependen de las condiciones de exposición -la intensidad, la duración y la periodicidad-, las características son similares a las causadas por la radiación UVA y UVB.

"Si bien el sol emite mayor cantidad de luz azul-violeta que los dispositivos electrónicos, las estadísticas muestran que la gente pasa 9 horas diarias frente a algún tipo de pantalla y que la distancia del ojo a estas fuentes es muy reducida", cuenta Norma Bustos, doctora en química y especializada en cosmética.

Esta sobreexposición a estas radiaciones, conocidas como luz azul o High Energy Visible (HEV), es tan nociva como los rayos UVA y UVB combinados: penetran profundamente en la piel y dañan todas las capas que la conforman, acelerando la generación de radicales libres. La luz azul tiene múltiples efectos nocivos sobre la piel, pero el más frecuente es la aparición de manchas de difícil tratamiento.

"Esto se debe a que la piel ante la exposición continua de luz produce melanina, pero de manera desorganizada, provocando un bronceado disparejo con aparición de manchas en región frontal y pómulos de un aspecto antiestético", explica Diego Rodrigo Silva, dermatólogo de Estética y Dermatología del Sanatorio Finochietto. A esto debemos sumarle la polución ambiental.

¿El resultado? Una piel hiperpigmentada, con pérdida de elasticidad y debilitamiento de la barrera epidérmica, y con signos de envejecimiento prematuro.

La sobreexposición genera una piel hiperpigmentada, con pérdida de elasticidad y debilitamiento de la barrera epidérmica, y con signos de envejecimiento prematuro.
La sobreexposición genera una piel hiperpigmentada, con pérdida de elasticidad y debilitamiento de la barrera epidérmica, y con signos de envejecimiento prematuro.

La contaminación electromagnética afecta a personas de todas las edades y de cualquier lugar del mundo. Basta con decir que prácticamente no se puede vivir sin estar conectados. Las cifras son elocuentes al respecto: se estima que el 60 por ciento de las personas pasa más de seis horas al día frente a dispositivos digitales y que, en promedio, cada uno cuenta con cuatro dispositivos electrónicos.

"La luz visible no se ha considerado hasta ahora una causa significativa de daño en la piel, pero eso está cambiando. Y esto se debe a los cambios en la forma de vida. Actualmente el 55 por ciento de la población mundial vive en grandes ciudades con radicación de luz electrónica y se espera que para 2050 ese porcentaje alcance el 70 por ciento", agrega Bustos.

Por esta gran exposición, los síntomas más visibles del envejecimiento digital son:
Pérdida de firmeza y elasticidad de la piel por la disminución de la producción de colágeno, elastina y ácido hialurónico.
Deterioro de las membranas celulares.
Aparición de manchas por la sobreproducción de melanina que propicia la luz emitida por las pantallas de los celulares.
Deshidratación y flacidez en la piel del rostro que causan las ondas electromagnéticas generadas por las computadoras.
Alteraciones en el ADN de las células de la piel que puedan conducir a la muerte de estas.
Vivir conectados sin dañar la piel
Pretender ahora desconectarnos sería una utopía y antes de romper cada una de las pantallas que nos rodean, lo mejor que podemos hacer es cuidarnos y prevenir. La medida fundamental para esto es incorporar a la rutina diaria un producto específico para la protección de la luz azul y ambiental.

Recién salidos al mercado, "estos cosméticos cuentan con bluescreen y nanosferas -vehículos que permiten que las sustancias lleguen a las capas profundas de la piel- con vitamina A y E. Favorecen la elasticidad, previenen el envejecimiento y tienen acción antioxidante", explica Bustos y señala que deben aplicarse por la mañana.

Comenzar con una visita a un dermatólogo o a una esteticista siempre es recomendable, pero para empezar, el dermatólogo Silva recomienda usar siempre pantalla solar con FPS mayor 30, inclusive dentro del hogar o trabajo por la exposición a pantallas que emiten esta luz; evitar el uso de dispositivos durante la noche e hidratar intensamente la piel; y agrega que "los productos más utilizados son las pantallas solares y medicamentos que mejoran la calidad de la piel, como el ácido retinoico o antioxidantes como la vitamina C".

En cuanto a los tratamientos en gabinete, las sesiones de radiofrecuencia contribuirán a darle más elasticidad a la piel y a favorecer la producción de colágeno. Mientras que los distintos tipos de peelings -mecánicos o químicos- serán fundamentales para borrar las manchas y recuperar la luminosidad.

Vale la pena recordar que al momento del descanso, por la noche, lo saludable es mantener alejado el celular y reducir al máximo el uso de pantallas.

Durante el día, apartar con frecuencia los ojos de las pantallas y no abusar de las contracciones de los párpados para evitar formación de arrugas.

Evitar el uso de estos dispositivos que ya son parte de nuestras vidas es imposible, por eso, lo mejor es informarnos y comenzar a cuidarnos.

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